Editorial #543 – Misma pandemia, ¿mismos errores?

La reacción fue improvisada

Casi un año después de que se declarara oficialmente la pandemia de COVID-19 en nuestra región, su principal característica sigue siendo la incertidumbre. Sin embargo, entre tanta confusión, existen dos aspectos que son incontestables.

El primero de ellos es que el virus estará entre nosotros por un largo tiempo y que tendremos que acostumbrarnos a convivir con él. Un trabajo publicado por la revista inglesa The Economist señala que nuestros países recibirán cobertura suficiente de la vacuna (esa que permita alcanzar la inmunidad de rebaño) recién entre mediados del 2022 y principios del 2023.

El segundo aspecto es que las cuarentenas largas y estrictas fueron un error. Así lo afirma un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicado hace pocos días, que afirma que los largos confinamientos masivos a los que recurrieron algunos países sirvieron de poco en 2020 y no deberían repetirse en América Latina, porque si bien el desarrollo de vacunas efectivas contra el COVID-19 “marca un avance histórico”, en 2021 “será difícil lograr la inmunidad colectiva con la misma rapidez en los países en desarrollo a través de la vacunación”.

A este nada alentador panorama se suman también los pronósticos de otros organismos. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la vacuna estará disponible de manera masiva recién en 2022, mientras la consultora suiza UBS proyecta que, con el actual ritmo de vacunación, en 2021 solo se vacunará al 10% de la población mundial.

Ante esta realidad, no hay duda de que el camino que queda por delante es todavía complejo, mucho más para las naciones menos desarrolladas del mundo que, como podía preverse, serán las últimas en acceder a la cantidad necesaria de vacunas.

Entonces, lo que corresponde a nuestros gobiernos es hacer precisamente lo que no hicieron el último año: planificar de manera estratégica y ordenada. La reacción ante la inesperada pandemia fue, hasta ahora, mayormente improvisada, y sus resultados están a la vista: un pobre resultado sanitario con terribles consecuencias económicas.

Si ante una nueva ola de contagios (que para muchos es inevitable en las próximas semanas) la respuesta vuelve a ser el encierro y la parálisis, las consecuencias serán peores que las que hoy vivimos. Tenemos que ser capaces de cuidarnos sin destruir, aún más, nuestras economías y nuestro futuro.

Pocos meses después de iniciada la pandemia, una reconocida doctora argentina advirtió algo que en ese momento muchos ignoraron: “Las pandemias ocurren cada 100 años y duran tres años.” Hoy, doce meses después, esta advertencia ya no suena tan descabellada.

Entonces, lo que nos corresponde hacer ante el mismo problema es reaccionar de mejor manera. Todos quisiéramos que esto termine lo antes posible, pero mientras todavía el virus esté entre nosotros, lo que no podemos hacer es responder a la misma pandemia con los mismos errores.

Miguel Velarde
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