Matrimonio igualitario: una ley no erradica la discriminación

Por Lorena Díaz

@ddilorena

 

 

 

Sodoma y Gomorra, la Grecia Clásica, Roma o el Renacimiento son referencia de que la homosexualidad ha estado presente en la vida cotidiana de los pueblos a lo largo de la historia de la humanidad.

 

La Biblia, el libro más vendido de la historia, muestra animales hablando, mares que se abren a la mitad, agua que se convierte en vino, una virgen que tiene un bebé, un hombre camina sobre el agua y gente regresa de entre los muertos; nos dice que la homosexualidad es un pecado y  cuando una persona continúa en pecado e incredulidad, Dios “lo entrega” aún al pecado más malvado y depravado, a fin de mostrarle lo inútil y desesperado de la vida al hallarse separado de Dios.  ¿Qué cosas, no?

 

Recientemente la Suprema Corte de Justicia de EE.UU aprobó el matrimonio igualitario en todo el territorio estadounidense, una decisión histórica.

 

Todas las personas tenemos derechos inherentes, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Donde terminan tus derechos, empiezan los del prójimo.

 

 Si bien es cierto que en la actualidad la homosexualidad y otras opciones sexuales han dejado de estar estigmatizadas, en muchos lugares del mundo, sobre todo países subdesarrollados, los homosexuales siguen siendo perseguidos y torturados; como por ejemplo en Irán, donde ser gay se castiga con latigazo; o en Argelia, donde se castiga con penas de cárcel. Además, en muchos otros países ser gay puede ser castigado con pena de muerte como en Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen. Sin duda una imagen que dista muchísimo de un mundo evolucionado y avanzado como el nuestro.

 

A pesar del avance que representa en la comunidad gay haber ganado la primera batalla ante la Suprema Corte de Justicia de EE.UU, no es suficiente para evitar ataques de homofobia. La lucha contra la homofobia es realmente importante; y es que a lo largo de la historia del hombre se han cometido verdaderas atrocidades contra aquellos que sentían amor por personas del mismo sexo.

 

Actualmente se vive en una sociedad indiferente, donde si no se siguen las reglas, normas, mandamientos (como quieran decirles) creados hace millones de años no se es digno de poseer los mismos derechos que las demás personas. La igualdad es algo que se ha perdido a lo largo de los años, y el amor entre dos personas sin importar que se gusten y sean del mismo sexo actúa igual  que en sexos opuestos.

 

El amor no mide distancia, edad, condición social o genero. El amor está en espíritus que  se ayudan a levantarse de la tierra en un solo y único ser, nace del regocijo de mirarse, alienta a la necesidad de verse, crece con la imposibilidad de desunirse. El amor no es torrente, es arroyo; no es hoguera, es llama; no es ímpetu, es ternura, beso y paz.

 

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