Una voz contra el miedo

Por Jorge Flores Riofrio

@FloresRiofrio

 

 

 

La desigualdad social es un mal latinoamericano, que genera desconfianza en unos sectores y resentimiento en otros, obstaculizando los mecanismos para la construcción de un país en conjunto. Para nuestra tristeza, en Venezuela ha adquirido un peligroso carácter político, que complejiza la siempre presente y lamentable lucha de clases, lucha que no permite el desarrollo integral de ninguna nación ¿Cómo se puede desarrollar un pueblo, si quienes lo conforman están divididos y no se ven como parte de una visión nacional? ¿Cómo trabajar en equipo si existe desconfianza y miedo? Citando a Jesucristo “y si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede perdurar” Mateo 3:24.

 

“El hombre más peligroso es aquel que tiene miedo” dijera el escritor Ludwig Börne, frase que se hace presente en muchas calles de las principales ciudades de Venezuela, en donde el sonido de las motos genera alarma, puesto que ellas son el vehículo favorito de las bandas armadas, que disparan y amedrentan los urbanismos, que no están a favor del gobierno venezolano, haciendo que los habitantes, cuya confianza en las fuerzas de seguridad del Estado está por el suelo, se armen y tomen medidas de autodefensa, situación que traerá más violencia y más dolor para nuestro país, no solo durante estos días de protesta nacional, sino que tiene el potencial de trascender en el tiempo, haciendo más frágil la gobernabilidad venezolana, mande quien mande, puesto que un pueblo armado, que no confía en sus instituciones, actuará conforme a los instintos de supervivencia, deshumanizando a aquellos que consideren enemigos.

 

Esto de los colectivos armados, brazo terrorista del chavismo radical, es una vergüenza como país ¿Cómo un Estado puede permitir esto? Lo permite cuando quienes gobiernan no creen en la democracia y se sienten débiles ante un descontento nacional que se profundiza, cuando quienes deben garantizar la paz, no actúan a favor de la nación, sino para sus propios intereses, cuando la desgraciada lucha de clases es el centro de un discurso electoral, cuando el miedo es el mayor activo de quienes lideran la nación, cuando la miopía política y la ceguera espiritual, son la características de un gobernante. Los colectivos están hiriendo a Venezuela, mucho más allá de las heridas de balas, están profundizando la desconfianza entre dos sectores, los llamados “burgueses” y las bases del chavismo.

 

Las personas de las diferentes comunidades venezolanas, agredidas por los colectivos terroristas, se llenan de odio contra todo movimiento e institución que represente al chavismo y al no creer en la protección del Estado, en algunos lugares se están armando. El gobierno produjo miedo y el miedo trae violencia y muerte, el terrorismo de Maduro y sus secuaces, minará la estabilidad de su gobierno frágil, sin carisma e inepto.

 

Ante esto, también es necesario plantearse estas preguntas con las cuales ampliar la mirada de la situación actual del país ¿Es válido pensar que un sector de la oposición está buscando un golpe de Estado? ¿Se puede decir que existe una propuesta clara de país de los que se oponen al gobierno? Yo creo que llegando un gobierno no chavista, las ayudas sociales se verían perjudicadas, los estímulos gubernamentales estarían enfocadas hacia consorcios privados y tendríamos que pasar por fuertes medidas económicas, que durante un tiempo traerían más pobreza para los sectores populares y la visión de Chavez sin duda se esfumaría, haciendo real el temor de muchos de sus seguidores, expresado por Juan Gómez Muños, articulista de Aporrea en su artículo “Por qué ganamos de vaina, o por qué de vaina perdimos” de la siguiente manera “con Nicolás puede existir el riesgo de que fracasemos, pero con la otra opción estoy seguro de que esto se va acabar”.

 

Los temores chavistas tienen fundamentos, la oposición en el poder llevaría un gobierno mucho mas tecnócrata y menos social, ya se nota sin que hayan llegado a Miraflores como he escrito en otras oportunidades, sin embargo ese no es el punto, esta cosa que llamamos “Socialismo del Siglo XXI” nos está hundiendo cada vez más, es ineficiente, coercitivo, populista y demagogo, se sostiene únicamente por el petróleo, sin él, las ayudas sociales no existirían y todo ese desarrollo del cual se llenan la boca los jerarcas del PSUV, mostraría que no es más que una torta cruda bien adornada. Lo que más me preocupa, indiferentemente de quien mande en el país, es el miedo presente en Venezuela, miedo que la hará sangrar y será un ancla para nosotros como nación.

 

Karl Marx basó sus teorías en la innegable lucha de clases, dando una propuesta excluyente, la cual es un lineamiento del chavismo “los ricos son malos”, y los radicales de la oposición que buscan generar un estallido social, se inclinan hacia el otro lado de la balanza, por lo tanto es necesario proponer algo distinto, una visión en la cual la lucha de clases se debilite, para ello es necesario la creación de planes centrados en que se generen las condiciones para el desarrollo de todos, sin importan el estatus social, que va a existir siempre, no para llevar a todos a ser iguales, sino para que todos tengan posibilidades de alcanzar sus sueños.

 

En un artículo no podría plantear la propuesta que tengo, primero porque está en construcción, es demasiado grande para ser realizada por una sola persona, además no es un invento mío, es un compendio de pensamientos de gente mucho más inteligente que yo, sin embargo sí puedo hablarles del centro de esa propuesta en diseño, de mi tesis de vida si se puede llamar de esa manera. Se trata de fortalecer las clases medias, por medio de la generación de empleos, fundamentados en el emprendedurismo, tanto desde las universidades, como en los barrios, es una forma de dinamización económica, que les da posibilidades a las personas para ejercer sus libertades.

 

La lucha de clases se basa en el miedo, por eso hay que luchar contra el miedo, y la mejor manera de luchar contra él, es amándonos los unos a los otros. No digo que si un colectivo nos dispara le tiremos flores, sino que nos involucremos más los diferentes sectores, unidos por la misma visión de una Venezuela con oportunidades, se trata de dar de lo que se tiene, para que el otro le vaya mejor, no solamente para estos tiempos, sino que sea haga parte de nuestra cultura como venezolanos, seamos partícipes del desarrollo de nuestras comunidades y de aquellas que padecen de la pobreza, de esa manera quienes son manipulados por los injustos, se darán cuenta que no necesitan de un Estado mal agradecido, sino de su propia fuerza como ciudadanos libres.

 

Cuando esta situación termine necesitaremos del perdón y la reconciliación para la reconstrucción del país, somos cada uno de nosotros los que trabajaremos por ella ¿Cuál será el país que construiremos? ¿Uno de odio y miedo o uno en donde la bondad y el amor sean las características?

 

Mientras tanto ¡Venezuela resiste! Los gobiernos terroristas caen por su propio peso, no dejemos que el miedo sea quien ponga las pautas en nuestras vidas, ni nos degrade al punto de odiar a otras personas, mantener la esperanza es una de las mejores formas de vivir siendo libres.

 

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