Lula desafió a la Justicia y dijo que volverá al poder
Lula, vocé abusou
Primero se discutia la culpabilidad de los acusadores.
—¿No ves que son tan chorros como los otros?
Como si eso, que lo fueran, absolviera a los demás. Todos, o casi todos, eran culpables. A mas de tres años de inciada, la operación Lava Jato ya tiene unos ciento cincuenta condenados. Parte de ellos están en el Complejo Medico Penal de Curitiba: ex ministros, ex diputados y empresarios en celdas de doce metros cuadrados compartidas entre tres.
Después se dijo que era un complot del imperialismo para sacar a la izquierda del poder. Pero las detenciones no afectuaron a un solo partido . Brasil ha resistido hasta ahora a la prueba de purgar su propia democracia, en democracia. Nada de esto sucede en una sala de maestras jardineras: hay malos y peores, hay quienes aprovechan el tropiezo del otro para exagerarlo y los que lo denuncian en su propio interés.
Es difícil saber, ahora, para qué servirá todo esto: el Mani Pulite hizo estallar el sistema de partidos politicos en Italia y le abrió la puerta a Berlusconi. ”La politica se absolvió a si misma”, concluyó Gianni Barbacetto, autor de un libro sobre aquel proceso. El Lava Jato es al revés: en Brasil la justicia lleva adelante el proceso.En la Argentina, la justicia hace como que investiga el asalto al poder de un grupo que -en nombre de financiar la política- no supo distinguir entre el bolsillo propio y el del “proyecto”.
El triplex de Lula en el balneario paulista de Guarujá –que produjo su condena a nueve años y medio- es un ejercicio de modestia al lado de, por ejemplo, los cuarenta millones de dólares en Miami de Daniel Muñoz, uno de los secretarios de Nestor.
Pero,contrariando a la teoría del complot, no fue el único caso: Lula está también imputado por obstruir a la justicia intentando comprar el silenncio de un directivo de Petrobras, por haber presionado al Banco de Desarrollo Económico y Social para adjudicar a Odebrecht créditos en Angola, por haber recibido sobornos de empresas automotrices y favorecer a la empresa SAAB para la compra de cazabombaderos de la Fuerza Aérea Brasileña y haber recbiido dinero de Petrobras para construir la Fundación Lula.
Hoy sigue siendo el político más popular de su país y sus militantes advierten que nadie podrá detenerlo, como si popularidad fuera sinónimo de inocencia. Brasil tropieza, se levanta y sigue, mientras en Argentina todavía discutimos si la década más corrupta de los últimos cien años existió o fue un malentendido.
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