Discurso ruso y chino
Hace pocos días vimos con asombro que dentro de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, las representaciones diplomáticas rusa y china daban sus palabras de apoyo y solidaridad sin reparo alguno al gobierno de Nicolás Maduro. Y esa situación es entendible por cuanto los gobiernos de Rusia y China tienen negocios mil millonarios dentro de Venezuela.
Lo que no es comprensible para un venezolano que vive, sufre y padece día a día la crisis hiperinflacionaria producto de malas políticas económicas, así como el despilfarro descarado de los recursos públicos, es precisamente los discursos expresados por ambas representaciones diplomáticas los cuales no encuentran coherencia ni relación con la realidad venezolana.
En el caso de la representación rusa, el discurso fue apegado al guion que desde hace bastante tiempo estamos acostumbrados los venezolanos a escuchar de cualquier vocero perteneciente al partido de gobierno, en resumidas cuentas el diplomático culpó al imperio norteamericano de todos los males que suceden en Venezuela.
En cuanto al diplomático chino, fue quizás un poco más comedido en sus palabras, se limitó a invocar la soberanía de los pueblos como principio que sirve para la no intervención en los asuntos internos de los Estados, y en este punto es importante recordar que la República Popular de China mantiene conflictos con el Tibet y Taiwan, razón por la cual su objetivo es claro no inmiscuirse en los asuntos internos para que los demás países tampoco hagan lo propio con los conflictos que ellos tienen puertas adentro.
Sobre el particular, resulta realmente lamentable que la diplomacia ejercida por estas dos naciones llegue a niveles de descaro y desinterés con relación a la cruel realidad que sufrimos los venezolanos, no están preocupados en nada por la situación económica del venezolano de a pie, por el contrario, solamente les importa sus negocios e intereses dentro del territorio nacional.
Afortunadamente hemos visto que en el caso de los rusos están claros y consientes que el gobierno venezolano no podrá cumplir con los compromisos adquiridos, es decir, no podrá pagar la deuda que mantiene con esa nación por lo cual el apoyo económico y militar que pudiesen prestar al gobierno actual no sería factible por los enormes costos económicos que ello acarrearía, lo que tiene como indefectible consecuencia que el gobierno venezolano se encuentre actualmente sin el apoyo de su principal aliado en su lucha anti imperialista, a pesar de ello, la retórica sigue siendo la misma, aunque la realidad sea otra.
Como venezolano que día tras día y hora tras hora padece esta profunda crisis, deseo enviarles un humilde mensaje a los diplomáticos de ambas naciones, en el entendido que los discursos pronunciados no se encuentran en concordancia con la realidad venezolana.
Primero, los Estados Unidos no son los culpables de la grave hiperinflación venezolana, la culpa de eso es producto de varios factores como lo son: a) las malas políticas económicas adoptadas por el gobierno actual; b) la falta de inversión y producción en la industria nacional; c) la galopante corrupción dentro de la Administración Pública venezolana; d) los errores en la implementación de los controles cambiarios y de precios al consumidor; y e) las expropiaciones realizadas al margen del debido respeto a la propiedad privada y sin el cumplimiento a los parámetros referentes a la satisfacción de un interés público o utilidad social.
Segundo, no existe la tan mencionada guerra económica en contra de Venezuela, y en el supuesto que si la haya, lastimosamente está se perdió desde el primer día. Si existe una enorme especulación por parte de los comerciantes, ese aspecto interno no puede ser negado por ningún venezolano, pero ello no significa una guerra económica dirigida desde el imperio norteamericano, por el contrario, lo que quiere dar a entender eso es que el estado venezolano es permisivo con el delito, que existe impunidad en Venezuela y que los órganos de administración de justicia no cumplen con su función a cabalidad.
La realidad venezolana es compleja y profunda, no basta con que se culpe a un tercero de los problemas internos para ponerse del lado de unas políticas publicas económicas a todas luces erradas, es importante que se analicen las distintas aristas del problema para llegar a la conclusión de que la hiperinflación venezolana; los problemas migratorios; la violación de los derechos humanos; el quebrantamiento del estado de derecho tiene un solo culpable y no es más que el gobierno nacional.
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