Cambiar 2 pájaros de un solo tiro

Por Andy Lermith Camejo

@AndyLermith

 

 

 

En estos últimos 17 años, el pueblo de Venezuela ha estado sometido a una perenne campaña electoral que ha sido no solo desgastante sino agobiante en la misma esencia de  todos sus habitantes; incluso llegando a un extremos de asquear a una democracia que no es tal pero que a los ojos internacionales siempre ha sido genuina y original ya que muchos países han sido cómplices de la misma.

 

La crisis nacional ha llegado a un punto tal que no aguanta disfraces de ningún tipo ya que el modelo político, económico y social ha desmembrado no solo la economía familiar; también hemos sido testigos de una ideologización tan atroz que hasta el propio funcionamiento social se ha fracturado, generando una descomposición social casi irreparable.

 

Ahora bien; en mucho tiempo, la oposición o la MUD nunca habían estado tan mejor posicionados para afrontar una contienda electoral como la que se avecina el 6 de Diciembre y que sin duda alguna tendrá unos matices importantes a la maltrecha dinámica política del país.

 

Cabe acotar y sin ningún tipo de discusión que la llamada “Alternativa Democrática” obtendrá muchísimos más escaños en la Asamblea Nacional que el mismo partido de gobierno; claro está, eso sí reina con racionalidad la Legalidad hoy tan cuestionada. Ante este hipotético escenario hay que hacerse unas preguntas que profundizan un simple resultado electoral: La Alternativa democrática ganará las elecciones ¿Por qué la oposición se ganó a la gente? Ó ¿Por qué el Gobierno perdió a la gente?

 

Esas interrogantes usted mismo se la debe contestar en base a sus propias vivencias, sin embargo, es nuestro deber hacer una especie de disposición didáctica para que simplemente lo pueda entender naciendo desde una fácil ecuación social: Las penurias que pasa el venezolano con el desabastecimiento en las colas diarias a fin de conseguir algún producto de primera necesidad, los milagros que debe hacer para medio estirar el sueldo que se diluye entre lágrimas e impotencias, la corrupción galopante por parte de altos funcionarios, la inseguridad desbordante que lo convierte en presa fácil hasta en su propia casa, el manejo equivocado de la economía nacional, el sectarismo siempre enfermizo, el secuestro de todos los poderes públicos, la falta de una gerencia de altura que le diera bienestar real al venezolano y sobre todo las constantes mentiras a un pueblo que lo que ha hecho es esperar y esperar; todas estas variables se convierten en malestares generales en  toda una población que quiere un cambio real, oportuno y de altura que incluya absolutamente a todos sin discriminación.  Esto ha hecho que definitivamente el gobierno haya perdido al pueblo que en un momento lo siguió.

 

Por otro lado, encontramos a una oposición opaca en muchas de sus líneas aunque de alguna manera no deja de ser la tan anhelada alternativa de cambio que este país necesita, o al menos espera con una fe tenue. Pero, ¿por qué la Oposición No se ha ganado la simpatía del pueblo y basa su triunfo en un fracaso contundente de un gobierno anti-democrático?

 

En primera instancia encontramos muchas figuras desgastadas que encabezan las decisiones de los partidos políticos, incluso bajo figuras caudillistas. Por otro lado, se observan las tan criticadas “Macollas” partidistas que toman decisiones a puertas cerradas y que luego salen con determinaciones muchas veces hasta inexplicables; cabe acotar que, esa misma práctica también la plantea el Gobierno. Bajo otro aspecto encontramos los grupos sectarios y elitezcos que muchas veces haciéndose pasar como los “Guru” de la Política se olvidan de lo que realmente importa, la dignidad humana y el bienestar social, fundamentado en el verdadero tacto sincero con los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad y que de alguna manera en muchos casos son los más perjudicados del toma y dame de las malas decisiones.

 

Hoy por hoy, debemos decir también sin temor a equivocarnos la implacable conveniencia de algunos pseudo-dirigentes que dicen ser de la alternativa democrática y aplauden en su interior el encarcelamiento de Leopoldo López; muchos se hicieron la vista gorda y metieron sus manos en los bolsillos para luego no sacarlas más, ni siquiera alzar la mirada; esa misma intencionalidad basta para condenar tales actitudes, pero lo grave de todo es que son los mismos que se sientan a negociar en las mesas, los que toman decisiones y además los que aparecen en los medios con su cara bien lavada y de manera “Farandulera”  Luchando por una Democracia.

 

En esta etapa crucial de la vida de la república, Venezuela necesita de todos y cada uno de sus miembros para poder recuperar la estabilidad y el verdadero bienestar de sus habitantes, aunque para ello, la autocrítica activa y constructiva debe ejecutarse con seriedad y temple ya que, el partido de gobierno va de salida y la alternativa democrática está recuperando un sitial importante en los caminos del país. Del gobierno ya sabemos qué esperar; de la oposición No, pero se hace imperante que la misma, redirecciones sus formas de actuar bajo un esquema sincero, humilde y honesto porque la pregunta antes planteada debe cambiarse para ganar la confianza del pueblo y poder afirmar ¡¡La alternativa Democrática se ganó a la Gente!! Pero con Humanismo y verdadera Política Social sincera; de lo contario seguiremos siendo una pantomima con otros personajes y una misma trama. 

 

Recordemos lo que dijo Abraham Lincoln; La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”.

 

En este sentido, para ganar credibilidad necesitamos hacernos verdaderamente pueblo sin complejos estúpidos; en fin, SER PUEBLO.

 

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