¿Qué tan alto puede llegar esta Vinotinto?
El domingo 11 de junio del 2017 es un día que quedará enmarcado en la historia del deporte venezolano. Los jóvenes vinotinto alcanzaron un hito que parecía imposible hace un par de años atrás, y son el reflejo de un indiscutible progreso del fútbol nacional. Es cierto que, por desgracia, no se hicieron con el trofeo, pero su hazaña no deja de ser más que importante.
Estos muchachos, con la carga sobre sus espaldas de un contexto sociopolítico catastrófico, se las arreglaron para llegar a una final con esfuerzo, determinación y sobre todo talento. Este momento, de dicha y alegría para todo el país, representa la culminación de años de trabajo. Se han colocado las esperanzas en las raíces y se han planificado proyectos a los que se les ha dado seguimiento.
Es cierto que la selección mayor aún no ha clasificado al mundial, que ha sido humillada en tiempos recientes tal y como pasaba un par de décadas atrás, e incluso que se ha notado un retroceso en cuanto a resultados al compararla con los equipos de César Farías y Richard Páez, que tocaron las puertas del mundial sin lograr abrirlas al final de sus respectivas eliminatorias. Sin embargo, dejando de lado los lamentables resultados en el proceso de Rafael Dudamel con la absoluta, el nivel futbolístico individual y colectivo que ha mostrado el equipo es más que notable.
Actualmente los jugadores de la selección mayor cuentan con un reconocimiento internacional como nunca antes se había visto. Hace 10 años se hablaba de Juan Arango como único y máximo exponente criollo en suelo europeo, toda una hazaña haber jugado en equipos como el RCD Mallorca de España o el Borussia Mönchengladbach de Alemania. Hoy en día Rondón compite en la liga con mayor renombre a nivel mundial, Rincón juega en uno de los mejores clubes de la historia e incluso hay un conjunto español con 4 venezolanos en sus filas. Los representantes de Venezuela son muchos y cada vez se van sumando más, siendo importantes para sus planteles y alcanzando cifras impensables, como lo hizo Peñaranda en el Granada, convirtiéndose en el jugador más joven en anotar un doblete en la historia de La Liga, rompiendo el récord de nada más y nada menos que Lionel Messi.
Los fracasos como conjunto no se pueden negar, la gesta de puntos durante las eliminatorias a Rusia 2018, con 6 puntos de 42 posibles, no pueden generar otra cosa sino lástima; pero los destellos de buen fútbol están allí, no en vano el equipo logró acariciar las semifinales de la Copa América Centenario el año pasado.
Sorprendentemente, los éxitos más notables no llegaron de mano de la Selección Nacional Absoluta. Primero sorprendieron las chicas, encabezadas por Deyna Castellanos, le dieron la vuelta al mundo con sus logros en los Mundiales Femeninos Sub-17 de Costa Rica y luego Jordania, llegando hasta las semifinales en ambas ocasiones. Sin embargo, la juventud no se conformó con eso, y los masculinos de la misma categoría rompieron con todo pronóstico al ganar un segundo puesto en el Mundial Sub-20 de Corea del Sur hace tan solo unas horas.
Muchos creerán que, al tratarse de un campeonato sub-20, no tienen tanto mérito, que muchos equipos han destacado en estas categorías para luego quedar en el olvido y que estas 3 últimas semanas no reflejaron nada. Pero, la realidad es que esta es la tercera participación de Venezuela en un mundial masculino de cualquier categoría. Todas ellas, en un período inferior a 10 años.
La vinotinto está creciendo, de eso no cabe la menor duda. El gran cuestionamiento es… ¿Ese crecimiento será suficiente para llegar al mundial? ¿Algún día será una selección de primer nivel?
El Futuro de la Vinotinto
Es muy difícil predecir el éxito de las selecciones. El fútbol es un deporte lleno de imperfecciones y sorpresas. Todo puede ir muy bien y de momento arruinarse, y pocas veces sucede el caso contrario, porque para conseguir la gloria debe haber consistencia y constancia. Entonces, es complicado arriesgarse a pronosticar el futuro de la vinotinto, pero hay motivos para ilusionarse con un buen desempeño en años venideros.
Una de las claves del éxito de este equipo fue el seguimiento que le dieron al proyecto. Dudamel, siendo el director técnico de la sub-17 hace cuatro años, ahora de la sub-20 y de la absoluta, ha sabido darles continuidad a los conceptos planteados desde el inicio del proceso. Esta generación se gestó durante el Sudamericano sub-17 del 2013, con jugadores como Andrés Ponce y Ronaldo Peña como principales figuras. Posteriormente intentaron sin éxitos dar el golpe en el Mundial Sub-17 del 2013 y finalmente, tras la aparición y desaparición de muchos nombres, pero manteniendo las mismas ideas, llegó el Sudamericano sub-20 del presente año en Ecuador y con él, la clasificación al mundial de la misma categoría.
La Federación Venezolana de Fútbol ha realizado módulos de entrenamiento a lo largo de los últimos años, donde se trabaja con el grupo como preparación para estas competencias. Nombres como Josua Mejías, Williams Velásquez, Ronaldo Lucena, Yangel Herrera, Yeferson Soteldo, Ronaldo Chacón, entre otros que hoy en día figuran en un equipo cohesionado y funcional, que tiene clara su identidad de juego y el trabajo colectivo.
Pese a las críticas que se pueda tener para con la Federación Venezolana de Fútbol, no se puede negar el interés en el desarrollo futbolístico de los jóvenes, no en vano se creó una regla para que los equipos de la Primera División de Venezuela incluyan en cada uno de los partidos al menos a un jugador juvenil.
Este tipo de iniciativas ayudan a que los jóvenes destacados consigan experiencia y consistencia, pudiéndose acoplar al fútbol de primer nivel a tempranas edades y mantener esa condición con la esperanza de que consigan las aptitudes necesarias para “dar el salto” y volverse jugadores internacionales. De mantenerse la disposición, los resultados llegarán. Lo mucho que se ha conseguido desde el 2009 es una prueba de ello.
Lamentablemente, que un jugador destaque a tempranas edades, no es garantía de que su desarrollo se mantendrá siempre en una línea progresiva. De hecho, anteriores “generaciones de oro” han quedado en el olvido más de una vez.
Los héroes caídos
No es la primera vez que una generación de futbolistas jóvenes llena de esperanzas el país. Desde que empezaron a surgir los jugadores con nivel para jugar en el extranjero, se habla de muchachos que, tras desarrollarse futbolísticamente, serán piezas fundamentales para otorgarle al país el tan ansiado pase al mundial.
En su momento se nombraba como “sucesor de Arango” a Ronald Vargas, luego Jesús Gómez apareció como la gran promesa del Caracas FC, reluciendo en el torneo local junto a otros jugadores que empezaban a darle categoría a la liga.
El gran “boom” fue en el Mundial Sub-20 de Egipto. Louis Ángelo Peña, Rafael Romo, Pablo Camacho, Agnel Flores, Jonathan del Valle, José Manuel Velásquez y Salomón Rondón llenaron de esperanzas al pueblo criollo llegando a cuartos de final. De aquella gloriosa casta de jugadores talentosos, solo se mantienen en las convocatorias frecuentemente Velásquez y Rondón, éste último siendo uno de los más grandes exponentes del fútbol venezolano. Poco después Yohandry Orozco maravilló al mundo entero con su actuación en el Sudamericano Sub-20 de 2011.
De todos estos mediáticos casos, pocos son los que lograron hacerse con una carrera estable y exitosa. La mayoría de las “grandes promesas” del fútbol venezolano han quedado relegadas a un segundo plano en la selección o incluso en sus propios equipos.
No es un problema presente solo en Venezuela, pasa en todo el mundo. Connor Wickham, Ravel Morrison, Juan Iturbe, Haris Seferovic, Nassim Ben Khalifa, Marko Marin, Alexander Kačaniklić, Gueorgui Schénnikov y Lucas Piazón son solo unos pocos de los muchos futbolistas que despertaron la admiración y la ilusión de millones de fanáticos para luego caer en el pozo del tan mencionado “montón”.
Aun así, ahora hablando a título personal, tengo fe en que estos muchachos no se quedarán en “promesas” y le permitirán al fútbol venezolano subir aún más escalones de nivel.
La Gran Esperanza
Lo que hizo este equipo el día de hoy trasciende el plano deportivo. Para todos es bien conocido el estado socio-político de Venezuela. Más de 2 meses en protesta, cada vez más cerca del centenar de muertos y acorralados por una propuesta de Asamblea Nacional Constituyente que podría rematar cualquier esperanza de futuro. Aún con todo esto presente, los tutelados por Dudamel se esforzaron al máximo por brindarnos alegrías durante tres semanas, por sentir orgullo de ser venezolanos y dejaron bien en alto el nombre de una nación que agoniza.
Estos muchachos son el reflejo de lo que necesita el país para verdaderamente avanzar. El motor de cambio está allí, en el esfuerzo, la dedicación y el amor propio que demuestran estos chamos cada vez que visten el uniforme vinotinto.
Hace unas horas leí un comentario bastante sobrio, pero certero, cuestionaba: “¿Ven lo lejos que pueden llegar nuestros jóvenes cuando no los matan?”. Lo que sucedió hoy, más allá de que terminara en una derrota a manos de los ingleses, tiene un simbolismo que roza los cánones de lo épico.
Mientras jóvenes luchan con piedras y bombas artesanales contra efectivos con escudos, bombas lacrimógenas y perdigones; otro grupo tiene su propia lucha, con un balón en los pies y su enorme talento como únicas armas.
Para todos los que leen estas divagaciones, solo puedo decirles que crean. Para este grupo excepcional de jugadores, el cielo es el límite. Grandes cosas pueden lograrse siempre y cuando sigan soñando y poniendo el máximo esfuerzo en materializar esos sueños. Nosotros los venezolanos siempre apoyaremos fieles, esperando y creyendo en que el día finalmente llegará. Y esto último no lo digo solo por el fútbol.
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