Desde otra perspectiva

Por Norma Pérez

@normaperez9

 

 

 

Desde hace dos semanas, Aurora siente que vive dos realidades en una misma ciudad. No entiende por qué cuando camina con su mamá por Sabana Grande o Plaza Venezuela todo está tranquilo y la gente actúa como cualquier día; y cuando va a su casa hay mucha gente en la calle y el olor que han dejado esas cosas que cuando las lanzan botan humo blanco sigue en el ambiente.

 

Aurora está muy triste porque tampoco entiende por qué esos muchachos que están en la plaza no pueden estar ahí. Ella le pregunta repetidas veces a su mamá qué pasa y por qué siente que le falta el aire cuando todo el cielo se transforma en una nube blanca.

 

Para ella lo que pasa por su casa es muy extraño, aunque su mamá le dijo que esos niños que estaban en la plaza querían un mejor futuro, ella no entiende por qué si quieren algo mejor tienen que ser corridos de ese lugar con esas cosas que huelen horrible.

 

Para Aurora todo es confuso, porque ella ve una cosa cuando se asoma a la ventana pero vive otra cuando va a otras zonas de la ciudad. Ella piensa que quizás le está ocurriendo eso que le paso a Alicia, la del país de las maravillas, ¿saben?, que se quedó dormida y despertó en un lugar diferente.

 

Lo que más la confunde es que esos señores uniformados, que su papá le dijo que estaban ahí para cuidarla en caso de que se perdiera, son los que corren a los muchachos de la plaza y lanzan las cosas del humo blanco. Definitivamente Aurora no entiende nada pero ella aunque no entiende le pide todas las noches a su ángel de guardia que esta noche no haya más humo blanco, que los señores de uniforme dejen de correr a los niños de la plaza y los lleven junto a su mamá.

 

Pero sobre todo pide que cesen los gritos de auxilio, las ganas de llorar que siente cuando ve a los niños de la plaza correr como si el lobo feroz se los viniera a comer.

 

Aurora espera que esta noche no tenga que dormir en el baño por el olor feo y los traki-traki que suenan mucho últimamente, que su mamá no lloré más porque su hermano no ha llegado a casa y que los héroes no vengan otra vez a buscar a su abuelita porque no respira.

 

Ella espera poder ver mañana el sol sin nubes blancas con olor raro en el aire.

 

 

 

Foto cortesía de @donaldobarros

 

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