La recuperación económica no tendrá forma de “V”, sino de “U”
Editorial #504 – La reapertura de la economía

La economía en cuarentena es algo así como una persona en terapia intensiva: mientras más tiempo pase inactiva, más lento y largo será su proceso de recuperación. Además, su retorno a la actividad no será inmediato, será paulatino, controlado y riesgoso. Lo mismo ocurrirá con la economía global cuando empiece a activarse nuevamente.  

Sobre todo debido a la principal característica que tiene la pandemia del Covid-19: la incertidumbre. Todavía hoy no sabemos con claridad su origen, tampoco existe un tratamiento efectivo, menos una vacuna (que según los expertos podría tardar hasta dos años en estar disponible). Ni siquiera existe seguridad sobre el hecho de que quien ya se enfermó queda inmune o puede volver a enfermarse. 

Ante un escenario de salud como ese, queda claro que la solución no es el aislamiento total hasta que se encuentre una cura, el mundo colapsaría. Es por eso que los gobiernos ya empiezan a trabajar en lo que debería haber sido una prioridad desde el primer día de esta crisis: cómo encontrar un punto de equilibrio que preserve la vida de las personas sin destruir su economía. La razón es muy simple: son dos caras de la misma moneda y solo un gobierno irresponsable le puede decir a la gente que tiene que elegir entre la enfermedad y la pobreza.

Algunos países ya han dado los primeros pasos hacia su reapertura económica. Alemania, por ejemplo, se prepara para abrir colegios y tiendas desde el 4 de mayo, mientras los Estados Unidos delegó en los gobernadores de cada Estado la planificación del retorno paulatino de algunas actividades. El gobernador de Florida, por ejemplo, ya autorizó la reapertura de algunas playas y parques 

En nuestra región también existen señales en ese sentido. Chile, que ha manejado muy bien la pandemia con base en testeos masivos, flexibilizó la cuarentena en algunas regiones, así como Argentina, que apostó por la cuarentena radical y temprana que ya cumplió un mes, también permitió desde esta semana la reanudación de actividades importantes como los servicios de oftalmología y odontología, así como la venta de algunos comercios con entrega a domicilio y determinados sectores de la producción. 

Sin embargo, más allá de que la economía empiece a moverse nuevamente, queda claro que su recuperación será progresiva, y esa es una realidad de la que tenemos que estar conscientes. 

Hay sectores que serán los que más sufran con esta crisis, como los relacionados al turismo y al entretenimiento. Hoteles, restaurantes, bares, teatros, eventos masivos deportivos y musicales, entre otros, todavía deberán esperar unos meses para poder volver al negocio. En las grandes ciudades, un sector importante de la economía se mueve gracias al turismo, y seguramente pasará un tiempo hasta que volvamos a ver aeropuertos abarrotados de viajeros. 

Es por eso que es muy probable que la recuperación de la economía global no tenga una forma de “V”, como los más optimistas creen, sino más bien sea como una “U”, porque tendrá que pasar inevitablemente por un periodo de lenta recuperación para poder encontrar luego el crecimiento. 

Esas son también las proyecciones en las que están de acuerdo el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, publicadas en los últimos días, en las que pronostican un año 2020 que sufrirá una recesión solo comparable con las peores del último siglo, mientras que, si se hacen las cosas bien, el 2021 podríamos encontrarnos con un escenario de recuperación en la mayoría de los países.

Esto último dependerá de que se hagan las cosas bien en un proceso que debe comenzar más temprano que tarde: la reapertura de la economía.

Miguel Velarde
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