150 genios, y un mismo miedo: la humanidad

Por Laurin Isabel Bello Gutierrez

@LaurinIsabel

 

 

 

A propósito de que ya se está acabando el 2013, en enero de este año, Edge, una revista digital de gente muy, pero muy inteligente publicó un artículo sobre lo que a los inteligentes les preocupa. Todos los años les hacen una pregunta a los 150 cerebritos del planeta: Premios Nobeles, científicos, tecnólogos, escritores, etc. Este año la pregunta fue –palabras más, palabras menos-: «¿A qué le temen?» Yo me tomé el tiempo de leer un resumen de las 150 respuestas, y seleccioné mis favoritas, solo para darme cuenta que no importa cuán genios sean, la mayoría le tenemos miedo a la misma cosa: la humanidad.

 

En resumen, estamos destruyéndonos a nosotros mismos a través de los avances tecnológicos que hemos creado y la ampliación de la Internet, así como la profundización de ambos en nuestro día a día ha venido a destruir la manera en la que nos comportamos, nos relacionamos, y sobre todo, decidimos.

 

Hemos perdido la paciencia porque la banda ancha a la velocidad de la luz nos ha hecho creer que la vida puede y debe ir así de rápida, lo que queremos, lo queremos para ayer. Lo que no encontramos, lo queremos saber inmediatamente, y así. La inmediatez se ha vuelto nuestro talón de Aquiles, y la Internet se ha convertido en un inquisidor de la verdad.

 

Ahora bien, si es cierto que el avance ha traído más bien atraso en ciertas áreas de nuestras vidas, sobre todo en la manera en la que nos relacionamos, porque hemos perdido el contacto físico para establecer relaciones “2.0”, también es cierto, que el avance nos ha facilitado la vida; y bien dijo un sabio que lo fácil cae ligero. Dejamos cada vez más de prepararnos a la antigua, y en vez de leer tomos completos en la biblioteca, le hacemos una pregunta rápida a Google, quien nos da millones de respuestas en segundos, y así asumimos eso como la absoluta verdad. Nos hemos convertido en robots de la información y de las relaciones sociales: un mensaje en tu muro de Facebook por tu cumpleaños y chao.

 

¿Qué pasa con esa maravillosa rutina de levantarse en la mañana, preparar una taza de café, recoger el periódico recién impreso, y leerlo con calma cerca de la ventana? Imposible, no hay tiempo. ¿Qué pasa si en lugar de levantarse corriendo, chequeando el clima, tráfico, y leer titulares rápido, mientras pasamos por el servicio exprés de alguna cafetería, nos tomamos el tiempo de darnos y dar los buenos días? Hemos perdido esa maravillosa costumbre de abrazarnos en la mañana, para entonces poder abrazar al otro. Yo creo fervientemente, que el problema con la gente que no da los buenos días, es que no se da los buenos días a sí mismo, bien sea con un café, una buena lectura o simplemente una sonrisa frente al espejo.

 

Si bien a los genios del mundo les preocupan cosas como:

 

-Que el internet está arruinando la escritura. – David Gelernter, científico computacional de Yale.

 

-Que las personas inteligentes como aquellas que contribuyen a Edge, no hagan política. –Brian Eno, músico.

 

-Me preocupa que conforme el poder para resolver problemas de nuestras tecnologías, aumenta nuestra habilidad para distinguir entre problemas importantes, triviales o incluso inexistentes, se deteriora. – Evgeny Morozov, editora colaboradora, Foreign Policy.

 

-Extinción cultural, y el hecho de que los trabajos de un escritor oscuro del Caribe no reciban suficiente atención. –Hans Ulrich Obrist. curador, Galería Serptine.

 

-Hombres. – Helen Fisher, antropóloga biológica.

 

-La arrogancia absoluta de la humanidad. – Jessica L. Tracy, profesora de psicología.

 

-Estrés. – Arianna Huffington, agregacionista extraordinaria.

 

-Que perdamos contacto, literalmente, con el mundo físico. – Christine Finn, arqueóloga.

 

-Que la humanidad dejará de perseguir una cuidadosa observación. –Ursula Martin, computóloga.

 

-Que nos volveremos irracionalmente impacientes con la ciencia. –Stuart Firestein, profesor que trabaja «tan duro como puedo, carajo».

 

-Deberían preocuparnos los sitios en línea. Nos vuelven estúpidos y hostiles. –Larry Sanger, cofundador de Wikipedia.

 

-El fin del académico. – Daniel L. Everett, investigador en lingüística.

 

-La ilusión de conocimiento y entendimiento que puede resultar de disponer de información tan fácilmente. – Tania Lombrozo, asistente de profesor en psicología.

 

-Que no podamos identificar la “buena vida.” – David Christian, historiador.

 

-La estupidez. – Roger Schank, psicólogo.

 

-Que no podremos vivir sin internet. – Daniel C. Dennet, filósofo

 

No es descabellado entonces, que a mí me preocupe que estemos dejando la cordialidad a un lado, y no nos demos los buenos días todos los días. Nos estamos volviendo salvajes, eso es lo que me preocupa a mí, y al parecer no está muy lejos de las preocupaciones de estos 150 genios.

 

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