Argentina, el país donde siempre hay lugar para un nuevo impuesto

El proyecto del Impuesto a la Renta Inesperada es un nuevo manotazo para evitar bajar el gasto. Gravaría a los que ya pagan Ganancias con un poco mas de Impuesto a las Ganancias sobre lo que ganen extra, ya sea porque sus ganancias subieron por causa de la guerra en Ucrania o por la fortuna en sí.

Quien calcula cuándo se gana “demasiado” es el propio gobierno. El Impuesto a las Ganancias nació en 1932, como emergencia, y por un año. Se lo renueva desde entonces cada diez años una vez que vence. ”En todo el mundo el Impuesto a las Ganancias lo recaudan las provincias, pero acá lo hace la Nación bajo la excusa de la emergencia y lo reparte discrecionalmente en la coparticipación”, le explica Clarín el tributarista César Litvin. Al renovarse cada diez años el legislador que lo vota supone con clarividencia que los diez años siguientes también lo recaudado servirá para paliar una situación de emergencia.

Argentina tiene actualmente 165 impuestos, dos mas que el año pasado, según datos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). Hay 41 impuestos nacionales, 26 provinciales y 98 tasas identificadas entre los dos mil municipios que aplican, en promedio, quince tasas cada uno.

Considerando la recaudación de 2021 de IVA, Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, Ganancias de Personas Humanas, Ganancias de Sociedades, Derechos de Exportación (Retenciones), Débitos y Créditos Bancarios (Cheques), Ingresos Brutos, Impuesto sobre los Combustibles, Derechos de Importación, Bienes Personales y la Tasa de Seguridad e Higiene Municipal, el 91% de la recaudación consolidada argentina se concentra en doce tributos, diez de los cuales son nacionales.

Los 153 impuestos restantes son burocracia y si se analiza el costo de la maquinaria estatal probablemente se gaste mas en cobrarlos que lo que se recauda. Si se ve de manera consolidada toda la recaudación, de cada $ 100 quedan $ 54 en el nivel nacional ($ 28 en la Anses y $ 26 en el Tesoro), $ 36 ingresan en las arcas de alguna provincia o CABA y $ 10 reciben los municipios en su conjunto.

Bienes Personales es considerado el Impuesto a la Riqueza en Argentina y hoy lo paga toda persona que tenga mas de $ 6 millones en bienes, o sea unos US$ 30.000. Quien posea US$ 30.001 es para el fisco argentino lo mismo que Bill Gates. El Impuesto a los Bienes Personales nació en 1991 como un tributo de emergencia por nueve años. Ya cumplió mas de 30. El Impuesto al Cheque surgió como emergencia en 2001, con la ley de superpoderes que se le dio entonces a Domingo Cavallo. Iba a durar un año y ya cumplió 21.

«Es inevitable que con semejante cantidad de impuestos no haya superposición de cargos y se termine pagando impuestos distintos por una misma actividad», le explica Litvin a este diario.

«Por ejemplo: sobre los ingresos de una empresa se paga el IVA a la AFIP, Ingresos Brutos en la Provincia y la Tasa de Seguridad e Higiene en el Municipio. Los tres tributos se cobran en función de la facturación, o sea que se triplica la carga sobre un mismo punto«, agrega.

“En 20 días hábiles que tiene un mes una empresa tiene que afrontar entre 19 y 20 vencimientos impositivos», suma el economista y empresario alimenticio Gustavo De Lazzari. Y describe además una relación desigual: ”Si un contribuyente se queda con plata de la AFIP es denunciado en la justicia. Si la AFIP tiene un saldo acumulado a tu favor lo retiene sin pagarte intereses y no te permite aplicarlo a impuestos distintos a los que generaron el saldo”.

Durante el gobierno de Alberto Fernández se crearon o modificaron 21 impuestos. La lista incluye cuatro aumentos de Bienes Personales, dos de Ganancias para empresas, suba de derechos de exportación, etc. Y hubo un solo plan de alivio fiscal a pequeños contribuyentes impulsado por Sergio Massaen julio de 2021.

Desde el punto de vista político hubo otros más resonantes:

* Impuesto a la Riqueza (por “única vez” a las grandes fortunas)

* Impuesto PAIS (grava con un 30% adicional las compras en dólares para atesoramiento, pasajes, etc.).

Y hubo otros que volaron bajo el radar pero se conocieron en momentos de crisis: la contribución obligatoria del tres por mil de las primas de seguros para financiar el plan de manejo del fuego. El impuesto fue finalmente plata quemada a raíz de los incendios en Corrientes: tarde y mal, no sirvió para paliar la situación.

El Canon de Riego en las provincias donde el agua es escasa, la Tasa de Mejora cuando el Estado hace una obra pública que mejora la valuación de la vivienda, el medieval Impuesto de Sellos (con el colmo de CABA que lo aplica a los resúmenes de las tarjetas de crédito como si fueran un contrato y no una factura de cobro). Siempre se trata de no bajar el gasto.

A mediados del siglo XIX, el seis veces presidente y luego dictador vitalicio de México, Antonio López de Santa Anna, decretó impuestos a las ventanas, puertas, balcones de las fincas, caballos, perros y carros.

Tomando en cuenta el amor del kirchnerismo a la Gran Patria Latinoamericana, quizá sea un ejemplo a seguir.

Fuente: Clarín

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