Hambruna

hambruna

El pueblo venezolano, no sabe lo que es vivir una hambruna, o hambre extrema, porque las vividas durante la guerra de independencia, han quedado en el olvido colectivo.

La humanidad ha sido sometida, por diversas razones, a situaciones en las cuales escasean los alimentos a tal grado que extrae del ser humano su animalidad. No tengo registros escritos de periodos semejantes. Los más recientes remiten a la primera guerra mundial, en la cual los europeos sobrevivieron por una dieta obligada  de nabos y zanahorias cuestión que se reeditó en la segunda guerra mundial. Los más sufridos en esta etapa triste de la humanidad, fueron los judíos, sometidos a  dietas de pan y agua es dosis bien limitadas. Cabe también destacar que las tropas patriotas se alimentaron  de carne fresca o salada, traída del llano y tubérculos, granos y hortalizas cultivadas en los valles del centro y el barlovento mirandino. Tan es así, que los realistas le cortaron el paso a los alimentos provenientes del llano y de los valles mirandinos a las tropas patriotas, y este hecho fue decisivo para la capitulación y por supuesto también de la inmigración a oriente.

Como puede colegirse de lo anteriormente escrito, los alimentos juegan un papel preponderante en la vida de los pueblos, con énfasis en tiempos de guerra.

En el  devenir histórico contemporáneo de Venezuela, en tiempos de una guerra no convencional ni declarada del régimen contra el noble pueblo, hemos sido testigos de una crisis alimentaria de tales magnitudes que los cuadros que estamos presenciando requieren de un talento descriptivo como el exhibido por Dante. En ese sentido nos permitimos señalar aquí los siguientes testimonios visuales: cientos de mujeres, hombres y niños registrando basura y consumiendo desesperadamente cualquier alimento que encuentren, hasta tal punto que compiten con perros y gatos. Niños pidiendo un trozo de pan a quienes hacen grandes colas de varias horas, para comprarlos. Miles de personas que abordan los diversos transportes públicos solicitando dinero para comprar alimentos y medicinas.

Los médicos y profesores de niños, jóvenes, adolescentes reportan anemia, pérdida de peso, disminución de la masa corporal, dolores de cabeza, mareos, desmayos y malestar general por HAMBRE. No pocos manifiestan que comen una sola vez al día, otros afirman que en sus casas no hay harina de maíz, harina de trigo, pasta, arroz, azúcar y mucho menos carne o pollo. Sabemos por experiencia propia que esta es la realidad que se vive diariamente  en más del 90% de los hogares venezolanos, y como hemos afirmado en notas anteriores TODOS SOMOS INDIGENTES, PORQUE NUESTROS INGRESOS NO ALCANZAN PARA CUBRIR LA CANASTA ALIMENTARIA, CUYOS COSTOS SUPERAN LOS DOCE SALARIOS MÍNIMOS.

Como consecuencia de lo anteriormente dicho apelamos a la imaginación colectiva para a través de las más diversas estrategias comunicacionales le hagamos saber a nuestros gobernantes que el hambre no puede ser un instrumento para arrodillar a un pueblo y obligarlo a doblegarse, para perpetuarse en el poder. El HAMBRE DEEBE ESTAR FUERA DEL DEBATE POLITICO, POR CUANTO LOS DAÑOS OCASIONADOS A LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA SON IRREVERSIBLES Y EL RENCOR ACUMULADO PUEDE PRODUCIR UNA REACCCIÓN  INCONTROLABLE.

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