Los bolivianos tienen una nueva oportunidad para demostrar que su deseo de vivir en libertad es inquebrantable
Editorial #529 – Bolivia elige

El domingo Bolivia tiene una cita con la Historia. Después de 14 años de gobierno de Evo Morales, un intento de fraude hace exactamente un año, protestas ciudadanas en todo el país que duraron 21 días y desembocaron en la renuncia de Morales, y una transición que se extendió más de lo pensado debido a la pandemia, acudirá finalmente a las urnas para elegir a su nuevo Presidente.

Analicemos los datos más recientes de cara a esta contienda. Para que un candidato sea proclamado ganador en primera vuelta tiene que tener más del 50% de los votos o, en su defecto, alcanzar el 40% y tener 10% de diferencia con el segundo. De lo contrario, se deberá realizar una segunda vuelta entre los dos primeros el 29 de noviembre.

Las últimas encuestas pronostican una reñida pelea. Según la realizada por la empresa Ipsos, publicada el pasado jueves, Luis Arce (candidato del MAS y de Evo Morales) obtendría 34% de los votos, Carlos Mesa 27,9% y Luis Fernando Camacho 13,8%. La de Jubileo, “Tu Voto Cuenta”, presentada el viernes, confirma ese escenario, ubicando a Arce primero con 33,6% de la preferencia electoral, mientras Mesa obtendría el 26,8% y Camacho el 13,9%.

La última encuesta fue publicada ayer domingo por la empresa Mercados y Muestras para el periódico Página siete. Ésta presenta un escenario mucho más parejo entre los dos primeros, con Mesa obteniendo el 27,2%, Arce el 27,1% y Camacho, en un tercer lugar consolidado, con el 14%.

En cualquiera de las tres muestras, una segunda vuelta sería necesaria para elegir al próximo presidente de Bolivia y todos los estudios coinciden en que en Carlos Mesa sería el ganador.

Mesa  apuesta a consolidar su victoria apelando al “voto útil», por ser el único que puede evitar el retorno del MAS al poder. Mientras tanto, Arce busca incrementar su apoyo con el voto en el exterior, sobre todo en Argentina y Brasil, donde históricamente los bolivianos han elegido mayoritariamente la opción del MAS y representan alrededor del 2% del electorado total.

Aunque existe una clara tendencia hacia la victoria de Mesa en segunda vuelta, todavía estamos ante un final abierto, sobre todo porque en todos los trabajos se refleja un porcentaje importante de “indecisos”, que representan casi un 20% de los electores. Es probable que muchos estos decidan su voto el mismo día de la elección y son, como siempre en una elección de este tipo, un enigma.

Bolivia no es ajena a lo que ocurre desde más de 20 años en la región. El Foro de Sao Paulo llegó al poder en varias naciones y arrasó con ellas. En algunos casos sigue aferrado a éste, como en Venezuela, Nicaragua, México y Argentina. En otros, como en Brasil, Ecuador y la misma Bolivia, los pueblos lograron rescatar su democracia y preservar la República.

A diferencia de los brasileños y los ecuatorianos, en el caso boliviano la gente no solo tuvo que votar, sino que después también tuvo que luchar en las calles y enfrentar un fraude electoral a través del cual el entonces gobierno de Evo pretendía desconocer la voluntad popular y perpetuarse en el poder.

Su firme decisión de no someter su destino al Socialismo del Siglo XXI fue vista con reconocimiento y admiración en la región y en el mundo, y los bolivianos tienen esta semana una nueva oportunidad para demostrar su deseo de vivir en libertad.

La elección del domingo es, sin exagerar, la más importante desde el retorno del país a la democracia en 1982.

Una vez más, Bolivia elige.

Miguel Velarde
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