Entre mucha confusión, hay algo que está claro: no podemos seguir como vamos
Editorial #380 – Bochorno

No hay nada más antipático que el “te lo dije”. En eso, estamos de acuerdo. Sin embargo, viendo la reacción de la dirigencia de la Mesa de la Unidad Democrática días después del catastrófico error de participar en las últimas elecciones regionales, podemos concluir que la antipatía con ellos no solo es aceptable, sino que hasta necesaria.

Todos podemos equivocarnos; todos lo hemos hecho. Pero cuando insistimos una y otra vez en el mismo error, existen solo dos posibles explicaciones: o no tienen la capacidad de aprender y mejorar, o lo hacen a propósito.

Los candidatos y los partidos políticos que decidieron participar en las regionales no lograron inspirar a millones de compatriotas que decidieron no votar, y además acudieron a una cita electoral en peores condiciones que en cualquier otro momento y sin tener la capacidad ni la organización para demostrar el fraude.  

Fue en el momento en el que el CNE presentó un resultado imposible, que pudimos ver la peor de las facetas que la dirigencia de la MUD. Al verse derrotados y robados, ellos –con honrosas excepciones, como Andrés Velásquez- no encontraron mejor idea que culpar y atacar a la gente.

Con esto, lógicamente, no solamente quedó en evidencia su incapacidad y falta de plan para enfrentar un evento tan desigual como el del 15 de octubre, sino también su enanez política. Ya es tarde para que la MUD haga lo que se le pidió en reiteradas oportunidades: renovarse, ampliarse y reinventarse. Hoy la MUD ya es historia.

Para colmo, al momento de escribir estas líneas aún no se ha definido si los cinco gobernadores electos de oposición se someterán o no a la Asamblea Nacional Constituyente. Por muy difícil de creer que sea: lo están considerando. Mientras tanto, algunos partidos están pensando cómo justificar participar en un nuevo circo: las elecciones municipales.

A pesar de todo esto, la realidad es que la dramática situación que atraviesan millones de venezolanos continúa y hay mucho por hacer. El camino a la solución de la crisis debe ser construido por todos juntos, pero con una ruta clara con pasos concretos: renovación de liderazgos, reorganización de la plataforma opositora y replanteamiento de la lucha.

Esa será la única manera de volver a inspirar, congregar y movilizar a esos ciudadanos que hoy están cansados, decepcionados y desesperanzados.

Entre tanta confusión, hay algo que está claro: no podemos seguir como vamos.

Mucho tiempo se ha perdido. Es hora de terminar con este bochorno.

Miguel Velarde
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