Complot: una película que intriga

Por Mónica Duarte

@m0n1k1ta

 

 

 

A muchos les gusta ir al cine a despejarse y distraerse, no suelen sentirse cómodos viendo realidades crueles reflejadas en una pantalla gigante. Sin embargo, el encanto detrás de las películas es esa forma simbólica de representarnos a nosotros mismos y de lograr enfrentarnos con nuestra identidad colectiva. En Venezuela, las mal llamadas películas de “malandros” se han vuelto una constante en la cartelera de propuestas nacionales, la violencia y la inseguridad no solo abundan en nuestras calles sino que se desbordan a nuestros cines.

 

A pesar de estas críticas, este mes se estrena un nuevo film de acción venezolano: Complot. Una historia sobre como las inseguridades personales pueden brotar cuando tu círculo social íntimo se ve traspasado por el monstruo de la desconfianza.

 

La película narra la historia de Erika, una joven trabajadora que se ve tentada a ganar una gran suma de dinero. En el camino, se consigue con un jefe criminal alias “Cabeza de Mango” quien es capaz de lo peor con tal de lograr una mejor vida. Al grupo se le suma un ladrón de carrera alias “El Manco” que sueña con ese “golpe de suerte” que lo saque de la pobreza. Muy al estilo de su director, este filme se realizó con un presupuesto de 30.000 Bs. y se filmó en sólo 27 días, muestra de cómo el cine guerrilla surge entre las limitaciones. Guayoyo en letras pudo conversar en exclusiva con su director, Jackson Gutiérrez, y su productor, Thomas Piedra.

 

Ambos están unidos por una historia espontanea con el cine y, al mismo tiempo, por la barbería y la belleza como oficios paralelos. Jackson Gutiérrez es un director particular, su historia comienza en 2006 con un video aficionado sobre la problemática social de las zonas populares, “Azotes de barrio de Petare”. Mismo trama que llevaría al cine el año pasado a través de un remake con el que debutaría en el cine profesional venezolano. “Azotes de barrio de Petare fue una película que grabé con una cámara de video8 y que levantó mucha inquietud por ese género, por el cine guerrilla. En 2012 hablé con Carlos Malavé, que tiene una trayectoria intensa en el cine, me apoyó y codirigió esta película conmigo, quería que mis dos óperas primas llevaran el mismo nombre”.

 

Por su parte, Thomas Piedra es un licenciado en artes mención cinematografía egresado de la UCV, con experiencia en el cine por los años ’90. Luego de dejar este mundo de lado, monta su salón de belleza y tras una invitación al Festival de Cine de Mérida en el año 2012 se reconecta con su carrera. Bajo el encanto de Los Andes y a las orillas de los Chorros de Milla conoce a Jackson Gutiérrez y se entera de este proyecto futuro que hoy es Complot. Semanas después siguen en contacto y logra colaborar con la producción de Azotes de Barrio, lo cual impulsa a que sea nombrado Productor de Campo de Complot.

 

Mérida y el Festival de Cine de 2012 no solo fueron el escenario del encuentro de Jackson Gutiérrez y Thomas Piedra, sino que le sirvió al director como puente para atraer actores, como Eleana López, y sumar nombres reconocidos a este proyecto de cine guerrilla. El director reconoce que una de sus fallas con Azotes de Barrio fue la publicidad, así que, en busca de darle más nombre y promoción a Complot decidió contactar caras famosas que, por esa misma magia del cine, terminaron enamoradas de la película y aportando talento sin pensar en el dinero. Entre ellas se encuentran: Myriam Abreu “la Barbie”, Jimena Araya, Laureano Olivares y Cristóbal Lander.

 

Un verdadero Complot

“Yo tenía en mente esa historia desde hace tiempo, por una banda que existió y que me llamaba la atención por lo que decidí escribir un guion que fuera comercial. Desde el principio tenía en mente a Budú y a Joselyn Torrealba para ser los protagonistas”, comenta Gutiérrez, quien le adjudica el éxito del proyecto a la energía positiva y la dedicación de los actores durante todo el rodaje.

 

Como anécdotas particulares dentro del rodaje Thomas Piedra y Jackson Gutierrez hacen alusión a dos experiencias que demuestran como la trama de “complot” estuvo presente en la misma realización de la película. La primera de ellas tiene que ver con un conflicto interno: el director y uno de sus actores se enemistaron durante un tiempo, lo cual ocasionó que la salida del actor y la regrabación de parte de la película, por suerte esta situación no duró mucho y la conexión volvió a surgir entre ellos, el actor volvió al rodaje y la edición hizo el trabajo de pulir este vacío.

 

La segunda anécdota se refiere a la familiaridad y camaradería que caracterizó al equipo de trabajo del film, durante una tarde de rodaje en Petare una tormenta casi arrastra la moto del director colina abajo, gracias al apoyo de todos los actores que se “arremangaron los pantalones y salieron a ayudar” se salvó. “Mi manera de dirigir es muy diferente, yo siempre buco que haya confianza. Es como una familia que se conforma y que más allá de la película todos somos amigos de forma personal. Eso es lo bonito y especial que tiene el cine guerrilla. Que todo el mundo tiene que aportar un granito para hacerlo”, expresa Jackson Gutiérrez.

 

“Si vas a ver la película con tus amigos seguro te hará voltear para al lado y pensar ¿será que este es igual? Complot refleja lo que es la falsedad entre los amigos, hasta dónde puede llegar alguien para traicionar al otro y por qué. Habla de la ambición”, dicen su director y productor.

 

El cine Guerrilla

“Lo que más me gusta de trabajar en producción es el reto de llevar la pauta hacia adelante. Eso es lo que me genera satisfacción. Cuando ya el producto está terminado uno dice: Wao, costó pero lo logramos”, manifiesta Piedra. El CNAC, como en las mayorías de las películas venezolanas, tuvo una participación. Sin embargo, no fue presupuestaria sino a la hora de trasformar el material digital a los 35mm que permiten que sea proyectada en la mayoría de las salas a nivel nacional.

 

A pesar de que esta dupla productor-director está acostumbrada a este tipo de cine agradecen todos los apoyos que han recibido, aunque hacen énfasis en las fronteras que impone el presupuesto. “Hay que ser positivos. Por ejemplo, las novelas no servían para apoyar a los jóvenes en crecimiento, eran un encasillamiento. Ahora con el cine hay más oportunidades. Esto es un proceso cultural”, comenta Gutiérrez.

 

Los proyectos espontáneos e independientes están inundando todas las áreas de emprendimiento posible. El cine no es la excepción. Ante la censura gubernamental, las limitaciones burocráticas y la fuerte competencia que impone los talentos emergentes el cine guerrilla se ve como un fuerte candidato para ampliar la futura gama de las propuestas nacionales y acercarlas al público.

 

Café con…

 

Guayoyo en letras: ¿Qué endulza su café?

Jackson Gutiérrez: Un café con leche.

 

Thomas Piedra: Ver, a través de la casa de mi novia, la ciudad cuando empieza a despertar.

 

G.L.: ¿Qué amarga su café?

J.G.: Que no tenga azúcar.

 

T.P.: la impuntualidad.

 

G.L.: Un momento del día para un café

J.G.: una reunión.

 

T.P.: cualquier momento.

 

G.L.: Una canción para un café

J.G.: Una salsa de Bravo & Calderón.

 

T.P.: Wish you were here de Pink Floyd.

 

G.L.: Alguien con quien compartir el café

J.G.: mi madre

 

T.P.: con mi chica, que lo hago todas las mañanas.

 

G.L.: Si Complot fuese un café ¿Cómo sería?

J.G.: Un moccachino relleno de vainilla, de buena fé y de todo.

 

T.P.: Un café negro, vertiginoso, rápido, que no te deja ni pensar.

 

 

 

Redes Sociales:

FB: https://www.facebook.com/ElComplotTheConspiracy

Twitter: @complot_lapelic

Trailer:  www.vimeo.com/neocreativenet/complot

 

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Guayoyo en Letras