La Profecía
En el libro “Escenas Rústicas en Sur América o la vida en los llanos de Venezuela”, Ramón Páez, primer hijo del General José Antonio Páez, relata interesantes escenas de las relaciones entre el “Héroe de las Queseras del Medio” y el General José Tadeo Monagas durante la época del rompimiento de las relaciones entre ambos caudillos, así como la aventura armada de su padre para derrocar el gobierno del oriental, su presidio, expulsión del país y los años del llamado “Monagato”.
En 1848 desaparecía la oligarquía conservadora que desde 1830 gobernaba al país. La suplantaba un nuevo grupo político y social encabezado por los hermanos José Tadeo y José Gregorio Monagas, en el cual aparecía también el Sr. Antonio Leocadio Guzmán junto a sus colaboradores en la fundación del periódico “El Venezolano” y el Partido Liberal.
Veamos que opinión le merecía al Sr. Ramón Páez este nuevo grupo político y el evento de su llegada al poder. Así como también la personalidad de este par de generales orientales, el tema del sufragio universal, la liberación de los esclavos, los efectos de la emancipación sobre la sociedad y el sector agrícola del país.
El autor describe el aspecto físico y la personalidad del General José Tadeo Monagas con las siguientes palabras: –Con excepción del hábito de no mirar de frente a las personas que hablaban con él, posee el mayor de los Monagas un magnifico aire de mando, con más de seis pies de estatura y los rasgos expresivos de una gran firmeza. Aunque acababa de llegar a la avanzada edad de los sesenta y dos años, escasamente representaba cincuenta a lo sumo, teniendo los cabellos y bigotes de color negro brillante.-
Continua diciendo que: -La exaltación de ese sujeto a la Presidencia de la República, a pesar de haber figurado como jefe de guerrillas, y como enemigo jurado de la Constitución, se consideró en aquella época como un acto de política, esperando que así se satisfaría su codiciosa ambición, la que siempre lo había hecho aspirar al primer puesto de la Nación.-
Lo acusa de traicionar al General José Antonio Páez, el hombre que lo colocó en la Presidencia, y le atribuye la cualidad de ser un populista pues: -Con una incomprensible ingratitud, se volvió contra el partido que lo había elevado al poder, y apeló a la ayuda de los negros, siendo un hombre blanco.- A lo que después agrega refiriéndose al hermano menor y el asunto de la abolición de la esclavitud: –Cuando a poco descubrió que casi había perdido toda su influencia, y que el poder de su familia bamboleaba bajo la imbécil administración de su hermano José Gregorio, sancionó el decreto de emancipación promulgado por el último con el propósito de ganarse la gente de color y hacerse de soldados entre los esclavos liberados. Todo lo logró, pero, ¡A que precio! A costa de los intereses de la agricultura del país, y más especialmente de la comodidad domestica de toda comunidad, porque no solamente los esclavos, sino también los blancos, rehusaron trabajar para los blancos, a quienes insultaron en las calles y hasta amenazaron con la muerte. Como temían ser exterminados por ellos, trataban ahora los blancos de salvarse de la calamidad que les había caído encima. Bajo ningún pretexto, la idea de estos desorganizadores políticos, ha sido la de la actual filantropía hacia el vejado y oprimido africano, habiendo sido su única aspiración, la de atraerse su ayuda y enrolar a su servicio una raza numéricamente mas fuerte que la suya.
Es por ello que Ramón Páez llega a las siguientes conclusiones sobre el Monagato y su forma de gobierno: -De este modo ha sido como los demagogos de Venezuela, y por lo tanto, todos los de toda la América del Sur, con pocas excepciones, atentos tan solo a su particular encumbramiento, han llevado tan hermosa región a los bordes de la barbarie. No solamente han aniquilado el elemento conservador, que era el único capaz de ofrecerles garantías, sino que han puesto un arma tan terrible, como lo es el sufragio universal, entre las manos de una casta naturalmente antagónica a la raza blanca, y con mucho, la más prolífica de las dos.-
El autor de estas “Escenas Rústicas en Sur América o la vida en los llanos de Venezuela”, se encuentra convencido que esta calamitosa condición de las naciones a quien él ayudo a libertarse, fue la que arrancó al gran Simón Bolívar una terrible profecía con respecto al Continente Sur del Nuevo Mundo que, según Ramón Páez, se encuentra próxima a cumplirse:
En esta dice el Libertador lo siguiente: -La América es ingobernable; los que han servido a la Revolución, han arado en el mar; lo mejor que se puede hacer en América es emigrar. Estos países caerán infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada para pasar después a tiranuelos de todos los colores y razas, y extinguidas la ferocidad y la barbarie, los extranjeros no se dignaran a conquistarnos. Si fuese posible que una parte del mundo volviese al caos primitivo, eso sería el último periodo de la América.-
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