Persépolis: la voz de la mujer dentro de la República islámica

Por Henyerson Angulo

@Heryens

 

 

 

Vincent Paronnaud dirige esta pieza basada en la novela gráfica de Marjane Satrapi, una historia ambientada en Irán durante los años 70’s, cuyo personaje principal es una chica llamada Marjane; quien se escapa de la doctrina que imponía el régimen del Sah por vivir en un hogar donde el libre pensar se defendía. Luego, con la caída de Mohammad Reza Pahlevi, la Revolución islámica se impuso en el poder, reprimiendo la opinión del ciudadano de a pie. Marjane crece en un Estado con derechos limitados y por ello debe experimentar la vida de extranjera. Fracasando en el intento, decide volver para hallar sosiego en su patria, tras una época de desconcierto.

 

Este film intenta recrear, a través de Marjane, la historia de al menos la última cuarta parte del siglo pasado en Irán. Lo interesante de la historia es que es contada desde una tribuna anti-autoritaria que no se doblega ante un régimen que le prive de libertades. A lo largo de la historia vemos a una Marjane cambiante: el carácter del personaje se transforma de tal forma que la acompañamos tanto de chica como de adulta, y vemos cómo va adquiriendo intereses al margen de los de la mujer iraní común.

 

Aunque el régimen monarca les impedía libertades al pueblo y generaba descontento en la población iraní, la llegada de la Revolución significó un duro golpe para la familia de Marjena; pues, como en líneas más arriba se advierte, era una familia que defendía el libre pensamiento y rechazaba al opresor. Siendo la abuela una mujer con principios libertarios, inspiró en Marjane una visión de vida muy similar. Le enseñó a vivir como mujer y no como objeto reprimido.

 

Un elemento importante en la historia es la carga ideológica de Marjane, pues cuando viaja a Francia, huyendo de la doctrina opresora, experimenta lazos con el radicalismo; pues ante este agobiante adoctrinamiento en el que estaba sumergida, encuentra y es militante de falsos grupos libertarios. Este es un tópico bastante interesante que genera el modelo dictatorial en quien lo rechaza: la búsqueda pasional de lo contrario en el marco de lo radical. Sin embargo, aunque Marjane incursiona en estos grupos, se da cuenta de que no es ahí donde pertenece, no es ahí en donde se halla.

 

Como es Marjane un personaje irreverente para la sociedad iraní, también lo es en su rol de extranjera. No hay, entonces, un mejor lugar donde se halle como individuo, como humana, como mujer, que su casa, en compañía de sus padres y, sobre todo, de su abuela. En su casa podía no usar el hiyab, que quizá representaba para ella el agobio en el que la hundía su cultura, en casa podía sentirse una mujer libre de toda privativa que el fundamentalismo islámico le exigiera.

 

Hoy en día todavía la mujer islámica se halla encerrada, desplazada, dentro de una cultura donde su voz está al margen del poder. Como es atacada constantemente por la cultura islámica, lo es también por el occidente, pues los gobiernos poderosos de América, por ejemplo, atacan sus naciones y se encierran en un hoyo donde sus voces son casi nulas dentro de las decisiones comunitarias. Las religiones como bases de las naciones establecen exigencias radicales de las que siempre un grupo estará excluido. Es por esto que Marjane se desplaza y lo sabe, está consciente de que su voz debe pertenecerle a un hombre que la calle, sin embargo lo rechaza.

 

La vida de Marjane, ante la opresión, se hace gris, y sus intenciones parecen centrarse siempre en hallar una gama de colores que la hagan más Marjane. Este film despierta pasiones en cualquier ciudadano en el mundo que se sienta hambriento de libertad. La historia de Marjane es una representación de la mujer decidida por la búsqueda de ella misma, y en la búsqueda, también, del sosiego entre tanta opresión.

 

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