7mo. Salón del Automóvil y la Motocicleta Clásica, la tradicional Gala de la Automoción

Este año, nuevamente el LePursang Automovil Club de Caracas lleva a cabo este gran evento, sin duda uno de los más importantes en el calendario de eventos en el mundo del automóvil clásico en nuestro país. La cita, como ha sido tradición, fue en las instalaciones de la Hermandad Gallega de Caracas, el pasado 23 y 24 de noviembre, donde más de 90 de los más exclusivos automóviles clásicos, se exhibieron en un ambiente familiar y de camaradería.

En este evento, a diferencia de otros del pasado, la predominancia de la muestra fue estadounidense: Cadillacs, Chevrolets, Chryslers, y demás marcas que, en otro momento, no habrían sido tan notorias. Dentro de esta “área americana” hay que destacar una muestra de Cadillacs, entre ellos un Eldorado Brougham de 1957, uno de los carros más caros de los Estados Unidos: valía unos 13.000 US$, cuando un Cadillac normalmente costaba 5.000 US$. Otro de los carros que destacó fue un Dodge Coronet de 1970, para ser sincero, uno de los que he visto en mejor estado hasta ahora. Otros carros que resaltaron en la muestra fueron un Chevrolet Bel Air de 1954, un Chevrolet Nova Concours de 1977, uno de los solo 6 que llegaron a nuestro país; también un Oldsmobile Toronado, el 1er carro estadounidense con tracción delantera. Igualmente, había una nutrida presencia de Ford Mustang: uno de ellos, que en mi opinión es el que más resalta, el Mustang Shleby GT500, firmado incluso por el propio Carrol Shelby. Otras 2 joyas fueron un AMC Yavelin y un AMC AMX, el primer carro estadounidense de 2 asientos desde la época del T-Bird (1955-1957)

Los carros europeos son los que quedan en segundo lugar en términos de presencia. Del primer carro que hablaré será de un De Dion Bouton Voiturette de 1912, en condiciones originales. Se trata de un carro que pertenece a la misma familia desde 1912 y que a pesar de los años, todavía enciende y rueda, sin restauración alguna y eso, en mi opinión, se robó el show para más de uno. Además pudimos disfrutar de una notoria presencia de automóviles Jaguar: vimos de hecho un Jaguar E Type de primera serie, y un par de la segunda serie, que lamentablemente se terminaron convirtiendo en carros GT, cosa que en mi opinión, mató el espíritu deportivo del E-type. Otros Jaguar presentes fueron una nutrida y exquisita colección que va desde el XK120 hasta el XK150, cada uno más hermoso que el otro, debo decir.

Otros carros europeos presentes que destacaron fueron los MG A, y MG TD, además de un Austin-Healey 3000MK I y una réplica de Austin-Healey 100 M, exquisitamente terminado. Además había un hermoso Borgward Isabella Coupe, un Peugeot 405 y un inmaculado Rover P4 de 1950, uno de los muy pocos en el país, para no decir que es el único. Entre otros carros europeos, destacaron una serie de Volkswagen Escarabajos, uno de ellos automático, uno de los pocos producidos con una caja automática, había también Alfa Romeo GTV y una réplica de Lotus 7.

En la sección de los automóviles exóticos, destacaron una muestra de automóviles Rolls Royce Silver Wraith y Silver Shadow, además de una pequeña muestra de automóviles BMW, y un exquisito AC Bristol ACECA, que me atrevo a decir, que es el único que queda en nuestro país. Otra joya presente en el evento fue un rarísimo Renault 5 Turbo II que nació de las entrañas de Renault para destronar al Lancia Stratos en el Campeonato Mundial de Rally, pero más raro todavía fue el Renault Alpine que también estaba presente, también conocido como GT: ya que en Inglaterra, el nombre Alpine pertenecía legalmente a Sumbean, el Renault Alpine fue un intento de revivir la marca Alpine y ponerla de nuevo en el pódium y en boca de todos los entusiastas de carros deportivos pues, en un pasado, Alpine hizo nombre y fama en el deporte motor.

Otra parte de la muestra era la de rústicos. Para este año se destacan varios nuevos expositores, entre ellos un JEEP CJ5, un Jeep Willy CJ3 y un par de Toyota FJ40, en excelentes condiciones. Si bien, esta sección no era tan nutrida, no dejó de ser interesante, en buena parte por las historias y las condiciones de estos vehículos, que si bien representan a un buen porcentaje que todavía rueda por las calles de nuestro país, lo hacen con dignidad, ya que es muy difícil ver vehículos en las condiciones en las que éstos están.

Como siempre, este tipo de eventos representa una burbuja entre tanto caos, una válvula de escape que permite descansar al menos un fin de semana de crisis, devaluaciones, y demás problemas. Es, sin duda alguna, un mundo en el que el tiempo y el espacio se alejan de nuestra realidad. A lo largo del evento era común escuchar el hecho de que este tipo de eventos hace la diferencia en un ambiente en el que las actividades familiares ya no son comunes. Algo que si debo destacar es la cordialidad con la que algunos propietarios de automóviles atendían a los visitantes, hablándole de sus carros, sus historias personales con ellos o la historia de ese modelo en particular, hasta permitiéndo abordarlos. Ese tipo de gesto no es sólo bueno, sino hasta necesario. Siempre he sostenido que eventos de este tipo son herramientas educativas súper poderosas si queremos generar y potenciar la cultura del automóvil antiguo y clásico que tanto se dice que no hay y, no sólo eso, sino que nos sirve de ejemplo sobre qué tan lejos se puede llegar aprendiendo a cuidar y mantener lo que tenemos.

Pero además de lo antes mencionado, destaco otra cosa: de un tiempo para acá, se ha hecho excesivamente costoso el tener un automóvil clásico, y aun así, a pesar de la crisis, las restauraciones continúan, a pesar de las restricciones que el mismo Estado impone en la obtención de materiales y lo absurdamente costoso que a veces resulta hacer una pieza o parte o traerla de afuera. Sin embargo, la calidad del trabajo es resaltante y eso es lo que a mí me parece genial, que a pesar de todo, se siguen haciendo trabajos de restauración de muy alta calidad, tan alta que terminan compitiendo en eventos en el extranjero.

Hasta hace poco se trabajaba con las uñas pero, como ya lo he dicho, hoy en día se trabaja ya sin uñas, porque la misma situación-país se las comió. A pesar de ello, se siguen haciendo trabajos impresionantes y eso debe resaltarse, porque esa si es la “otra Venezuela”, no la que nos muestran los medios y que simulan que todo está bien cuando no lo ésta, la Venezuela que vemos aquí es la de: “Ok, la cosa va cada vez más ruda, pero hay que seguir trabajando y haciéndolo bien”, sin importar lo que venga, la Venezuela de resolver, la de trabajar con lo que se tiene pero siempre procurando hacerlo lo mejor posible, incluso la Venezuela de la paciencia (casi inexistente). En fin, ésta es una Venezuela en la que la adversidad no es motivo para la mediocridad y eso es importante destacarlo, no sólo en eventos de esta categoría, sino en todos los eventos de carros clásicos, porque mantener un carro con “X” cantidad de años tiene un mérito elevadísimo, indiferentemente de si es americano o europeo o de si los repuestos de los americanos son más económicos que los de los europeos, porque lo que nos transmite esto que vemos aquí es que el futuro para el venezolano que trabaja con vocación y pasión es infinito, más allá de cualquier crisis o situación por resolver. Sigo insistiendo lo que dije el año anterior, el futuro de nuestro país en ese sentido promete, si se sigue trabajando enfocados en darle cada vez más y más calidad a las restauraciones que vemos en estos eventos.

Michel Rodríguez
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