Lo que no te enseñan de la guerra

Por Joan Camargo

@joanmanuelcfc

 

 

 

Este artículo lo escribí tras leer: El terrorismo y el relativismo tonto en la edición pasada de Guayoyo En Letras, y otros en medios internacionales que justificaban lo mismo.

 

En el mundo del periodismo  es común oír frases como “Si no sabes no opines” o “Infórmate antes de hablar” y aunque suenen cliché ¡vaya que tienen razón!, más cuando los que se encargan de proyectar algún tipo de opinión lo hacen a través de un  medio de comunicación de masas.

 

Tras los atentados originados en París no se han hecho esperar las opiniones de algunos pseudo-eruditos, con ínfulas de intelectuales de la geopolítica internacional. Con su lenguaje técnico y abombado buscan dar el mejor análisis de lo ocurrido, sin embargo su opinión no llena, y aunque pocos se atreven a refutarlos no hace falta más que ir al meollo del suceso para darse cuenta de su realidad errada.

 

Es fácil hablar del Estado islámico y de su culpabilidad en el hecho, incluso hasta apoyar la posición de Francia y sus bombardeos a Siria cuando poco se sabe de la historia de este grupo rebelde. Creer que el ISIS representa al Islam y a la cultura musulmana es como pensar que la Santa inquisición o el Ku Klux Klan es la manifestación pura de la Iglesia católica en occidente.

 

La teoría de amar al opresor y odiar al oprimido de Malcolm X  toma vigor en este caso, la alienación de los medios nos ha vendido la imagen del árabe como la de un terrorista que busca llevar la muerte a los países occidentales. ¿Y cuál es el fin de esa  paranoia?, que veamos siempre a occidente como las víctimas de los “ataques” que supuestamente provienen de oriente. ¿Y para qué?, para que las potencias occidentales puedan desarrollar tranquilamente sus políticas intervencionistas con la mentira de acabar con los terroristas, que en realidad fueron creados por ellos mismos.

 

Grupos como Al Qaeda son financiados en silencio por la OTAN desde la guerra de Afganistán. Mientras que el ISIS recibe apoyo de EE.UU desde su creación. Ciertamente la culpa es de las potencias occidentales y no por aceptar su religión y su cultura en nuestra parte del mundo, sino por armar y financiar a estos grupos extremistas, que no solo crean terror aquí, también lo hacen con millones de musulmanes en países como Siria e Irak.

 

Eduardo Galeano afirmaba que la guerra se vende con mentiras, lamentablemente es así y la historia se ha encargado de ratificarlo. Países como  Vietnam, Afganistán, Irak, Líbano, Libia y Siria han sido testigos de esta política macabra organizada por EE.UU. y algunos países Europeos. En el caso de Francia, ha participado en varios conflictos de oriente, uno de ellos fue el segundo ataque a Bengasi en 2011, el objetivo de esta intervención fue afianzar una coalición que diera fin al gobierno constituido de Muammar Gaddafi.

 

Ese ataque fue planificado 10 días antes en las oficinas del Departamento de Estado Norteamericano, siendo este el actual tormento de Hillary Clinton, quien declaró estar arrepentida de haber planificado estos ataques. Ojalá las vidas y la paz de todo un país  se recuperaran con un simple arrepentimiento. Y  desde ese entonces hasta la actualidad, en Libia se gesta una guerra entre las milicias que derrocaron a Gaddafi y las tropas yihadistas de Bengasi.

 

El problema a esta situación es el interés desbordado de occidente por apoderarse de un territorio tan valioso e importante, la respuesta absurda a los atentados sigue demostrando aún más ese interés, se sabe que bombardeando ciudades no se logra un resultado eficaz, solo se sigue derramando sangre de personas inocentes, pero lo siguen haciendo porque para ellos y para los alienados solo cuentan los muertos occidentales, los de oriente solo son cifras, números sin fondo y sin importancia.

 

Si contamos las bajas por regiones de nuestro lado no llegan a 10.000 las personas fallecidas a causa del terrorismo oriental, mientras que si vamos al territorio árabe y hurgamos las consecuencias de sus conflictos con occidente  la cifra de muertos es mayor a 10.000.000. Estoy seguro de que mientras lees esto ya han caído más de 10 niños sirios a causa de los bombardeos franceses en Raqqa.

 

Fomentar una sociedad segregacionista, en la que se restringa la convivencia entre musulmanes y católicos no soluciona ningún problema ni aquí ni allá,  el verdadero problema se soluciona con la disposición de los de arriba. Cuando las élites se sinceren y decidan acabar realmente con las fuerzas que perturban la paz mundial, lograremos vislumbrar aquello que de momento parece una simple utopía.  

 

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Guayoyo en Letras