Unidad Idiota

Por Jorge Olavarría

@voxclama

 

 

 

No es lo mismo—unidad idiota, que unidad, idiota. Lo primero es una enunciación insultante lo segundo es un vademécum publicitario condescendiente, ergo, también insultante. Ambas aplican. La unidad idiota es lo que tenemos (con y sin coma). Germina bajo el pretexto de vencer un pacto polar, vuelto política marxista-marcial-patriotera centralizada, para que los votos de muchos candidatos de oposición no se diluyeran, se creó una alianza opositora, arroz con mango, dicha democrática.

 

Por esa senda resbaladiza llegamos a estas trascendentales elecciones legislativas en las que pululan jerarcas vencidos, tanto por fecha como por contenido, porque es la única vía, y lo saben, para que puedan regresar. Los jerarcas de la Mesa de la Unidad les abrieron la puerta a personajes que no representan a nadie, que el tiempo dejó atrás, y que, sin embargo, regresan bajo ese sagrado e intocable manto de unidad. Triste maniobra de quienes saben que sus propuestas no serían avaladas por el mandato popular y solo pueden regresar así, negociando tras bastidores, mercantilizando su regreso y la recuperación de la rancia política de negociar debajo de la mesa. Unidad. Así, maniobrado CAP-III-es, candidato eterno, perdió no solo mucha popularidad sino muchísima credibilidad. El fin justificado.

 

A cambio, estos saurios seguramente han compartido una experiencia política que hoy no es que está desusada sino que ha sido perfeccionada. Involucra maniobras, trampas, intrigas, y toda índole de chantajes que el chavismo maneja mejor que nadie, aunque hoy menoscabado con pesados parámetros inflacionarios producidos por tantos años de corrupción, despilfarro, enajenaciones, ultrajes y estupidez, mal llamada crisis

 

Cierto que el concepto de unidad es trascendental. La insuficiencia de unidad ha sido en gran parte culpable que una ideología fallida y un liderazgo podrido e inepto tuvieran rienda suelta durante tres quinquenios, todo el siglo XXI. La unidad, entonces, era y es el objetivo y con ese abstracto piloto podemos obviar el verdadero objetivo que es la decencia, la sensatez, la sindéresis en la conducción del Estado—que nunca fue exigencia pero siempre fue potencial. (Acepto que no se puede plantear regresar a la decencia porque allí no se encuentra.) Justamente, la unidad se promociona como el altar para librarnos de esta lacra que más que comunista es una ideología oportunista, la más corrupta conocida, la menos eficiente y la acequia designada de la hipocresía y el revanchismo. Por ahora, con esa unidad lograda a expensas de la pluralidad, tenemos un espectáculo bipolar en la que no se impugnan las ideas de los futuros representantes. Optamos por uno u otro. Y sabemos que las cartas están echadas.

 

No basta cualquier unidad. Digo. Ciertamente no basta una unidad idiota. Digo. Y es idiota porque estos carcamanes que han sido inscritos en plazas inmerecidas, en la lista de espera electoral, en este preciso momento de candidatos a ser legisladores de un nuevo Estado, de un Parlamento que debería ser capaz de rezurcir, sanar, encauzar. Y ocupan estas listas en nombre de la unidad porque la MUD decidió amparar lo que fue en gran parte a expensas de lo que se estaba formando. De lo que podía y hasta debía ser. Es una variable del característico proteccionismo, intervencionismo conservador que tanto ha frenado el progreso y la innovación. Tercer Mundo. Si acaso me dijeran que estos personajes en sus tiempos optimizaron una fórmula de cordura, concordia y democracia que vale la pena repetir, entonces no habría acidez. Solo esperanza. Pero, seamos honestos, estos personajes son los padres de la Bestia. Es gracias a ellos y sus políticas de piñata que estos deslamados llegaron y han desangrado al país, como lo hubieran querido hacer otros, solo que nunca incorporaron el manto vitalicio en sus planes. Si acaso, el único legado de estos personajes que se merece algún resguardo y agradecimiento, imperfecto pero trascendente, es el concepto del relevo electoral, que respetaron siempre, pero que pocos agraciaron con la incorporaron o la percepción del vencimiento, del retiro. Tenemos hoy, entonces que quienes no volverán, vuelven, y la Asamblea unicameral Bolivariana verá el regreso de muchos personajes que saben dónde quedan los baños y no necesitan un tour guiado.

 

¿O es que acaso la MUD representa una alternativa real al totalitarismo marxistoide, al retraso y al retroceso? En realidad no. El vocablo es el mismo. No le están diciendo al electorado que son el distanciamiento a una ideología en la que Papá-Estado todo presente y todopoderoso que los trata como pueblo, como masa, como niños malcriados a los que hay que mantener o confinar por su propio bien. Si acaso entendemos que ellos lo harían diferente, pero el paternalismo, el estatismo exacerbado, las potestades, subsidios, y todo índole de condescendencia, se quedan. Publíquese. El Gobernador Capriles no comunica su enfoque libertario sino su visión colectivista. Aun con el presupuesto saboteado, son las viviendas concedidas, vehículos, créditos, escuelas comunales, dispensarios lo que anuncia como logros. El supuesto relevo de esta nefasto régimen NO nos está pidiendo que nos comportemos como hombres libres y pongamos las manos a trabajar sino que las dejemos extendidas. Ellos SÍ van a cumplir y repartir bolsitas de piñata para todos. ¿El cambio viene?   

 

Mientras el déspota trascendental día a día volvió el administración del gobierno la extensión de su ego, al Estado en un feudo personal, a los organismos armados civiles y militares en sus mercenarios y a PDVSA en su caja chica, la Oposición no hizo ni dijo nada (y si lo hizo, y si lo dijo, de nada sirvió por lo que su rol, su raison d’être fue prescrita). Sementales castrados. Lo peor es que si acaso solo un puñado de ellos puede decir que fracasó en buena lid. Que dio la pelea (y no hace falta anunciarlos). Porque el fracaso de la oposición fue total. Unidad o no-unidad, no defendieron los derechos fundamentales de los ciudadanos, no detuvieron el desfalco más colosal conocido, no defendieron las instituciones del Estado, ni la democracia. Negociaron, se dejaron, se atemorizaron, y si acaso, en su defensa, esperaron; chillando o no, esperaron. Así, el poder se hizo supremo y vitalicio. Nos alternaron desde lo fundamental hasta lo banal. El apelativo, moneda, hora, hasta la mente. Así, el despotismo megalómano tomó más espacios de los que hubo logrado cualquier dictadura del pasado. Y eso sucedió bajo la vigilia de quienes hoy se pretenden los salvadores, la alternativa. No emito sentencia. Solo expreso repugnancia.  

 

Y si estos políticos negados a la extinción fueron, implícita o explícitamente, los padres y maestros de los criminales dementes, de estas fieras feroces que tenemos aferrados a las riendas (16+) del Estado (y de sus tesoros), que también, digamos, han sido capaces de evolucionar. Cosa que no es nada positiva. En este caso, la evolución de los políticos de este milenio se resume en que se apropiaron e hicieron un altar de piedra de un perverso silogismo que tanto daño ha hecho, y en tantos lugares. Es un argumento utilizado por comunistas, nazi, talibanes y todo índole de monstruos y es—que el fin justifica los medios. Lo que sea efectivo vale. Mentiras, fraude, chantajes, asesinatos, robo, expropiación, imputaciones falsas a granel, promesas irrealizables. Maldad. O como compendia Aldous Huxley, “El fin no puede justificar los medios por la sencilla y obvia razón que los medios empleados determinan la naturaleza de los fines alcanzados.”

 

A solo días de las elecciones parlamentarias, el Presidente substituto (solo capaz de plagiar a su Comandante supremo hasta en sus expresiones gestuales) anunció sin trapujos que desconocería el triunfo de la oposición. Entre amenazas e insultos (distintivo copiada también) anunció que sacaría turbas a la calle (que llamó pueblo) y a sus asesinos uniformados (a los que llamó militares) si el veredicto democrático sentenciaba en su contra el 6 de diciembre. El exrector del CNE (que no es lo mismo que el excreto), alcalde recompensado, loquero del régimen, en otro molinete de cinismo sicopático anunció que la oposición debería aprender algo de la humildad del perdedor argentino. Pobre pibe. Y el enano siniestro advierte que nadie se espera lo que viene. Altiore terrore. Ergo, ya no saben qué hacer o decir porque se les acabó la fuente del verbo innovador. No sé si la sandez de que “el tiempo de Dios es perfecto” consuele a quienes han sufrido tanto; lo que sí sé es que el tiempo de hombre es perentorio. Y se les acabó. Buen viaje. Digo. 

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