Píntame cheveritos negros (Ecosocialismo o apartheid turístico)

Por Zakarías Zafra

@zakariaszafra

www.zakariaszafra.com

 

 

 

¡Ah, mundo! Ministro Izarra,

¡lo malo que le pasó!

Se le murió su Cheverito,

sí, señor.

 

Desengáñese, compadre, / que no hay angelitos negros

El Ministerio de Turismo carga dos lutos encima: la muerte súbita de Cheverito y las protestas imprevistas en Tucacas. Las burlas, el descrédito y el duelo no parecen haberle enseñado lo fácil que se castiga la vanidad en un hoy ampuloso y violento como el nuestro. Pero así es la viudez: irritante y testaruda.

 

1. En su dramática exhortación Preservamos Morrocoy o lo perderemos para siempre”, el ministerio desmiente la privatización del cayo Boca Seca y se vale de palabras como democratización, biodiversidad, recuperación integral, reconsideración de contratos, no monopolización, etc., para defender el nuevo modelo productivo que elevará la calidad y sustentabilidad de todas las playas de Venezuela: el ecosocialismo.

 

2. Cheverito murió linchado en las redes sociales acusado de frívolo, apátrida y cobarde. Sus forzadas “aventuras pedagógicas” lo convirtieron en un héroe de memes y deformaron velozmente la imagen de la Venezuela artificial y absurda que se proponía visitar. Hace unos días resucitó por la macumba comunicacional del ministerio y anda como un zombie sospechoso vagando por Mérida, acompañado por una gota de lluvia a instantes del desastre.

 

El turismo empieza por el olvido. Píntame cheveritos negros.

 

 

… oye, en mi tierra, con el pincel extranjero

La política turística en los períodos de crisis es generalmente la misma: totalizar la oferta en manos del Estado y abrir el compás a viajeros mesiánicos que inyecten oxígeno al sistema en moneda fuerte. Casos sonados como el apartheid turístico cubano y otras torturas civiles llenas de episodios de corrupción, desasosiego y tráfico sexual, componen la triste crónica de los países que se prostituyen a sí mismos para satisfacer la perpetuidad de sus proyectos políticos.

 

El turismo es un escarnio programado. Píntame cheveritos negros.

 

… con su sol que tuesta blancos, / con su sol que suda negros

El modelo económico productivo ecosocialista, que según Mintur será extendido progresivamente a todos los espacios del Parque Nacional Morrocoy, es la cereza retórica del Gran Objetivo Histórico N°5 del Plan de la Patria. Su premisa consiste en armonizar las relaciones entre el hombre y la naturaleza, evitando a toda costa la mercantilización de los servicios ambientales y los ecosistemas (5.2.2). Esta nueva lucha planetaria, con rasgos animistas y pachamámicos, se presenta como alternativa a la debacle ambiental provocada por el “modelo capitalista depredador” y refuerza la soberanía del Estado sobre los recursos naturales como única garantía para el uso responsable de los mismos.[1]

 

El turismo es el paseo gratuito de la demagogia. Píntame cheveritos negros.

 

… porque para eso lo tienes /calientitos y de los buenos

El Gran Objetivo Histórico N°3 habla de desarrollar el turismo como actividad productiva para satisfacer las necesidades del Pueblo venezolano a través de una justa retribución de sus excedentes (3.2.7). Más adelante demanda:

 

Fortalecer a VENETUR como la primera operadora turística del país y posicionar a la Red de Hoteles Venetur como la principal alternativa de alojamiento turístico de gran calidad. (3.2.7.2)

 

El Gobierno, con su admirable desfachatez, eleva a objetivo estratégico nacional el negocio-ministerio de uno de sus superhéroes consentidos. El Pueblo, que seguramente no participará en la redistribución de estas utilidades, solo podrá optar -si le alcanza – a un Full Day en cualquiera de las casas turísticas de la patria.

 

El turismo es una lotería sustentable. Píntame cheveritos negros.

 

Entonces, ¿a dónde van /morenitos de mi pueblo?

La relaciones desequilibradas entre el hombre y la naturaleza (vendedores de rompecolchón, mercantilizadores de chipi-chipi, mafias de alquila-toldos asociadas con la derecha), el modelo alternativo animal-lover, la soberanía corporativa del Estado y su Plan Maestro de Desarrollo Ecoturístico, depositarán en Venetur la hegemonía sobre el turismo en las playas de Venezuela, incluida la potestad de administrar los contratos, las actividades productivas informales y quién sabe si el acceso.

 

Cheverito, en su nueva fase escatológica, deberá aprender nuevos idiomas y capacitarse en oficios rentables, algunos de corte ilícito y otros muy antiguos pero de consecuencias siempre nuevas e irresistibles. Cheverito, el resucitado, dará clases de español a “niños y niñas chéveres” que quieran cuidar la naturaleza. Cheverito, el errante, cargará las maletas hasta el muelle y llevará tupperwares a la playa con comidas que no ha vuelto a probar. Cheverito, el insomne, bajará la cabeza y hará reverencias en los colchones.

 

El turismo nada mucho para morir en la orilla. ¡Píntame cheveritos negros!

 

 



[1] El ecosocialismo es una espléndida propuesta-cotillón que además incluye la promoción de una ética a escala nacional e internacional y un manual de uso para el Poder Popular organizado.

 

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