EDITORIAL #173: UNA TRAGEDIA SIN RESPUESTAS

Ayer se cumplió un año de ese trágico amanecer del 25 de agosto del 2012, cuando los habitantes de Paraguaná en el estado Falcón despertaron en el centro mismo del infierno.

 

A la 1:10 de la madrugada, una falla en una de sus bombas generó una fuga de gas que causó la explosión y posterior incendio en la Refinería de Amuay. Este hecho fue una de las tragedias de mayor magnitud registrada en una refinería de petróleo a nivel mundial, en la que perdieron la vida 42 personas, 5 más siguen desaparecidas y más de 150 resultaron seriamente lesionadas, según datos oficiales. Además, también resultaron destruidas instalaciones industriales, locales comerciales, escuelas y viviendas localizadas en las proximidades del área del siniestro. Doce meses después de lo ocurrido, lo único que se ve al recorrer las zonas afectadas es desolación y dolor. Pero, además de eso, también se respira  profunda desesperanza. Nadie les dice nada.

 

El impacto de la tragedia también tuvo un gran perjuicio económico para el país. Según un informe que presentó la Comisión de Diputados “La Verdad sobre Amuay” la semana pasada, el costo total estimado de los daños ocasionados por la explosión y el incendio podrían alcanzar hasta los 1.835 millones de dólares, es decir, más que el presupuesto total para educación de todo este año.

 

Hoy nos preguntamos: ¿Quiénes fueron los responsables de esta tragedia? ¿Qué normativas no se cumplieron? ¿Cómo fue el manejo de la contingencia en cuanto a las acciones y medidas tomadas en la zona? ¿Qué pasó con la indemnización a los familiares de las víctimas? ¿Qué pasó con los damnificados? ¿Dónde están los desaparecidos? Son muchas las preguntas que aún no tienen respuesta y, lo peor de todo, es que no sabemos si algún día la tendrán.  

 

La tragedia de Amuay no puede ser olvidada, no solamente por las vidas que allí se perdieron y la destrucción que produjo, sino también porque las causas que la ocasionaron siguen allí latentes tanto en las demás refinerías del país como en otro tipo de instalaciones. Las causas deben ser conocidas y expuestas para que sean solucionadas y prevenidas en el futuro.

 

Si no se toman las medidas necesarias y no se hace una investigación sería, profunda y transparente, tragedias como ésta podrían volver a ocurrir e incluso costar más vidas y mucho más sufrimiento. 

 

 

Miguel Velarde

Editor en Jefe

@MiguelVelarde

mvelarde@guayoyoenletras.com

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