Ante todo la ética

No siempre la ética política tiene que ver con la ideología.

En Venezuela, antes de estancarse en el debate purista de Socialistas VS Liberales, debemos mirar alrededor de quienes profesan y actúan bajo las convicciones y valores de hacer lo correcto.

Contenta que en los últimos años nuestra comunidad (no sé si es bien llamarlo así) liberales y libertarios, cada vez crece más, y que hoy día es una virtud contar con aquellos que estén buscando en qué parte del esquema ideológico poder definirse. Incluso contenta que existan personas definiendo desde ya, el proyecto de país que más se ajustan a nuestras ideas de libre mercado, cero impuesto, Estado reducido, estado de derecho, etc.

Sin embargo, hay una realidad irrefutable y es que nosotros no nos estamos enfrentando a «ideólogos puristas», no, desafortunadamente nos enfrentamos a psicópatas criminales, que son capaces de asesinar, incluso, para quitar del camino a aquellos que no estén a su favor, aún cuando digan ser socialistas también.

Vivimos bajo un régimen de naturaleza criminal, que usa el terrorismo como arma y el narcotráfico como chequera; es decir, tiene cómo defenderse más allá de los libros (que posiblemente poco les importen), y durante mucho tiempo tuvo incluso apoyo de Presidentes considerados «de derecha», porque en la política aunque sea importante la ideología, privan los intereses y negociaciones; es muy difícil encontrar el purismo, porque para eso se necesitan de ambas partes; y siempre alguien querrá sobrevivir, es instinto de vida.

Hoy día en Venezuela es más difícil encontrar a políticos con ética que con ideales claros, sí, hoy día cualquiera te habla de libertad (dirigentes políticos, sociales, gremiales) pero son pocos quienes se atreven a enfrentar al régimen, aún con todas sus consecuencias.

Antes que María Corina hablara de «Capitalismo Popular» era poco común el líder que se atrevía a enfrentar «el proyecto» socialista de Hugo Chávez; pero habían socialdemócratas que desde 1999 ya avecinaban para Venezuela una dictadura de instalarse Chávez en el poder, no te hablaban de ideas liberales porque su formación política era distinta, pero te hablaban de lo obvio por venir y enfrentar.

Yo tengo la fortuna de iniciar mi carrera política en un Partido Político Liberal, donde tenemos proyectos para hacer de Venezuela «rica de verdad», basado en las ideas que funcionan: vida, libertad y propiedad. Pero antes de eso, es menester lograr salir de las mafias que usurpan el poder en Venezuela, y ese logro debe ser para todos, no sólo para nosotros como pequeño grupo; pero claro está que ante lo que enfrentamos, solos no podemos.

En agosto de 2017, dimos pasos importantes en la Alianza Soy Venezuela, donde no sólo nos encontramos liberales sino que también están anarcocapitalistas, socialdemócratas, socialcristianos, conservadores, incluso los que no tienen una ideología clara o no quieren definirse; hay políticos, sindicalistas, gremios, estudiantes; todos con pensamientos distintos, pero coincidiendo en que mientras siga la tiranía en el poder, sumamente difícil será que sus planes y proyectos puedan ser implementados.

Les hablo como una liberal recalcitrante, alguien que siempre ha mantenido la posición de tener discursos y acciones más tajantes contra el régimen, donde me ha tocado hacer política en uno de los estados más difíciles del país (Portuguesa), donde toca convencer de libre mercado al señor del Barrio ‘Las Tablitas’ que sólo recuerda el CLAP, donde me ha tocado organizar protestas con personas que no son los liberales que yo quisiera que fueran, pero si no protestamos, los delincuentes van a seguir en el poder; que cuando he tenido la oportunidad de salir del país, me ha tocado hablar de lo trágico que es vivir hoy día en Venezuela y al mismo tiempo de pedir toda la ayuda que fuese posible, porque lo que enfrentamos no es fácil, y he encontrado personas bastante liberales, así como otros que no lo son tanto, y sin embargo apoyan a los venezolanos; porque entre liberales podemos hablar el mismo lenguaje y nos entenderemos donde sea, pero no somos los únicos en el mundo académico y político, ¿cómo entonces nos comunicamos con los demás?, al  menos que algunos quieran vivir en una burbuja, yo no.

Cuando me toca recorrer todos los rincones de Venezuela, sin lugar a dudas me enorgullece saber que te encuentras liberales innatos, inherentes, sin haber leído en su vida a Mises o Hayek, pero viven como tal, piensan como tal, y eso es mucho más importante que comerse mil libros o vociferar «lo que creo que debe ser».

Con esto no pretendo convencer ni desprestigiar a nadie, sólo quiero que recordemos que ante la situación que vive Venezuela, recurre buscar alianzas con aquellos que éticamente sientan el deber de enfrentar y salir de ésta catástrofe, lo cual no significa que sea eterno, los pactos políticos tienen tiempos y objetivos que de no ser cumplidos, se disuelven y se crean otros.

Hasta Churchill lo entendió cuando tuvo que aliarse temporalmente con Stalin, y eso no significó que él aplicara el socialismo para su país.

La ventaja de los socialistas que llegan al poder, es que ellos se organizan para tomar el poder; mientras tanto algunos de nosotros prefiere cuestionar al otro porque no es el liberal que quisiera que fuera. ¿En serio? ¿No es notorio la gran oportunidad que tenemos? Entiendo que luego de 70 años de socialismo en Venezuela, estemos llenos de prejuicios y predisposiciones, pero vamos a romperlos, se puede, yo lo intento.

De nosotros depende que las cosas salgan como queremos.

Logremos que Venezuela y la libertad triunfen.

Hace falta involucrarnos más.

Trabajemos.

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