Una Venezuela postchavista es posible

Así intituló su libro, el profesor Santiago José Guevara García, ciudadano comprometido en el rescate de la institucionalidad democrática en Venezuela, hoy preso político del Estado Cuartel que nos rige, por saber ser leal a sus convicciones. Una vez más Universidad recibe el golpe certero de un régimen asediado por sus propios demonios que ve en los universitarios el enemigo interno al cual debe aniquilar a toda costa.

Al profesor Guevara García, lo acusan de “traición a la patria”, pero a ¿Cuál patria? ¿A la patria de los corruptos? ¿La patria del malandraje? ¿La patria de las mafias de todo tipo? La patria donde impera la mentira? ¿A esa patria se refieren? Pues sepan sus carceleros que el profesor Guevara García, no comulga con esa patria nefasta y mucho menos es traidor, pues para serlo primero ha debido ser parte de esa patria. En consecuencia, la acusación proferida carece de fundamento y no es más que la expresión de la más aberrada forma de sojuzgar a los que piensan distinto.

Venezuela postchavista. Prospectiva y política, editado por el Vice-Rectorado Administrativo de la Universidad de Carabobo, Valencia, 2010, pp. 206, es el producto de la inquietud de su autor al ver cómo se ha desenvuelto y sigue desenvolviéndose la actividad política en esta candente Tierra de Gracia.

Cuando Guevara García tomó la decisión de llevar a la imprenta su libro, lo hizo bajo el convencimiento de que este podía constituirse en un medio para ayudar a sacudir la postración de varios sectores de la oposición democrática que veían como la descomposición de la república se hacía irremediable. Así, imbuido por esta preocupación, comenzó a reunir sus escritos semanales publicados en medios periodísticos, ponencias y otros papeles de trabajo fruto de su participación como integrante de la Coordinadora Democrática de Venezuela.

Bien lo advierte Guevara García en su nota introductoria, “este no es un producto académico (…) es un aporte a la dotación de amplitud y profundidad a la nueva política democrática nacional” que requiere de “amplitud para el reconocimiento de todos sus nuevos agentes y formas organizativas y profundidad para la infusión de bases conceptuales, orientaciones y contenidos cabales”.

Pese a los inmensos nubarrones que se avizoraban en el horizonte próximo, para el momento en que publica el libro, el profesor Guevara García, no pierde la esperanza y el optimismo e indica: “Venezuela va iniciar, en cualquier momento próximo, un nuevo ciclo de vida democrática –un nuevo ciclo, dijimos, y no una continuación o un regreso al anterior”. Pero agrega con profundo sentido realista “…y no dispone del conjunto concreto y mínimamente organizado de ideas que sean la orientación sobre cómo hacerlo”.

En su libro, el autor se propone anticipar el futuro en medio del presente lleno de conflictos y “ofrecer un conjunto concreto y práctico de ideas” que orienten el relanzamiento de Venezuela en los próximos quince, veinticinco o más años, aproximadamente. En siete capítulos, están expuestas las ideas de un académico que se sabe sentado en una bomba de tiempo pero que en lugar de huir o mimetizarse al servicio del régimen, opta por pensar el país para las nuevas generaciones.

Pero antes de esbozar su “Visión de País”, el autor hace un enérgico llamado de atención al liderazgo opositor del momento, cuya traza sigue cobrando vigencia: “La Venezuela de la era chavista no puede ser observada, comprendida o intervenida con base a criterios para la normalidad política. El país no vive una situación política normal, que se resuelva con la decisión electoral de los ciudadanos o el funcionamiento satisfactorio de las instituciones. El país está en conflicto. Así se tiene que entender. Y bajo ese entendido se tiene que manejar la política democrática” (p. 57).

Como punto de partida, el profesor Guevara García, propone un “Pacto de gobernabilidad” que abarque el ineludible período de transición donde se tendrán que atender las necesidades más inmediatas y conjurar los peligros que estarán a la orden del día. Estima el autor que “Venezuela quiere unidad. Unidad nacional. Y esa unidad no la ofrece el chavismo (…) Toca, entonces, a la sociedad democrática nacional construirla y ofrecerla. En principio, al conjunto de las fuerzas de oposición y a la sociedad toda; pero, en segunda instancia, por razones de gobernabilidad, a los sectores democráticos del chavismo” (p. 107).

El profesor Guevara García, señala en su libro que la gran meta de hacer viable la transición democrática hacia la Venezuela deseable, necesita de “politizar [el país] reinstitucionalizar, legitimar, despersonalizar, hay que evitar la presencia de un conflicto político nacional, hay que desmilitarizar, hay que descaudillizar, hay que reunificar, hay que lograr la gobernabilidad…” (p. 132).

Más dealante, advierte el autor que quienes aspiren la conducción transición política democrática, deberán resolver la disyuntiva entre “viabilizar su gobierno con apertura social o tendrá que sacrificar en el plano de los derechos humanos”. En ese marco lleno de desafíos, “las ideologías tendrán que esperar”, pues la prioridad será “…ingeniárselas para un esquema de relaciones comerciales e integración más al centro del espectro y con formas ingeniosas de combinación de los comercial con el tema del desarrollo o la inclusión..” (p. 184).

Los detalles para alcanzar tan ansiada gobernabilidad están resumidos en once componentes de alcance político, económico y social, en el que la planificación, la adecuación constitucional, el rescate de los valores del trabajo y la convivencia, así como la implementación de una política económica equilibrada, acompañada de programas especiales de empleo y obras, y seguridad jurídica, garanticen en el corto, mediano y largo plazo “el bienestar de todos los venezolanos y el ejercicio civilizado de la política”. Así queda resumida esa prospectiva concebida por un venezolano, “militante del futuro”.

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