Tiempo de decir adiós

Suelo despedirme cuando puedo, a veces no hay tiempo para hacerlo, a veces la vida son solo son instantes, que cuando crees que tendrás alguna otra oportunidad para decir adiós, el chance no llega, ese segundo es lo que diferencia lo efímero de lo eterno. Pues dejar un recuerdo es una huella inmortal para quienes sabemos hacerlo.
Cosas que nunca voy a olvidar, las despedidas, los cruces y conexiones por largas o cortas que fueran, con personas que ya no habitan en este plano, con las que me quedan en mi tierra o en algún lugar lejano, y a la gente a la que no alcance a ver otra vez si quiera.
Y aqui estoy recordando aquel escrito, que hablaba de despedidas y de encuentros, con la nostalgia de un nos veremos de nuevo, y con la garganta llenita de nuditos, por las despedidas que no di, pero que tanto quise dar, agradecida por los ciclos que cerre, abierta a los comienzos, emprendiendo ese camino, que tiene sabor a nuevo.
Aunque exista miedo, camino.
Aunque exista ansiedad, sigo.
Aunque exista algo de soledad, estoy conmigo.
Es tiempo de decir a adiós, por si acaso no existe algún reencuentro, es tiempo de decir adiós porque ya he regresado mucho al mismo sitio y no es igual, porque la vida es una sola y no se me va a pasar.
Pero a los sitios dónde eres feliz, allí siempre vuelve.
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