Napalm Social

La luz se acaba de ir una vez más. Va y viene durante segundos, es intermitente hasta irse definitivamente. Se puede pasar horas o días sin electricidad.  Ocurre en cualquier momento paralizando toda actividad. Es la representación del Sistema Socialista XXI: oscuridad e inmovilización. Los efectos devastadores se encuentran manifiestos en el ámbito físico, psicológico, social, ambiental.

Una vorágine de incertidumbre e inseguridad. Desde el alto poder se ejerce el dominio. Tiranizan troceando esquemas naturales de la vida de las personas. Desgarran con avaricia a la sociedad. Se acompañan de fuerzas militares tenebrosas. Desintegran, impactan familias, amistades, se adueñan de propiedades, destierran, aprisionan, modifican estilos de vivir, generan carencias, hacen negocios con los recursos del país, reprimen, cercenan, ofenden, descalifican, escinden. Agudizan las contradicciones llevándolas al límite. Fragmentan, luego, actúan sobre las fracturas producidas.

La piel social termina con una herida abierta. El cuerpo queda roto, dolorido, impactado por el atropello inmisericorde, intenso, extenso. Buscamos explicaciones, leemos “Los Principios del Comunismo” de Friedrich Engels, habla sobre, “restricción y supresión de la propiedad privada, confiscación, expropiación, ocupación de fincas-fábricas-industrias, centralización de créditos de la banca y cierre de bancos privados, control educativo, abolición del derecho a la herencia, concentración de los medios de transporte en manos del Estado, comunas, economía colectiva, enfrentamiento al capitalismo…”.

Umberto Eco en “Fascismo Eterno”, señala la presencia en este modelo de sociedad de: “liturgia militar, Estado absoluto, collage de ideas político-filosóficas (Nebulosa Fascista), nuevo orden revolucionario-república social, populismo cualitativo (guerra al parlamento, no representa al pueblo), antiliberalismo, heroísmo…”. Comenta Eco que solo con algunas características ya estamos ante el Fascismo en una nación. Ambas concepciones se conjugan en nuestro país. El profesor Demetrio Boersner en un artículo de Tal Cual publicado el 21 de enero de 2013 titulado “La Herencia del Capitán Roehm”, manifiesta: “que desde 1928 en adelante, fue notable en América del Sur la influencia del “nazismo de Izquierda”, ala popular del Partido Nazi alemán que tomaba en serio la idea de un “socialismo nacional” antioligárquico (…) Roehm junto con colegas y discípulos dio impulso a la difusión por los cuarteles de Sudamérica de la doctrina de una revolución antiimperialista, antioligárquica, antiliberal y “antijudaica” conducida por la tríada Líder-Ejercito-Pueblo”. ¿Suena familiar?”, termina diciendo el autor. Karl Mannheim, menciona en «Historia de Nuestro Tiempo» como en el Totalitarismo, «la estrategia es romper la resistencia del individuo mediante la desorganización de los grupos a los que pertenece ya que un ser desvinculado es como un cangrejo sin caparazón».

En el libro Sangre, Locura y Fantasía: La guerrilla de los 60, Antonio García Ponce hace referencia a una presentación de Eduardo Gallegos Mancera secretario de relaciones exteriores del PCV para aquel momento en la cual indica la presencia y acción de grupos de «oficiales nasseristas» leales a la causa guerrillera. En la actualidad, se enfatiza que en nuestra tierra hay grupos radicales guerrilleros, paramilitares, terroristas del mundo. También muchas naciones están involucradas en nuestro quehacer (Cuba, China, Rusia).

Cada quien con sus intereses particulares. En lo ambiental vivimos una crisis, basta con ver dos casos “El Arco Minero” en el sur del país y la situación del río Guaire que pasa cerca del palacio de Miraflores. Heddy Mansilla en la red social escribe, “Somos el laboratorio de unos criminales que realizan prácticas de exterminio masivo: hambruna, negación del derecho a la salud y educación, desempleo, asfixia económica, confiscación, depauperación de las condiciones de vida, ecocidio…”.

Esta situación se va acrecentando y complejizando progresivamente. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional cuando hace referencia a los diferentes tipos de “Crímenes de lesa humanidad” en el artículo 7 letra B manifiesta: “El «exterminio» comprenderá la imposición intencional de condiciones de vida, entre otras, la privación del acceso a alimentos o medicinas, entre otras, encaminadas a causar la destrucción de parte de una población”.

Aura Palermo, dice con respecto a lo que vivimos en Venezuela que, “no es un gobierno malo sino un gobierno del mal”. Es curioso que el símbolo de las SS es el de la corriente eléctrica. Con ello, representaba toda su capacidad de maldad hacia la humanidad. Tanto en los sistemas comunistas como en los fascistas ha habido gobernantes exterminadores. Insistimos, ambos modelos se complementan y confunden entre sí.  El napalm es abrasador, su función: quemar la vida.

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