Lo que me incomoda de la moda (1ra parte)

Por Glenda Morales

@glenda_morales

 

 

 

Antes de comenzar este texto quiero agradecer a Dios por concederme la capacidad de discernir a pesar de los temores y errores; por darme voluntad para atreverme a escribir. En segundo lugar reconocer que existan estas vitrinas afortunadas donde gente como yo pueda hacerlo. No hay nada más poderoso para un escritor que ser leído.

 

Pero esta vez no quiero que me lean solamente, deseo más bien que los lectores me ayuden a encontrar respuesta a unas inquietudes que tengo. En adelante, no pretendo ofender ni criticar, solo que para ser objetiva en mi mensaje, debo ilustrar. Vamos a filosofar. Sumérjanse en su cuerpo y sientan la respuesta antes de pensar. Hablen conmigo a través del pensamiento, o con un comentario al final, en Facebook.

 

Hagamos un poco de historia para argumentar

Los humanos, antropológicamente, en un proceso constante de aprendizaje por observación, imitan para ser aceptados socialmente. Entre otras técnicas de adaptación el individuo “tiende a imitar más las tareas de dificultad intermedia. Como señala Mazur (Mazur, 1994) esta sería una estrategia adaptativa ya que, cuando las tareas son sencillas, el aprendizaje por observación aporta poco y cuando son muy difíciles, no se pueden reproducir simplemente tras la observación”.

 

Además de a otros factores que afectan el proceso de aprendizaje, el individuo presta atención particular a las características de la conducta del modelo para aumentar las probabilidades de triunfar. Es decir, que el individuo inteligente, analiza el patrón en cuestión, de acuerdo a su capacidad y conveniencia: no imita lo inalcanzable pero tampoco aquello que les resulta demasiado fácil, porque este comportamiento le asegura el resultado positivo de crecimiento y a su vez reduce el fracaso a su mínima expresión. Obviamente, el hombre, hace de la emulación un objetivo repleto de lógica con un fin determinado.

 

La idea no es profundizar sobre el tema, pues hay suficiente literatura que lo respalde, solo se le está ofreciendo una referencia al lector para estimular criterios.

 

Ahora bien, considerando lo anterior y entrando en materia, les pregunto:

Por qué las personas hablan ahora con el celular frente a la boca como si estuvieran resolviendo una misión especial con un walkie-talkie.

 

Cuando se hagan la pregunta recuerden que estas personas a las que me refiero no tienen el aparato ni en manos libres ni con los audífonos conectados.

 

Bien, repentinamente, y sin motivo de base, de la noche a la mañana, el proceso de conversación telefónica tiene un paso extra. Un paso cansón y engorroso que se repite infinitamente hasta que se acabe la charla de los interlocutores: oído, boca oído boca oído boca, etcétera. En un diagrama de flujos este proceso es un descalabro, porque se ha sustituido una técnica ágil y eficiente por una formula torpe. Obviando groseramente los estudios previos de un trabajo industrial que diseñó el artefacto manteniendo el auricular y micrófono a una distancia exacta a la talla del espacio entre el oído y la boca justamente para escuchar y hablar en un mismo momento, sin necesidad de hacer otro movimiento. Entonces, por qué ocurrió.

 

Esta interrogante más que incomodarme, me preocupa; porque ese minúsculo ejemplo indica que la evaluación que hacemos naturalmente para imitar al mejor prototipo y así lograr resultados favorables que nos lleven a perpetuar una especie sana física y sicológicamente, puede decantar fugazmente en un simple capricho que ni ha pasado por el cerebro y mucho menos por el corazón.

 

En otros tópicos, pero con el mismo fin de seguir indagando esta conducta humana un poco infértil a veces; díganme algo acerca de por qué un hombre que tiene mucho pelo en el cuerpo, decide depilarse las axilas, exponiendo así un espacio de piel manchada que combina con el color de la guardacamisa que generalmente lleva puesta, como camisa; y además deja el resto de su entidad cubierta de vello crespo. A eso agréguenle el torso flácido y el abdomen prominente.

 

Imaginando que seguramente esa conducta la observaron de un galán fisicoculturista y considerando según lo explicado antes, que el ser humano no imita aptitudes extremadamente difíciles según su propia referencia, precisamente para no fracasar; entonces, por qué se da este caso donde el resultado además de nulo es nefasto.

 

No reparen en la ironía contenida, o de que quizás conozcan o aprecien a alguien que lo haga y reflexionen fríamente en la causa que los lleva a hacer eso. Teniendo en cuenta que las dos conductas antes expuestas, y absurdas en mi opinión, se están generando en masas. ¿Qué opinan?

 

Ahora bien, siguiendo en el tema pero divagando en forma de chanza, siempre he querido saber cómo se enamoran los chinos. Me pregunto esto, porque el tono y el impacto sonoro fuerte de su lenguaje, induce a pensar que en vez de conversar, discutieran en todo momento. Cómo será un chino cortejando: No puedo conjugar esa imagen con el romanticismo. Además, con el inmenso parecido de sus rostros, en qué basarán su amor a primera vista.

 

Para mi esta última era una interrogante exclusiva, hasta que pensé que entre el derroche de biopolímeros, silicón, queratina y uñas acrílicas, pronto tendría que hacerle esa misma pregunta a un venezolano. Por qué esa reproducción progresiva de mujeres en serie, todas tan parecidas. Me rehúso a creer que decidieron ser de la misma manera en la misma temporada. Y el tema no me permite cometer la imprudencia de compararlas con un cardumen o una parvada.

 

Yo soy de la vieja época y una romántica empedernida, así que me considero practicante de los detalles y entusiasta del rubor en las mejillas. Me emociona la idea de que los colores de la cara surjan por la forma en que te la mira la persona que te gusta, mientras convertimos una servilleta en papelillo tratando de disimular. Díganme si eso no es deporte extremo. Entonces, en estas épocas, también me pregunto cómo comenzará una conversación en una primera cita, con una persona que hace un rato te pasó la foto de su genital por whatsapp.

 

Lee la segunda parte de este artículo en la próxima edición

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