¿Por qué muchos infieles no dejan a sus parejas?
Esta es una pregunta que muchas personas engañadas se plantean al descubrir una infidelidad por parte de su pareja, ¿por qué mantener el juego? ¿Por qué no irse con esa otra persona y terminar la relación conmigo?
Obviamente cada persona es un mundo pero hay ciertos elementos o patrones que suelen ocurrir en muchos infieles que hacen que la infidelidad quedé allí, como una aventura sin que quiera decir dejar a su pareja. ¿Por qué?
- Estabilidad que ofrece el matrimonio o la relación: hay valoración de la familia, de la relación establecida que prela sobre la excitación, lo novedoso o lo prohibido, y es que muchas veces la infidelidad ocurre para compensar una carencia no para sustituir la estabilidad de la relación.
- Amor por su pareja: aunque suene paradójico hablar de amor ante un engaño, muchos infieles consideran que siguen amando a su pareja solo que la pasión ha mermado con los años y quieren sentirse vivos otra vez.
- Lo complejo del divorcio o la separación: sin duda la separación es un proceso estresante y agotador tanto desde el punto de vista psicológico como económico, por lo que muchos infieles prefieren no atravesarlo y mantener así una vida paralela preservando su relación actual.
- Inmadurez: El amor se transforma y el estado de excitación sexual del enamoramiento cambia y muchas personas que padecen de inmadurez emocional quieren quedarse en esa etapa, y la infidelidad es el canal que les permite mantenerse en ese estado que se corresponde a la inmadurez de la adolescencia, sin por ello dejar a su pareja actual; en este caso se habla de infidelidad recurrente.
- Temor a salir de la zona de confort: la relación con los años va formando parte de la zona de confort de quien la vive, independientemente de lo funcional o disfuncional que sea, y las separaciones suelen implicar un cambio, un salto al vacío que no todo están dispuestos a dar, además de que pueden surgir dudas sobre la posibilidad de empezar una nueva vida con la persona que juega el papel de aventura en su vida.
Una persona responsable y comprometida entiende que el amor se transforma por una parte, esas cosquillas van desapareciendo con el tiempo pero se van transformando en algo más profundo y, por la otra, que el amor no debe descuidarse sino alimentarse cada día para que no muera de rutina y menos de engaño. La infidelidad no constituye una solución sino una vía peligrosa para la estabilidad de lo construido en pareja.
En la infidelidad hay un traicionado y alguien que traiciona pero la realidad es que el primer traicionado es el que comete la infidelidad; y como todo lo que ocurre en pareja, la responsabilidad siempre es de las partes involucradas; si se permite que la rutina, las responsabilidades, las angustias invadan la relación; si hay desgano para hacer el amor, si dejas morir la fantasía, la picardía, las risas compartidas, la complicidad, los detalles y, no haces NADA, pues la infidelidad es la consecuencia no la causa.
Muchos infieles pretenden entonces utilizar la infidelidad como un escape para no afrontar lo que realmente le sucede con su pareja y extender la situación en aras de mantener o evitar las causas mencionadas en este artículo pero, la mentira tiene patas cortas y tarde o temprano puede ser descubierto y poner fin de esta manera a lo que ha construido. ¿Vale la pena?
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