Ucrania y el gran tablero

Por José Leonardo Ron

@LeonardoRonM

 

 

 

El mundo ha sido testigo en las últimas semanas de una importante escalada alrededor del conflicto suscitado en Ucrania desde finales de 2013. La nación independiente tras la caída de la URSS y que durante los últimos años ha sido el epicentro de varias confrontaciones de carácter político que van desde los amagos de distintas administraciones gubernamentales hacia Rusia y la Unión Europea, la destitución de una presidenta electa por cargos relacionados con corrupción y la firma de compromisos desventajosos para la nación, y ahora los embates de multitudinarias protestas que han precipitado la salida de un Jefe de Gobierno que a día de hoy se encuentra en paradero desconocido.

           

Desde un punto de vista humano, son realmente poderosas las impresiones que provienen de dichas protestas que han paralizado el país, que han ocasionado decenas de muertes y daños materiales y donde varias organizaciones internacionales y no gubernamentales han condenado enérgicamente la violencia y hecho un efusivo llamado al diálogo entre las partes, sin embargo, en la actual coyuntura ucraniana confluyen intereses verdaderamente interesantes que evidencian como éstos acontecimientos son parte de una dinámica entre actores contrapuestos en la agenda internacional de nuestros días.

           

Gran parte del fundamento que motivó a que miles de ucranianos salieran a las calles desde noviembre pasado fue el de generar presión ante el gobierno del derrocado Viktor Yanukovich para que el país acelerara las reformas debidas para su entrada en la Unión Europea, esquema de integración que desde hace varios años es socio esencial de Kiev en no pocos ámbitos, especialmente el comercial, y fue la negativa de parte del gobierno central a varias de dichas reformas lo que ocasionó el importante malestar social, que se tradujo en progresivas acciones de calle. Sin embargo, la escalada en el conflicto tiene un detonante clave: la extraordinaria posición estratégica que posee el país y las ventajas comparativas que brinda en relación a dos bloques que hoy en día poseen intereses diametralmente opuestos: El conformado por EEUU y la Organización del Tratado del Atlántico Norte y Rusia.

           

Rusia ha venido emergiendo durante los últimos años y se ha ganado a pulso un rol de primer orden en la actual dinámica internacional, dejando atrás coyunturas suscitadas a principios de la década pasada donde jugó un rol secundario ante el posicionamiento de EEUU. Desde la intervención en Libia de 2011, Moscú ha venido sumando victorias en la arena internacional y ha conseguido de forma significativa ampliar su influencia en todas las esferas.

 

Desde la profundización de relaciones de todo nivel con actores en América Latina, Europa, y Medio Oriente, su entrada a la OMC, sus victorias en el ámbito energético sobre EEUU en torno a la venta de gas a Europa, incluso la obtención de la sede para la Copa Mundial de Futbol 2018, JJOO de Invierno y una carrera de Fórmula 1, ambas con sede en Sochi, son claros los indicios que rodean la propuesta que apunta a la consolidación de una imagen de potencia de primer orden. La consigna es clara: existe una nueva Rusia, integrada plenamente al orden actual, que avanza con creces para asumir el rol que le corresponde. Todos estos planes, metódicamente articulados por la administración de Vladimir Putin, pasan por superar un escollo clave: impedir un viraje de Ucrania hacia Occidente que pueda comprometer los planes al mediano y largo plazo que involucran la gestión de Rusia hacia Europa.

           

Mientras tanto, EEUU y la Unión Europea, en un marco de intereses que van desde lo comercial hasta lo militar, avizoran en Ucrania a un aliado clave que además permitiría seguir afianzando un evidente sentido de dominio sobre espacios otrora parte del muro soviético, punto sobre el cual en Moscú no están dispuestos a ceder.

           

Los sucesos que se desarrollan en el mundo de hoy poseen un dinamismo sin precedentes en la historia, rasgo que en ocasiones nos impide dilucidar en profundidad cuales son los factores subyacentes en cada escenario. Si hay certeza de algo en este tenso momento para miles de familias ucranianas, dentro y fuera de sus fronteras, es que en dicho país no solo están en juego posturas o aspiraciones endógenas, hoy por hoy, Ucrania es una pieza fundamental de aquello definido por varios analistas internacionales del Siglo XX en el contexto de la lucha global este-oeste: el gran Tablero mundial.

 

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