¡Adiós al enchave!

Por Mario Guillermo Massone

@massone59

 

 

 

Cuando alguien te dice “¡qué enchave!”, te está diciendo ¡qué raya!, ¡qué desprestigio! Eso es la revolución roja rojita, por irritada irritadita, que se mide en estas próximas elecciones el 6 de diciembre. Porque hoy día, ser afecto al gobierno de Nicolás Maduro es una raya, un descrédito, un desprestigio.

 

Diecisiete años de revolución dejan un saldo de muertos, empresas liquidadas, inseguridad imperante, ¡narcopersonajes!, escasez generalizada, miseria campante, pobres por doquiera que mires, mentiras y más mentiras… Y habladera. Habladera de paja, habladera de paja hereje. ¡Qué raya! ¡Qué enchave! 

 

Cada vez que en la calle preguntó por Nicolás Maduro, recibo en respuesta el máximo insulto. A Maduro, no a mí. Si Chávez sembró conciencia social y política en el pueblo, así lo espero. Quizá por ello el rechazó, la náusea hacia Nicolás Maduro y su círculo de mediocridad bandera y vandalismo boleta.

 

Porque a estas alturas de nuestras vidas, el gobierno irritado irritadito lo que genera es náuseas. Queremos vomitarlo para sanear nuestro organismo social. Necesitamos un vomitorio “Caligula style” para vaciarnos de la maldad y perversión de esta mal llamada “revolución bolivariana”. Insulto a la memoria de nuestro Libertador.

 

Al ejercicio despótico de la autoridad habremos de colocar camisa de fuerza legal. A la indecencia pública habremos de ahogarla en una ética del poder que inunde de sensatez y decencia el ejercicio de la función pública. ¡Basta de mentiras! ¡Basta de usurpaciones y mediocridades! ¡Adión al enchave!

 

Mientras escribo estas letras, veo a Jaqueline Farías hablando estupideces, acompañada de Freddy Bernal hablando, por cierto, también, como es de esperarse, estupideces. Hablan de mantener la independencia del pueblo, hoy más dependiente imposible, de defender los derechos humanos, hoy más ultrajados que nunca. Hablan del apoyo de la tiranía de los Castro… Son un verdadero enchave.

 

Nicolás Maduro es la bandera del chavismo para las elecciones del poder legislativo del 6 de diciembre. Y mientras más lo veo, mientras más escucho e intento comprender lo que dice, más creo que el cambio viene y viene con todo. No soy psiquiatra, pero la salud mental de Maduro no es normal bajo ningún parámetro de diagnosis. Su salud mental es también un enchave.

               

Salgamos a votar este 6 de diciembre en contra del enchave. ¡Quitémonos esa raya histórica! Lo que una vez fue el portaviones electoral de Chávez, hoy día no llega ni a boya enchavada, aunque, como dice el dicho “la m… flota”. Pero no nos engañemos. No más mojones flotando. Necesitamos un buque sólido con brújula y norte. El cambio es un cambio no solo de tripulación sino de buque. Rearmaremos al Estado, rescataremos la decencia institucional. ¡Adiós al enchave!

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