Deja de llorar y anda a creer
Puedes llorar todo lo que quieras lo cual si bien es sano para descargar emociones contenidas no es la vía para levantarse y seguir adelante.
Muchas personas andan por la vida en acritud de pobrecito(a) yo, soy tan infeliz, me han hecho daño, ya no creo en nadie, pero con el mensaje subliminal de ayúdame que yo ya no puedo, y desde esa actitud no solo se van lamentando que no ocurra ningún milagro en su vida sino que, muchas veces por el contrario, le ocurren más cosas por las cuales seguirse lamentando, sintiendo que no hay salida, como si cargaran una pesada cruz producto de un destino infame.
Lo que hay que entender de una vez por todas es que la fe no se basa en arrodillarse y orar desde las lágrimas y el temor, desde la victimización porque los milagros no se lo da Dios al que llora más o al que sufre más… si no al que cree y tiene Fe, y es que en esta vida no se espera de nosotros que andemos compadeciéndonos llenos de miedo, en esta vida triunfan los valientes y ser valiente no es necesariamente la ausencia de miedo sino la sobredosis de fe que nos impulsa a seguir cuando otros se derrumban, desde la certeza que hay un plan divino y no una fuerza maléfica que nos quiere ver mal.
Es de valientes entender que la vida nos pone las cartas pero nosotros las jugamos más que creer que somos marionetas del destino.
Es de sabios entender que hay cosas que son porque son y mientras más nos resistimos más nos hundimos tal cual las arenas movedizas
Es de triunfadores entender que la vida no es otra cosa que una experiencia donde el bienestar existe para quien cree y no para quien llora, para quien mantiene la inocencia de un niño que confía que los milagros existen y están a la vuelta de la esquina si te abandonas en la fe.
Hoy te invito a no andar por la vida desde la lloradera sino desde el convencimiento que eres más que un cuerpo aislado, que eres un ser maravilloso y las vivencias que te toquen son para superarlas y salir fortalecido(a) y triunfador(a)
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