El carro que murió huérfano
A lo largo de la historia automotriz ha habido muchos misterios, el carro de James Dean, es Aston Martin DB5 de James Bond, el Dino 246 que desenterraron en California… en fin hay muchas historias al estilo “Nuestro Insólito Universo”. Pero ésta es digna incluso de ser narrada por el mismísimo Porfirio Torres. Esta es la historia de un carro que nació huérfano y murió de forma prematura.
Auburn-Cord-Duesenber
Este fue un consorcio estadounidense fundado por Erret L. Cord que se dedicó a crear 3 modelos de automóviles muy bien hechos para 3 segmentos de mercado, Auburn estaría en el segmento más básico, pero superior de hecho a otras marcas, Cord, era el nivel medio, pero también por encima de su competencia y Dusenberg, era la tapa del frasco, de hecho el carro más lujoso de Estados Unidos. Pero algo que caracterizó a a E. L.Cord y a su consorcio fue el estudio para la innovación, un ejemplo claro es e Cord L29, el 1ero con tracción delantera de EEUU o el Cord 810 con su diseño aerodinámico y su caja con pre-selector de velocidades, algo que nadie ofrecía en esa época.
Erret L. Cord en su momento de mayor auge
Fundada en 1900 como la Eckhart Carriage Company, Auburn existió hasta 1937, víctima de la Depresión, junto con el resto del consorcio. En esa misma época, Auburn también producía algunos hermosos e interesantes automóviles, principalmente vehículos de 2 puertas, con un diseño estilo “cola de bote” o “boat tail”, el famoso Auburn Speedster, que se vendía en la versión 8-90 con un motor Lycoming de 8cil y 90hp y el mas potente 8-120, que producía 120hp.
El Carro
Éste es el Auburn Cabin Speedster, un carro que no tiene padre, si es un Auburn, lo que no se sabe es quién fabricó la carrocería. Se trata de un Auburn 8-120, el famoso modelo Speedster con una bastante rara carrocería estilo cabina de avión, de 2 puertas y 2 asientos, aunque los bosquejos originales mostraban un ejemplar de 4 puertas y 4 asientos. El diseño del automóvil estaba notoriamente inspirado en el mundo de la aviación, de hecho uno de los primeros diseños Streamline de la época, la carrocería estaba hecha de forma tal que sólo le faltaran alas al automóvil, algo que el propio Cord, deseaba presentar ya que era entusiasta de la aviación, de hecho fue piloto de aviones y siendo uno de los nuevo emprendedores en el mundo automotor, tenía sus aviones privados, 1ero un Corman 3000 y luego un Stinson.
Copia de la patente del Auburn Cabin Speedster
Su distancia al suelo era de 147.32cm, un carro bastante bajo para la época, mientras que el alto de la parrilla era de 111.76cm. El carro pesaba unos 1360kg full de agua, gasolina y aceite y su distancia entre ejes era de 304cm, de hecho más corto que otros Speedster. La carrocería era una estructura combinada, el esqueleto era de madera y sobre ella se colocaron paneles de aluminio, con su punto más ancho de 5cm. Otra característica eran sus faros estilo “woodlite”, muy poco comunes, pero que en los 20 y 30 fueron una moda.
El interior tenía asientos de mimbre, el mismo tipo de asientos que usaban algunos aviones comerciales de la época, además el interior completo estaba concebido como un avión, usando incluso los mismos tipos de telas en las puertas y paneles, usados en la aviación, el tablero en el interior también era bastante similar al de un avión, como indicadores automotrices como velocímetro e indicador de presión e aceite, pero también tenía reloj y algo más “aeronáutico” como altímetro y brújula. El Cabin Speedster estaba impulsado con un motor de 8 cil de 4.9lts de unos 120hp.
Muerte prematura
El carro estaba listo para enero de 1929, unos meses después de que Linberg terminara su gira por Europa. De inmediato el automóvil comenzó a hacer una serie de giras por Estados Unidos en todos los concesionarios y agentes autorizados de Auburn-Cord-Duesenberg. Exhibiciones en la costa este, incluyendo los grandes Auto Show de Boston, Nueva York, Philadelfia y Chicago, causando sensación en donde era exhibido.
Pero quizás uno de los eventos más importantes a donde asistiría era el Auto Show de Los Angeles de 1929, un evento que contaba con la presencia de todas las marcas estadounidenses que hacían vida en aquella época e incluso algunos fabricantes del mundo de la aviación. El evento se llevó a cabo en una estructura de carpas estilo renacentista en la esquina entre el boulevard Washington y la calle Hill. En la tarde del 5 de febrero de 1929, un incendio se desató precisamente cerca de unas de las exhibiciones de aviones dentro de la carpa, destruyendo toda la muestra de automóviles, stands y aviones, incluyendo a nuestro protagonista, el Cabin Speedster. No hay certeza de qué ocasionó el incendio, algunos dicen que un fumador inconsciente, otros y hasta una investigación, dentro de lo rudimentaria que podía ser en esa época, arrojó un corto circuito como responsable y en sólo 30 minutos se expandió con velocidad gracias a la gasolina en los carros dentro de la exhibición. Milagrosamente, no hubo muertos y sólo 2 personas resultaron heridas.
Los daños del incendio ronda entre 1 y 1.2 millones de US$, que en dinero de hoy pudiera oscilar entre los 27 y 35 millones de US$ y a pesar de tal destrucción y pérdidas, incluido el Cabin Speedster, el evento continuó al día siguiente, con una pequeña muestra en el Auditorio Shrine, en Los Ángeles. Los 320 carros, incluído el Cabin Speedster, fueron enviados a un taller llamado A1 AutoWorks, para que las empresas de seguros hicieran las inspecciones de rigor.
¿Quién lo hizo?
En el pasado, era habitual que algunos de los automóviles más exclusivos de la época, tuvieran carrocerías hechas a mano por talleres carroceros especializados, algo que daba al dueño una imagen de una persona de mucho poder adquisitivo, porque si de por si esos carros no eran baratos, tampoco lo era hacer una carrocería al gusto del cliente. Carroceros como Brewster, Bohman&Schwartz, Derham, Murray o LeBaron, vestían y esculpían algunas de las carrocerías más modernas y elegantes en automóviles en Estados Unidos.
Griswold Body Co. una empresa de mucho prestigio en ese momento, como muchas de la antes mencionadas, había comenzado su existencia a finales de la década de 1890 como un fabricante de bicicletas de Chicago, que en 1909 decide mudarse a Detroit para hacer vida en el mundo automotríz, pero que con con carrocerías hechas para Chrysler, Jowett, Willys-Knight, Columbia, King, Partin-Palmer o Graham Paige.
Se sabe quién lo fabricó y de hecho, Griswold entrega el carro en enero de 1929 pero no quien lo diseñó y normalmente no es algo que llame la atención, pero siendo un carro tan poco común resulta lógico querer saber a quién se le ocurrió diseñar esas líneas, hay muchas hipótesis y nombres, pero al parecer cada hipótesis tiene su “contra”. La primera hipótesis apunta a Wade Morton, quien figura en la patente de diseño N° 79.563, pero lo que a más de uno no cuadra es que Morton no era diseñador, era piloto de pruebas, titular de hecho de varios récords de velocidad, además Morton era ampliamente usado en publicidad de la empresa y además no se puede olvidar que el propio Errett Cord como buen vendedor, era habilidoso inventando historias.
Otra hipótesis apunta a Alan Leamy, el Jefe de diseño de Auburn-Cord-Duesenberg, ya que Leamy había hecho los bosquejos de la versión 4 puertas del carro que nunca se construyó, pero por la misma fecha de los bosquejos, pareciera haber sido diseñado luego de que Griswold lo fabricara. El otro candidato es Robert Grimshaw, el diseñador estrella del taller Griswold, lo que apunta a esto es que Grimshaw hizo unos bosquejos de un Duesenberg, con un estilo muy parecido al Cabin Speedster, incluso en una entrevista publicada en la revista Road and Track de 1955 un caballero llamado R.H. Robinson alegó que fue Grimshaw quien lo construyó y la razón pudiera ser que Grimshaw deseaba atraer a Auburn-Cord-Duesenberg como cliente y el proyecto Speedster Cabin podía materializar esto.
Lo que hay es una réplica
Hoy en día podemos tener en tamaño real una idea de cómo lucía el Auburn Cabin Speedster, gracias a que un caballero, el Dr. Peter Kesling, un ortodoncista de Indiana que entre 1983 y 85 creó un par de réplicas de éste automóvil, una reproducción fiel y exacta y otra con un techo T. El Dr. Kesling utilizó fotos y modelos a escala para hacer la reproducción del automóvil, haciendo un trabajo netamente artesanal con información técnica provista por Randy Ema, quien es historiador especializado en Auburn. Una de esas réplicas está en el Museo Auburn-Cord-Duesenberg, en Auburn Indiana.
El trabajo se hizo además integrando una serie de piezas y partes de Auburns de 1929. Ahora bien a alguno les queda la duda de si este carro es un Concept Car y mi respuesta, desde mi perspectiva es que no, el Concept Car buscaba explorar ideas y doctrinas de diseño, quizás uno que otro material, pero en esencia en esa época las grandes novedades en diseño y componentes mecánicos nuevo y eso no se buscaba exhibir en éste carro, ésta no fue más que una extravagancia de Cord, alineada con una de sus pasiones, la aviación. Este fue sólo un Show Car, un vehículo de exhibición cuya producción quizás no haya podido ser puesta en marcha, al menos según lo constatado conduciendo la réplica del Museo Auburn-Cord-Duesenberg, motor ruidoso, asientos poco cómodos, poca visibilidad y además el espacio interior es mínimo. Sin embargo, todo eso es especulación, una especulación que jamás podrá ser comprobada.
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