Haití: una nación castigada por la naturaleza
Entre el Océano Atlántico y el Mar Caribe se erige una nación cuyos 27.750 km2 alberga un poco más de 10 millones de personas.
Un país protagonista en la historia de la corona española en América, desde 1492 cuando Cristobal Colón recorrió sus tierras y la bautizó como “La Isla Española”, fue desde el inicio la entrada al nuevo mundo para los europeos, por ellos los franceses que obligaron a dividir el territorio.
Casi 400 años después este país logró la independencia, se encaminaba a una estabilidad económica y social libre del dominio de las coronas europeas.
Todo ello dista de la Haití que se encuentra en el siglo XXI, conocida por algunos como la nación más pobre de América, sus habitantes subsisten con poco menos de 1 dólar al día y bajo la sombra del un enemigo que no pueden enfrentar con facilidad: la naturaleza, que ha demostrado su cara menos amable para la nación antillana.
2008: Huracanes Gustav y Hanna
Transcurría el mes de agosto y con él la temporada de huracanes del Atlántico, con vientos aproximados de 283 kilómetros por hora la tormenta tropical Gustav sacudió el sudeste de Puerto Príncipe.
Pocas horas después ya era un huracán que recorría la parte sur de la isla, después de la capital la población de Jacmel fue una de las más afectadas, casi una decena de personas perdieron la vida.
Llega el mes de septiembre de 2008 y la calma en el país antillano está lejos, otra tormenta se acercaba, Hanna un poco más débil que su predecesor hace estragos en un Haití aun sacudido.
Casi un centenar de personas perdieron la vida, la mayoría de ellas en Artibonite al norte del país.
«Todo el país está bajo el agua y Hanna ha devastado cosechas en todas partes«, sentenció Raphael Yves Pierre, director de la organización humanitaria ActionAid.
2010: la tierra se mueve
No solo los fuertes vientos transformados en huracanes y lluvias amenazan Haití, la tarde del 12 de enero de 2010, tembló en la isla con una fuerza de 7.1 en la escala de Ritcher.
En menos de un minuto Puerto Príncipe se convirtió en una nube de humo, escombros, edificios derrumbados o apenas en pie se convirtieron en el paisaje.
Edificios como el Palacio Nacional, la Catedral de Puerto Príncipe y la sede de Cascos Azules de las Naciones Unidas se vieron afectadas, el mundo vuelve a mirar hacia la isla, una vez más la naturaleza demuestra su fuerza.
Minutos después 3 réplicas de 5.9, 5.5 y 5.1 sembraron el terror en quienes se encontraban allí.
300mil fallecidos, una cifra similar de heridos y el 1,5 millones de personas quedaron sin hogar, una vez más la isla se encuentra en ruinas.
Países como Nicaragua, Estados Unidos y Venezuela dijeron presente ante la catástrofe en la isla, ayuda económica y en recursos fue enviado desde el mundo hacia Haití, muy pocos saben que pasó con ello.
2016: Matthew revive el miedo
“Haití afronta su mayor desastre humanitario desde 2010” señala el coordinador de Naciones Unidas en el país Mourad Wahba, la frase se queda corta ante la magnitud de la tragedia.
Cuando una aparente tranquilidad y el olvido del mundo para Haití se hacía presente la nueva temporada de huracanes trajo consigo a Matthew, cuyo paso revivió lo vivido hace 8 años en escalas más elevadas.
El poco rescate que recibió el país literalmente “se lo llevó el viento”, las infraestructuras nuevamente fueron dañadas, áreas quedaron completamente incomunicadas y poblaciones como Jeremie desaparecieron.
A las 900 víctimas que hasta los momentos se contabilizan se suma una nueva alerta, la epidemia de cólera ya suma 20 fallecidos, por ello las Naciones Unidas envió el pasado martes un millón de vacunas.
En pocos años una nación ha sido profundamente castigada por la naturaleza y recuerda lo efímera de la existencia, que las cosas materiales no superan en fuerza al espíritu humano, esto lo demuestra el pueblo haitiano, quienes con cada revés se levantan, se reinventan y nos recuerdan a los demás habitantes del mundo que la esperanza es el motor que hace superar todas las adversidades.
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