REDES DE HIPER-DEMOCRACIA

 

Desde hace mucho he venido insistiendo en la necesidad de cambiar nuestra estrategia, criterios y herramientas comunicacionales en Venezuela, particularmente en el terreno político y social. 

 

Gastar la mayor parte de nuestros recursos, de todo tipo, solo para llevar los mensajes a los medios de comunicación tradicionales es, en primer lugar, una pérdida de tiempo, y en segundo lugar, crónica de una muerte anunciada.

 

Si bien hemos visto cómo poco a poco han desaparecido uno por uno, los espacios para expresarse libremente, todo atendiendo a la estrategia hegemónica del régimen, no es de extrañar que este intento por mantenernos atrapados en el discurso rojo rojito, acabe con los pocos medios de comunicación que quedan para este momento. Entonces, si sabemos que la destrucción de la libertad de expresión en el terreno tradicional es inevitable, ¿por qué esperar a que esto ocurra para comenzar a buscar otras alternativas? Es básicamente la misma estrategia reactiva que hemos llevado durante 15 años, en la que no nos permitimos ver hacia el futuro sino que vamos reaccionando a las acciones que ejecuta el régimen. Creo que después de tantos años, las conductas del gobierno son bastante predecibles. Después de todo, sabemos de dónde vienen y a dónde van… O bueno, algunos lo sabemos.

 

En fin. Entrando en tema; lo que he estado sugiriendo es entrar de sopetón en el siglo XXI aprovechando sus herramientas al máximo.

 

Aunque me he cansado de escuchar que «por Twitter no se tumba un gobierno», tengo algo que decir en defensa de la red social. Es cierto, no lo tumba, igual que la televisión y la prensa no lo hacían, pero sin duda, fueron herramientas poderosísimas y decisivas en los destinos de las naciones.

 

Manuel Castell (Sociólogo español) explica que los movimientos sociales originados en la red pueden transformar el mundo (y de hecho lo están haciendo), y es que los movimientos sociales son siempre los que han transformado la sociedad; luego la política y las instituciones ponen en forma esas transformaciones.

 

Estos cambios dependen de cómo las personas que no se resignan, que quieren alcanzar cambios, se comunican con los demás. 

 

En cada época los movimientos sociales han tenido herramientas para comunicarse, los manifiestos, los pulpitos, de boca en boca, los libros, los afiches, la radio, la prensa, la televisión… Internet. Es cierto, el mensaje es importante, pero la forma en la que se hace llegar ese mensaje, también es fundamental.

 

Los medios de comunicación tradicionales siempre han estado influenciados por fuerzas políticas, económicas y financieras, además no existía la posibilidad de generar una comunicación recíproca, pues no podemos dar feedback a la televisión y la radio, somos simples espectadores y participantes pasivos en el proceso. 

 

Por primera vez en la historia (y es lo que le da el carácter de revolución a las redes sociales y medios digitales), las personas nos podemos comunicar sin la influencia de fuerzas políticas o financieras en un medio de comunicación. Castell expresa que nos dieron la posibilidad de ejercer la comunicación con absoluta autonomía, independencia y libertad; Juan Carlos Molina, (también sociólogo), lo llama «la emergente hiper-democracia».

 

¿No es acaso un espacio que sigue siendo subestimado y hasta mal utilizado en Venezuela en los espacios políticos y sociales (opositores)? Definitivamente. Creo que se banaliza y mal utilizan las redes sociales hasta el punto de haberse convertido en una especie de realidad paralela (Twitterzuela) que utilizamos más como un instrumento para hacer catarsis, que como herramienta de lucha social y propiamente un medio de comunicación de masas. Son un espacio que usamos, incluso, para evadir la realidad, en lugar de un arma para cambiar la realidad.

 

Lo cierto es que esta iniciativa tiene que surgir de a ciudadanía, porque en el momento en que un político toma la batuta de este asunto, deja de ser un movimiento social y se convierte en campaña. De todas formas internet no es un terreno cómodo para ningún político, demasiada independencia, variedad, constante cambio y libertad.

 

Puedo citar algunos ejemplos efectivos como la Primavera Árabe, los Indignados españoles, americanos, las protestas en Brasil, etc. Si bien estos sucesos no fueron causados por las redes sociales (ni cerca), éstas jugaron un rol protagónico y se convirtieron en la principal herramienta para organizarlas y fortalecerlas. Sin duda las revoluciones árabes iban a ocurrir, pero sin la presencia de los medios digitales hubiesen sido muy distintas, más largas y con más costos en vidas humanas. Las redes sociales agilizaron el proceso. La tecnología evoluciona y acelera todo para bien o para mal. Las redes sociales hacen más eficiente la comunicación y en situaciones en las que no existe libertad de expresión, las redes sociales son ideales.

 

Las redes permiten que nos organicemos de una manera mucho más eficiente y rápida que en el mundo real. Podemos comunicarnos en segundos con miles de personas y que ese mensaje se reproduzca millones de veces y llegue a cualquier rincón del mundo en un breve instante. Podemos dar a conocer la verdad sobre los hechos, las historias contadas en primera persona, por ciudadanos comunes.

 

En Egipto comenzó a correr una cascada de mensajes libertarios y sobre democracia alrededor del mundo que ayudaron a levantar expectativas sobre el éxito que podría tener el alzamiento. Videos por Youtube viajaban en las redes animando a las personas a unirse a la protesta y luego los videos de las agresiones y represiones del régimen exacerbaban las protestas. «Las imágenes son como armas, pueden ayudar a derrotar a un gobierno» Ali al-Bouazizi.

 

Las redes convirtieron una tendencia clandestina de disidencia, en una revuelta abierta y publica. Mark Pfeifle comenta que sin Twitter, las personas en Irán no se hubiesen sentido empoderadas y con la confianza para alzarse por la libertad y la democracia. 

 

Pregunto entonces, ¿por qué no empoderarnos?, ¿por qué no aprovechar las herramientas?, ¿por qué no comenzar a organizarnos, los ciudadanos, independientes de los lideres políticos y los partidos? Tenemos en las manos unas poderosísimas armas pero no sabemos usarlas.

 

Un egipcio escribió en su Twitter durante las protestas, «@sandmonkey: por favor recuerden, a la revolución tunecina le tomó un mes de protestas para alcanzar el éxito”. Los éxitos no se cosechan de un día a otro, podemos tardar más o menos dependiendo de los caminos que escojamos. Lo cierto es que si no hacemos las cosas de otra manera, nunca vamos a tener resultados diferentes.

 

 

 

Gabriela Amorín Padilla

@Graby_

gamorin@guayoyoenletras.com

 

(Visited 243 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras