Mujer: que tu independencia no robe tu feminidad

Atrás quedaron los tiempos donde la mujer quedaba relegada a un segundo nivel, destinada a quedarse en casa y ocuparse exclusivamente a las labores del hogar, por lo menos en la mayor parte del mundo y Venezuela no es la excepción,  mujeres que se han superado, han realizado estudios universitarios y han logrado avances profesionales que nada tienen que envidiar a los hombres.

Esta situación indudablemente ha cambiado la perspectiva de las féminas que se saben autosuficientes, que no necesitan tener un hombre al lado que las mantenga e incluso, en muchos casos la vida las ha puesto en la necesidad de sacar adelante a sus hijos solas, solteras, divorciadas (y hasta algunas casadas) porque son ellas quienes generan los recursos económicos que permiten sostener el hogar.

Muchas de esas mujeres se quejan de su soledad, que no consiguen hombres que valgan la pena, que me cuentan de relaciones que no duran y sienten que los hombres tienen miedo de su independencia, y te pregunto ¿crees que esto es verdad?

Pienso que quizás hayan hombres que se intimiden por esta situación pero estoy consciente que muchos admiran a estas mujeres independientes y seguras de si mismas, pero, el punto clave que si suele atemorizarlos es cuando esta independencia llega a un nivel donde consciente o inconscientemente le hacen sentir a esa pareja que no lo necesitan, que no son capaces de mostrarse vulnerables, perdiendo de esta manera esa feminidad que tanto disfrutan los caballeros, y es que es necesario entender que si bien es motivo de orgullo ser una mujer guerrera, esto no tiene por qué entrar en conflicto con la gloria de ser inmensamente mujer, femenina, vulnerable y poder disfrutar de los mimos y de la protección masculina.

Cuando compartí estas líneas, algunas mujeres guerreras saltaron con comentarios como: “que triste me parece ese complejo del hombre en querer vernos vulnerables”, “¿por qué tengo que verme débil para que no se asuste?”, “es que somos demasiado para cualquiera”

Varios hombres por su parte manifestaron su acuerdo con la combinación de la mujer segura de si misma, independiente, que sabe lo que quiere y no por ello deja de ser vulnerable y disfruta la protección y la caballerosidad masculina sin por ello sentirse disminuida, y es que en muchas ocasiones  la carga de ser tan autosuficiente es muy dura.

No hablo de debilidad, hablo de no perder nuestra esencia, no ser arrogante o “sobrada” con una actitud que pareciera decir –No necesito a un hombre ni de nadie a mi lado- Mis queridas mujeres guerreras, el hombre por esencia suele ser protector, disfruta saber que te apoya, que te puede resolver cosas, sentirse en cierta forma necesitado y útil más que dejado a un lado.

Culmino esta reflexión haciendo un reconocimiento a las valientes y guerreras mujeres que se han esforzado por superarse, que pueden cubrir sus necesidades y las de sus hijos (u otros seres queridos), que son emprendedoras y por lo tanto un ejemplo a seguir  e invitarlas a concientizar que nada de esto se pierde con el disfrute de la caballerosidad, de la manifestación de tu sensibilidad y delicadeza femenina, y del despliegue de amor que suele enmarcar el corazón de cada mujer…que tus logros sean tu orgullo no tu coraza.

Y tú ¿qué piensas?

Liliana Castiglione
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