Persiguiendo el deseo, Don Jon (2013)

 

Por Luisa Ugueto

@elproyectordedo

 

 

 

“La mejor literatura esta en el desencanto, la soledad, la frustración” dijo Jaime Bayly en una entrevista que le realizó Daniel Centeno, publicada en su libro “Retratos hablados». ¿Y el mejor cine? ¿Esta en la soledad, el desencanto, la frustración? o   ¿En el deseo, en la búsqueda de esa utopía perenne detrás de la que parecen ir algunas películas?

 

Don Jon (2013) es ¿una película sobre ideales? ¿una cinta sobre la forma de amar “de verdad”? ¿Un film sobre ser honestos y abrirnos a los otros? ¿Una comedia ligera intrascendental? ¿Una cinta frívola? Quizás todo, quizás nada de lo anterior.

 

A modo de documental comienza la cinta dirigida por Joseph Gordon-Levitt y protagonizada por sí mismo junto a Scarlett Johansson, Julianne Moore y Tony Danza, entre otros. Desde un principio se maneja muy bien la voz en off del propio protagonista que cuenta su historia como si fuese de otro. Ese recurso de hablar de sí mismo en tercera persona es casualmente también utilizado por otro mujeriego del cine: Alfie, al menos en la versión del 2004 protagonizada por Jude Law.

 

El amor romántico es, ocasionalmente vulgar, obedece a una fórmula preestablecida, que tiende al agotamiento sino lo sustenta una emoción real. La fantasía es, a veces, mejor que la realidad, al menos lo es en el mundo de Jon (Joseph Gordon-Levitt), quién ama el porno (precisamente porque es fantasía), y esta aburrido de las mujeres, con quienes se relaciona cada día de forma intrascendente.

 

Don Jon (Don Juan) es una comedia romántica, pero no es tan intrascendental, me parece, el guión también de Joseph Gordon-Levitt retrata la conducta de estereotipos sociales, como el clásico conquistar (Jon) y sus contrafiguras, la novia “perfecta” (Bárbara, personificada por Scarlett Johansson) en un universo despersonalizado, donde las relaciones obedecen al vínculo falso de ser lo que los otros esperan de ti, a no mostrar realmente quien eres para conquistar y a conquistar por nada, sin una emoción duradera, solo por añadir una más en la lista.

 

La familia italiana perfecta, la chica perfecta, el matrimonio como estructura preestablecida son arquetipos con los que juega Joseph Gordon-Levitt en su debut cinematográfico como director y lo hace con gracia, y lo hace con chiste, pues logra entretener sin dejar de mostrarnos los conflictos de sus personajes. Para esto se sirve de la veracidad que poseen las impecables actuaciones de un elenco muy bien estructurado.

 

Siendo una comedia, siendo divertida, Don Jon, propone el tema que la muy dramática Shame (2011) se encarga de intentar mostrar: la intrascendencia del sexo como escape compulsivo y   no como placer perdurable o vínculo sincero.

 

Nada esta por inventarse en este film, quizás no hay novedad alguna en los planteamientos, pero engancha el montaje, los colores, la fotografía perfecta y la narración de una historia que quizás nos rodea en la vida cotidiana, sin que nos detengamos a pensar en ello.

 

Calificación: 10/10

 

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