Chrysler Airflow, el incomprendido

A lo largo de la Historia del automóvil, existen multiples casos de verdaderas piezas de ingeniería automotriz, automóviles con una genialidad y un criterio tan bien conceptualizado que resultan muy adelantados a su tiempo, tanto que terminan siendo incomprendidos.  El automóvil de esta semana es un vivo ejemplo, una hermosa creación de líneas futuristas, cuya planificación de fabricación fue mala, al igual que la estrategia de venta usada para comercializarlo. Aún así, es pieza importante de la Historia del automóvil.

“Lo hicimos mal desde el principio”

El Airflow nace de la observación de la naturaleza. Carl Breer era un ingeniero en Chrysler que tenía una amplia experiencia en el ámbito automotriz.  De hecho, en 1901 a los 17 años ya había hecho un automóvil con motor a vapor y en 1976 ya había entrado al Hall del la fama del Automóvil.  Breer había visto en varias oportunidades a bandadas de gansos volar en su famosa formación en V y los aviones Republic de la Aviación Militar estadounidense. Se dio cuenta de que en ambos casos nada hacia oposición al flujo del viento en contra de la formación de la bandada o del diseño de la aeronave. Con eso en mente decidió acudir a sus otros 2 amigos ingenieros Fred Zeder y Owen Skelton con quienes trabajó en el desarrollo y fabricación del primer automóvil Chrysler, aunque el diseño era originalmente para la Maxwell Motor Co. pero ésta no tuvo como pagar y Walther Chrysler compró el diseño para venderlo con su apellido.

De izquierda a derecha: Owen Skelton, Fred Zeder y Carl Breer, los 3 Mosqueteros

A los Tres Mosqueteros (como Walther P Chrysler los llamaba) se les ocurrió ubicar a Orville Wright para que les asesorara en el estudio de diseños y aerodinámica de  automóviles. Juntos construyeron un túnel de viento en el que hicieron pruebas con varios automóviles convencionales, utilizando humo negro de una lámpara de aceite para marcar el paso del viento por los automóviles. Durante la investigación Breer se dio cuenta de que el aire era atrapado por las formas opuestas al paso del aire de las rejillas del radiador, los faros y el parabrisas, así que se le ocurrió colocarlos en sentido contrario y el coeficiente de arrastre se redujo en un 30%. Eso demostró básicamente que desde que se inventó, el automóvil ha rodado al revés todo este tiempo.

¡A trabajar!

Al diseñar un automóvil con mejor aerodinámica en la parte delantera incluyendo el uso de carrocerías monocasco, tanto para reforzar su estructura como para aligerar el vehículo y reducir su coeficiente aerodinámico, esto ayuda a mejorar la relación entre el peso y la potencia,  además. Para la carrocería monocasco se utilizó por primera vez una estructura tubular de acero, que brindaba más rigidez al automóvil. Este representó un avance brutal en una época en la que las estructuras de los carros se hacían de madera.

Además se buscó ubicar el motor en la parte delantera sobre las ruedas, mientras que el habitáculo quedó ubicado en el medio, entre los 2 ejes. Uno de los prototipos desarrollado fue el Trifón Special, que fue llamado así para despistar a la competencia. El Trifón de 1932 fue la primera aproximación (luego de varios intentos) a lo que luego sería el Airflow. Las líneas del Trifón toman una influencia del Streamline, una vertiente del ArtDeco de los años 30 y serían aprobadas por Walter P. Chrysler, no sólo para el Airflow, sino para todos los automóviles de Chrysler. En el Trifón se coloca el habitáculo entre ejes mientras que los faros, las luces traseras y el maletero se incorporan a la carrocería. También en este automóvil se probó el nuevo sistema de suspensión hidraulica que tendría el Airflow.

Trifon Special de 1932, un prototipo del Airflow

Su presentación ante la sociedad

El plan de Chrysler era que la nueva marca de la empresa, DeSoto estuviera a cargo de la comercialización del Airflow, aun cuando Chrysler lo comercializaría en metiéndolo en la gama de modelos Imperial. El nuevo automóvil  se presentó en enero de 1934 y resultó una novedad como ninguna: tenía  líneas suaves y baja altura comparado con otros automóviles de la época. Los guardafangos se integraron a la carrocería, la rejilla delantera se integraba en el frontal del automóvil dando la apariencia de una cascada. Los faros estaban integrados junto a la rejilla y a la carrocería contrario a los automóviles de la época que estaban separados del automóvil, mientras que los parachoques envolvían la banda de rodadura de los cauchos. En la parte trasera, los Airflow llevaban las ruedas carenadas y aunque los primeros modelos llevaban el caucho de repuesto en la parte trasera, luego se incorporaron a la carrocería. Los Airflow estarían equipados con motores de 8 cilindros en línea de 5 litros y 122Hp. con una transmisión manual de 3 velocidades y se presentarían en modelos de 2 y 4 puertas.

El nuevo Chrysler Airflow de 1934

Una de las novedades del Airflow era la forma la apertura de las ventanillas laterales en los extremos del automóvil y el parabrisas. Las ventanillas abrían con una palanca y lo hacían hacia afuera, permitiendo el flujo de aire dentro del habitáculo, lo mismo hacía el parabrisas, ahora dividido en 2 piezas, cada una abría independientemente y lo hacía hacia arriba permitiendo que el viento que chocaba con el parabrisas entrara por la abertura, es más hasta el diseño como tal del parabrisas era novedoso, tan así que una de las versiones más lujosas del Airflow, el Airflow Custom Imperial fuñe el primer automóvil de producción en tener un vidrio curvo. Su aerodinámica era tan limpia que incluso rodando con las ventanillas abiertas, no se escuchaba sonido de viento alguno que chocara con el automóvil

Además de éstas novedades, destacaba lo amplio del habitáculo, la reubicar el motor y colocar el habitáculo entre los ejes el espacio interno es mucho mayor y lógicamente más cómodo, las puertas abrían en un ángulo de 90 grados para un fácil acceso, el asiento trasero y delantero estaban en un mismo nivel y era más amplio que en el resto de los automóviles de la época, con capacidad para llevar a 6 personas, la tapicería hacía juego con el color del automóvil y con ceniceros que eran verdadera piezas de arte (en esa época fumar era promovido socialmente), en fin era un interior era lujoso, era como estar en el lobby del Waldorf Astoria o el Ritz Carlton.

Pero en general no era buen momento para el Airflow, 5 años antes se había desatado la Gran Depresión con el crack de la bolsa de 1929 en la que por falta de liquidez, los bancos se quedaron sin efectivo para darle a las empresas para poder seguirse supliendo de mercancía para poder funcionar ocasionando una total parálisis de la economía americana y de buena parte del Mundo. Pero al parecer éste escenario no era evidente para Chrysler, para ellos al parecer la situación era todo lo contrario, es más mientras el resto de Detroit y la industria automotriz redujo su producción en poco mas de un 50%, Chrysler fue el único fabricante que hizo más carros en 1934 que en 1929 y es más el Airflow tuvo un numero respetable de ventas al inicio, poco más de 11200 unidades se vendieron en el primer año, 1934.

Lo que comienza mal termina mal

Se dice que antes de presentar el Airflow, Chrysler estuvo haciendo una campaña publicitaria utilizando un automóvil con la transmisión invertida, esto hacía que visualmente el carro rodara en retroceso y aunque era una idea ingeniosa, la reacción de muchos fue de miedo, ese miedo sería profético parta Chrysler.

El automóvil era muy novedoso para la época, mucha gente decía que era feo, es más General Motors hizo una campaña de descredito en contra del Airflow. Pero la realidad es que a nadie le gustó el diseño del Airflow, para muchos el frontal no tenía esencia, era algo sin vida que no transmitía nada. En tan sólo 3 años de producción la imagen del Airflow trató adaptarse a los gustos de un mercado que era conservador y “enchapado a la antigua”, el frontal se estilizó más abandonando la parrilla estilo cascada para hacerla más pronunciada, más angulosa. El diseño de los faros se refinó y el caucho de repuesto que antes iba en la parte externa se colocó en el interior.

Por otro lado mucho se rumoraba que el automóvil era inseguro, esto hizo que Chrysler enfocara su publicidad  en la seguridad en una forma tan excesiva que olvidó vender el Airflow de la forma como la gente compraba carros. En los años 30 a nadie le importaba que el carro fuera seguro sino que fuera bonito, atractivo, pero Chrysler se fue por otro lado, hay un video de publicidad en donde le hacen al Airflow lo que hubiese destruido a otros carros. Ahora bien, el carro sobrevive, prende y rueda y las puertas abren y cierran con facilidad pero seamos sinceros ¿Qué mortal sobrevive en un carro de esos a una caída de 34 mts sin cinturón de seguridad? En aquella época los automóviles se vendían con poesía o frases que de forma artística apelaban al gusto o al ego del cliente, a nadie le importaba ni las prestaciones, ni aspectos técnicos ni la seguridad que el carro brindaba.

Por si fuera poco, si bien el carro estuvo bien pensado, su fabricación fue mal planificada. No se evaluaron bien los costos de fabricación, el  nuevo diseño del automóvil requería nuevas técnicas de soldadura que tomó tiempo para aprender, como consecuencia, se estima que de los primeros 2000 o 3000 Airflows que se fabricaron tenían serios problemas estructurales asociados a una mala soldadura que conllevaban a desprendimiento de piezas y partes con la vibración que el automóvil generaba a ciertas velocidades.

Un trauma que sirvió a otros de ejemplo

Luego del proyecto Airflow, Chrysler quedó traumada, sus diseños volvieron a esas líneas conservadoras, atractivas pero “mas de lo mismo”, sometido a los gustos de un mercado conservador. Cerca de 20 años de sometimiento a “lo que la gente quiere”  fue la condena de Chrysler por un automóvil tan novedoso como el Airflow. Luego de la Segunda Guerra Mundial Chrysler presenciaría el nacimiento del Tucker de 1948, un carro con un espíritu similar al Airflow, pero su estrepitoso “fracaso” la induciría a permanecer en su línea conservadora un ratico más. No sería sino hasta 1955 cuando Virgyl Exner crearía el concepto de “Forward look” en sus automóviles, claro, era otro Estados Unidos, más vigoroso, mas seguro de si mismo y hasta más petulante con sus carros.

Volvo PV36 Carioca de 1936

Pero mientras Chrysler estaba traumada, el Airflow desató una nueva ola de automóviles diseñados bajo el mismo concepto, en 1936 Lincoln presentaría el Zephyr, con una línea muy similar a la de Chrysler. Pero es Europa quien demostraría que las ideas de Breer y el Airflow no estaban tan alejados de la realidad, es más antes del Airflow en Alemania habían acariciado una idea similar con el Rumpler Tropfenwagen de 1921, en 1934 el fabricante checoslovaco Tatra presentaba el T77 con el mismo concepto Streamline y ocasionó sensaciones y ni hablar de la revolución de diseños automotrices que terminaron en el nacimiento del Volkswagen. El diseño del Airflow llegó a países tan alejados de todo como Japón y Suecia. En el Imperio del Sol Naciente, el primer automóvil Toyota, el Toyota AA tomaba al máximo las líneas del Airflow, mientras que en Suecia, el fabricante Volvo presentaba el PV36 Carioca, dos automóviles importantes en la historia automotriz de esos países.

Lamentablemente durante años nadie quiso los Airflow no por fallas de fabricación, ni porque fuera supuestamente inseguro, la gente no lo quería porque para la gente era feo y punto, los Chrysler de 1933 se asemejaban a los Packards o Cadillacs de la época, los Chrysler de 1934 ya no tenían parecido a nada y eso desató el conservadurismo y la resistencia al cambio en el estadounidense. Por muchos es visto como un carro más, pero la verdad es que el Airflow no es un carro más el Airflow es un carro muy importante, sentó las bases para nuevos diseños automotrices y el impacto y la influencia que ocasionó en el mundo fue masiva pero lamentablemente los estadounidenses, que en ocasiones no ven más allá de sus narices, no supieron asimilarlo como tal. Su precio siempre fue razonable en el mercado de colección porque son carros subestimados, pero quien sabe en un mundo tan visceral como el de los coleccionistas, a algún loco se le ocurrirá pagar un monto más considerable.

Muchos hoy en día tampoco lo ven así, incluso grandes cadenas editoriales como la Revista Time lo colocan entre los 50 peores automóviles de la Historia, pero eso es algo “pasable” si consideramos que pusieron a Adolfo Hitler en su portada de 1936 como “El Hombre del año”. El caso del Airflow es como el caso Vytas Brenner o Daniel Grau Sosa, que hacían magníficos e innovadores trabajos musicales fusionando múltiples géneros musicales con tecnología de punta, pero la gente simplemente prefirió “El Meneito”.

Los rangos de precios del Airflow hoy en día van desde los 8000 hasta los 500.000US$

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Michel Rodríguez
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