El sentido de las tardes y de los amigos

Hay semanas en las que las mañanas se esparcen con un sol picante y a la tarde el sol se recoge para dejar caer la lluvia. Semanas que oscilan entre la osadía y la tristeza, entre el ya no quiero más y el todavía puedo. Para que la ansiedad no nos carcoma y la pesadumbre no se exalte hacemos dos cosas, uno, nos servimos una taza de café, y dos, respiramos de las esperanzas de nuestros amigos. Los amigos son vitales en este tiempo, nos invitan de aquello que nos puede estar faltando y viceversa. El café nos impregna místicamente de bienestar, nos hace sentir chévere.

¿De qué hablamos en nuestras conversas?, de todo un poco, para pensar o para distraernos,  desde los últimos cuentos personales hasta conclusiones como que ...durante años nuestra cultura de renta nos llevó a copiar modelos importados, porque había una enorme facilidad para adquirirlos y porque el copieypegue lleva menos labor que aprender para evolucionar. Ahora que copiar y pegar ya no es nada fácil deberíamos recurrir a la segunda opción una vez por todas -los valientes que se atrevan-, con muchos menos recursos de los que tuvimos alguna vez. Y es que para saber hacia dónde vamos hay que conocer de dónde venimos. Oficio de las buenas tardes, para eso es Tribus Café Cultural.

Si los hábitos y las costumbres van de la mano, desde La Tribu nos gusta aprovechar el tiempo descubriendo las segundas para delinear los primeros; la costumbre es el café a golpe de la tarde cuando llegan las visitas, tradición refrescante, el hábito será entonces quedar con amigos cada tanto para repetir la experiencia, porque nos hace bien. Costumbres, tradiciones, raíces, cultura. En lugar de destruir la arquitectura de nuestra concepción heredada por años de historia, para insertar edificios modernos que por infortunio han olvidado el pasado, deberíamos hurgar en el fondo de lo que fuimos ante el mundo una vez, redescubrirnos y partir desde allí hacia la meta del futuro que queremos ver y que podría llevar nuestro nombre. Después de todo, fue así como Aldemaro Romero dio con el Onda Nueva.

Desde Tribus Café Cultural lo intentamos, nuestra variedad de bebidas especiales a base de espresso llevan el nombre de varios artistas que marcaron hito en esta tierra, que fue de ellos; divertidas mezclas refrescantes ya se conocen por sus peculiares nombres representativos de Caracas, la ciudad donde nace este proyecto, y en cuanto infusiones calientes tenemos algunos cruces de yerbas con nombres en warao, en honor a nuestras raíces indígenas. Lo que buscamos de esta manera es reconocer y reivindicar esa esencia venezolana de la que estamos orgullosos y felices de cargar, no como un peso sino como un tesoro.

 

Volvamos a partir la piñata, a ponerle la cola al burro (cosa que hicimos y lo recomendamos), a repartir sanduchón y a rifar con un número del uno al treinta, solo con la excusa de regalarle algo a alguien. Las dificultades nos retan, claro que sí, pero no hay más que dos opciones, o cedemos nosotros o ceden ellas. Dos cosas nos mantendrán de pie, estar unidos y recordar nuestra raíces. Las cafeterías son buena excusa para lograr ambas, ¡si lo sabremos nosotros!, por eso nos encantan, por eso trabajamos en una.

Y como podrás darte cuenta, amigo/a lector(a), esto no es un artículo, es una mesa, nosotros estamos tomando un café y tal vez tú también lo estés; aquí nos encontramos conversando, las conclusiones que se pasean por tu cabeza complementan nuestras palabras. ¿Ya ves?, así no más, así tan sencillo. De eso se trata. Gracias por ser nuestro/a amigo/a.

Barbara Uzcategui
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