Colectivos: los escuadrones de la muerte venezolanos

Por Jesús Moreno

@chucho1991

jmoreno@guayoyoenletras.com

 

 

 

Con las recientes noticias continuas sobre violencia y represión en las marchas y concentraciones organizadas por los estudiantes que quieren un mejor futuro para su país, ha resurgido el tema de los “colectivos”. Estos grupos armados, de los cuales los Tupamaros encabezan la lista, se han presentado en casi todos los actos de protesta estudiantil de los últimos días.

 

Los colectivos de los que se habla son básicamente grupos paramilitares armados no tan pequeños que tienen un lugar de reuniones y también células operando en distintos lugares del territorio venezolano. Son los nuevos escuadrones de la muerte: organizaciones cuyo fin es acabar con cierto grupo de la sociedad a través de lo que se denomina como “guerra sucia” o actos de terrorismo. Se dedican a amedrentar, aterrorizar, extorsionar, secuestrar o aún matar con tal de acabar con la amenaza de sus “enemigos”. Algunos de los primeros escuadrones de la muerte fueron aquellos conformados por soldados de la SS hitleriana (Einsatzgruppen), quienes fueron responsables de masacres en contra de los judíos, gitanos, enfermos mentales, y luego condenados en los juicios de Núremberg. También está el caso de los paramilitares en El Salvador: grupos de extrema derecha cuyas actividades eran las operaciones de anti insurgencia y el terrorismo de estado anticomunista. Y por supuesto, está el infame frente guerrillero colombiano FARC. Todos con un objetivo común: imponer su ideología política sobre la población y eliminar a todo aquel que piense distinto de ellos.

 

Tupamaros o La Piedrita (entre otros) son exactamente eso. Grupos revolucionarios que están del lado del Gobierno que buscan el exterminio de la supuesta derecha venezolana con tácticas como la intimidación y la desaparición de sus objetivos. Muchos se componen de sicarios, asesinos asueldo que no les importa la vida y tampoco distinguen raza, edad o sexo. Evidentemente, cuentan con el apoyo del partido oficial, las Fuerzas Armadas y Nicolás Maduro quien hace poco dijo en cadena nacional que no acepta la “campaña de demonización de los colectivos”. El Presidente se ha llenado la boca llamándoles fascistas a los manifestantes pero una revisión del término comprueba que al oficialismo le queda mejor la etiqueta: el fascismo es el movimiento político con el cual se busca establecer un dominio total del estado sobre la economía y las empresas, así como de la propaganda para controlar el pensamiento de la población, con componentes de victimización y reacciones violentas a ideologías contrarias. También es conocido como capitalismo de estado y se encuentra entre los regímenes autoritarios.

 

De acuerdo a esta definición de fascismo que prácticamente todos aprendieron en la escuela, los fascistas son los que están en el Gobierno y los que los apoyan, como los colectivos. Estos grupos armados algún día serán desensamblados y llevados a la justicia para responder por sus crímenes. Lo más triste de todo, es que aún después de resueltos los conflictos y problemas que aquejan a Venezuela, los colectivos seguirán siendo un peligro latente y el legado de 16 años de gobierno “revolucionario”.

 

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