EDITORIAL #171: CONSTITU-GENTE

Cada día que pasa los ciudadanos entienden mejor que algunos de sus líderes la naturaleza de lo que enfrentan. Esto causa una frustración absolutamente comprensible entre la gente, ya que sienten que no existe un liderazgo que tenga claro el camino que a recorrer. Sin embargo, también existe un lado positivo: como consecuencia de esto nace una posibilidad cierta de actuar.

 

Ante la crisis moral y política que caracteriza hoy a Venezuela, en las últimas horas algunas voces se han hecho escuchar proponiendo una salida: la realización de una Asamblea Constituyente. No se puede negar que un planteamiento de este tipo no es una decisión ni común ni fácil, menos en una situación de polarización como la que vivimos, pero la coyuntura es lo que lleva a pensar que la misma podría ser una de las pocas salidas que hagan viable la gobernabilidad en el país.

 

Una Constituyente no se plantea solamente para cambiar un presidente, es la refundación de un país para modificar todo aquello que no está funcionando y que no permite que la soberanía popular sea respetada. Eso es lo que hoy ocurre en Venezuela, donde muchas de sus instituciones son el primer obstáculo para que esa soberanía se respete.

 

Es imprescindible que se tenga claro que ni las elecciones municipales del 8 de diciembre ni la Constituyente pueden ser la meta final de esta lucha. Ambas deben ser solo pasos que conduzcan hacia el verdadero objetivo: la reconciliación nacional. Venezuela vive uno de los tiempos más complejos de su historia republicana, y son justamente estos los que demandan decisiones valientes y audaces.

 

El proceso no debe ser ni convocado ni encabezado por el liderazgo de oposición ni por sus principales actores políticos. Debe ser impulsado por la sociedad civil y así convertirse en una oportunidad para que los ciudadanos no se queden sentados esperando el llamado de un líder que nunca llega. Sería el argumento perfecto para que aquellas personas que creen que hoy los venezolanos no viven como deberían, puedan confluir y trabajar en él.

 

El reto es plantearse una Constituyente de la gente.

 

 

Por Miguel Velarde

Editor en Jefe

      @MiguelVelarde

mvelarde@guayoyoenletras.com

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