Superando la epidemia: África post-Ébola

Por O.Rendón Azuaje

@talesoforian

 

 

 

Han pasado casi dos años desde el primer brote de la más reciente epidemia del Ébola en África, que tiene su registro el 26 de Diciembre del año 2013; en Meliandou, un pueblo protegido entre la espesura tropical del sur de Guinea, donde vivió Emile Ouamouno, un pequeño de dos años de edad, quien fue declarado muerto cuatro días después  de haber sufrido episodios de fiebre, diarrea sanguinolenta y vómitos.  Lejos de cualquier sospecha, se trataba del paciente cero, y del comienzo de una nueva crisis sanitaria, económica y social para el continente Africano.

 

Luego del fallecimiento de Emile, siguió su madre, después su hermana, su abuela y 14 miembros de la comunidad de Meliandou; y para el 23 de Marzo del 2014, el occidente Africano ya se había convertido en un tema de alerta mundial: Muerte. El Ébola tiene una tasa de mortalidad del 90%.

 

Las cicatrices que el Ébola dejó en países como Guinea, Sierra Leona y Liberia no solo se reducen a las pérdidas humanas, sino también al fuerte impacto que recibieron sus frágiles economías y su cultura ancestral; porque cuando la enfermedad dejó de ser noticia y el interés público se aburrió del Ébola, los países infectados se vieron anoréxicos, con una producción interna paralizada, un sistema educativo menguado, personas estigmatizadas por la enfermedad misma, miedo a la calle, al mundo, a todo. Y tocó empezar a levantarse.

 

Fue responsabilidad de sus respectivos gobiernos (con la ayuda del sector privado, la sociedad civil y algunas organizaciones internacionales), comenzar con la ardua tarea de rearmar los pedazos de las regiones sacudidas por la epidemia del Ébola y sus efectos secundarios en la sociedad: implementaron un plan de recuperación de mediano y largo plazo adaptado a las necesidades de cada pueblo; que consiste en intentar fortalecer el sistema sanitario y educativo para mantener a la nueva población post-Ébola; rehabilitar  la producción y sus actividades económicas, además de propiciar la inversión para la mejora de la infraestructura que se vio mermada al inicio de la epidemia; todo esto en un tiempo base de tres años, que en términos generales armarían un caparazón para hacer frente a la posibilidad de próximas crisis. Por otra parte, América Economía, señala quepasarán muchos meses e incluso años antes de que estos países puedan recuperarse por completo; sobretodo porque las regiones enfermas todavía estaban pagando las consecuencias de la guerra civil cuando llegó la infección, contando con un PIB total más pequeño que el de Afganistán, haciendo aún más difícil el proceso “post-Ébola”.

 

Otro de los problemas que puede atrasar al occidente Africano en su camino a la recuperación de la crisis del Ébola es el destino dudoso que han tenido algunos de los fondos entregados originalmente a la lucha contra la mortalidad del EVE por falta de auditorías y controles especiales, además de la corrupción crónica que padecen estas regiones del mundo llevándose, según EFE, 600 mil millones de dólares al año.

 

 Para la fecha de hoy, la crisis sanitaria del Ébola ha recaudado $422,533,770; ha dejado un saldo de 11,313 muertos y ha puesto en peligro alrededor de 20 millones de personas quienes han perdido a sus familias, trabajos, y han sido repudiadas por sus comunidades y creencias antiguas. La epidemia no ha terminado, pero es superada poco a poco, las ciudades se liberan del contagio, las escuelas están abriendo sus puertas y contra pronóstico o no, la maquinaria económica ya encontrará un modo de volver a funcionar (igual de débil o más fuerte que antes), pero lo hará, y lo hará bajo la sombra del mundo, hasta la próxima crisis, porque África dejó de ser noticia…otra vez.

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