El conformismo en Venezuela: Una de nuestras peores plagas
Hace más de dos semanas que se robaron los cables de Cantv en la Urbanización el Ingenio de Guatire, desde ese día no he cesado de reclamar, día a día al centro de atención telefónica, cuentas Twitter, la alcaldía de Guatire, medios de comunicación, entre otras; ¿resultado obtenido hasta ahora? Nada, ni siquiera una respuesta, mucho menos disculpas…nada, de hecho, en el centro de atención telefónica no puedo ahora hacer seguimientos porque sale un mensaje que dice que están haciendo mejoras en el servicio y no se puede hablar con ningún ser humano ¿y yo? Parezco la loca en el muelle de san Blas, esperando lo que hasta ahora no ha llegado.
Me llama la atención que cuando voy a ver reclamos similares al mío en Twitter encuentro muy pocos a pesar que las personas y comercios involucrados son muchísimos, más de 600, y, cuando hablo con otros afectados dicen cosas como –esto va para largo- -yo calculo como tres meses- cayendo así en una suerte de letargo, ese que produce la desesperanza y el conformismo y que lleva a la inacción por sentir que no vale la pena realizar ninguna acción porque poco o nada se puede lograr.
A este conformismo me refiero en esta reflexión, una peligrosa plaga que nos llevan a la inercia, y que se extiende a muchas situaciones y nos llevan a “aceptar” lo inaceptable, como si fuera nuestra zona de confort porque es lo que conocemos y aceptamos como nuestra realidad sin hacer un mayor esfuerzo de cambio.
Nos hemos dejado llevar y acostumbrar como la fábula de la rana en el agua caliente que dice: “Si echamos una rana en una olla con agua hirviendo (a veces dicen agua muy caliente), esta salta inmediatamente hacia fuera y consigue escapar. En cambio si ponemos una olla con agua fría (a veces dicen temperatura ambiente) y echamos una rana esta se queda tan tranquila. Y si a continuación empezamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona sino que se va acomodando a la temperatura hasta que pierde el sentido y, finalmente, morir achicharrada.” Así hemos estado, quizás respondiendo a un plan macabro hábilmente estructurado donde se nos ha intimidado y coartado de tal forma que no nos hemos dado cuenta que debimos saltar del agua a tiempo.
Si coincides conmigo quizás te estés preguntando, ¿qué hago para cambiar a los demás? Y te cuento que si te enfocas en ese cambio tan deseado del colectivo, el resultado puede ser devastador y por lo tanto te puede llevar también a ti a ese conformismo, de modo que te invito a hacer algo diferente, cambia tu, deja el conformismo tu, entiende que quienes ocupan cargos de servicio público no te están haciendo un favor, entiende que es tu derecho y que además lo pagas, exige un buen servicio sin importar lo que hagan los demás, evita caer es la desesperanza de esto va para largo y no hay nada que hacer y ya verás que desde esta posición tú te transformas en un agente de cambio, en un modelo aun para aquellos que no entiendan porque insistes, solo cambiando tu puedes cambiar al mundo.
Yo por mi parte, no me dejaré adoctrinar, no permitiré que la desesperanza acabe con mis derechos, no dejaré de insistir ni de luchar porque sé que lo merezco, que me corresponde… Ojalá me acompañes.
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