Sin triunfalismos

Por Jorge Flores Riofrio

@FloresRiofrio

 

 

 

Como la mayoría de los venezolanos, el 6 de diciembre tuve un gran momento de alegría, al ver como la democracia triunfaba, quitándole fuerza a los expropiadores de nuestros poderes públicos, para iniciar una nueva etapa para construirnos como Republica, sin embargo he decidido no dormirme en los laureles y creo que es necesario, que entremos en una reflexión, para que podamos comprender, cual es la realidad después de esta victoria, que ha traído a nuestro país, que aún debe atravesar el camino de la transición, ante poderes que no pretenden soltar sus espacios sin luchar.

 

Algo que es muy importante tener presente, es que aún hay una gran cantidad de personas, que aunque hayan votado en contra el oficialismo, siguen conectados con el ideal en el que se convirtió Hugo Chávez, por tal motivo, no pueden ser considerados opositores firmes contra el gobierno, son personas, una gran cantidad cabe destacar, que dieron su voto por la MUD, no porque estén de acuerdo con la facción opositora, sino porque su cotidianidad se ha visto realmente perjudicada por las malas políticas de Miraflores, haciéndolos fáciles presas, a los discursos y a las dadivas del Estado, siguen viendo con desconfianza a los partidos de oposición, algo que si los vencedores de hoy, no prestan atención, puede volverlos a llevar, por una mala jugada del destino, que coloque nuevamente a los rojos en una situación económica ventajosa, a la derrota política en las muy importantes próximas elecciones.

 

No podemos permitirnos triunfalismos, debemos reconocer que la situación económica fue lo que hizo que chavistas se voltearan, aunque no dejan de compartir o ver las ideas de Chavéz, como algo beneficioso, cuando realmente esas ideas estaban sustentadas, en precios altísimos en el barril de petróleo y un carisma innegable, pero que a la larga nos condujeron al desastre que estamos padeciendo. Es necesario que desde ya, se haga un empeño por ganar la confianza de ese porcentaje aún chavista de corazón, por medio de acciones concretas que mejoren su calidad de vida, que ellos puedan ver una propuesta que los incluya y no los minimice, como duela a quien le duela, era la actitud de las cúpulas políticas de la cuarta República, que trajo como consecuencia la victoria del comandante muerto.

 

Si queremos fortalecer la democracia, el contacto social debe profundizarse, si estamos comprometidos con el cambio, se tiene que quitarle los argumentos a los sacerdotes de la boina, integrándonos a las soluciones de los problemas puntuales, en las comunidades más débiles al populismo, a esas personas que en su momento, sintieron que con Chávez podían ser escuchados y que lo que les prometía, los dignificaba y les daba identidad.

 

Una gran victoria disfrutamos el 6 de diciembre, la Asamblea es el corazón de un país, no habíamos tenido la oportunidad desde hacía años, de ver a un parlamento que  no fuese una extensión del  poder ejecutivo, pero esta alegría, este triunfo se nos puede esfumar en el tiempo, si no reinterpretamos a Venezuela, si permitimos que los intereses partidistas, estén por encima del bienestar social, si no tenemos vocación de servicio y creemos, como lo hicieron los chavistas y antes de ellos los Adecos, que el pueblo te sigue de manera leal, porque hoy vote por ti. La gente vota por el que es cercano a ellos, si caemos en el error de creernos que la oposición es dueña de los votos por esta elección, sin hacer que la gente sea fiel a los valores democráticos y que confié en las instituciones del Estado, que gracias a Dios hoy se pueden reestablecer desde la Asamblea, en un futuro cercano, otro Chávez que se dé cuenta de esto, volverá a poner sobre si la esperanza de nuestro país, haciéndose un todopoderoso, llevando gracias a la devoción de un pueblo sin cultura republicana, y unos políticos partidistas de visiones miopes, la sentencia antidemocrática de los monarcas de los siglos pasados “El Estado soy Yo”.

 

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