¿Por qué cuesta salir de una relación tóxica?
Una relación tóxica es una relación destructiva, no saludable, que genera malestar más o menos frecuente en uno o las dos personas involucradas en la relación; estas relaciones pueden surgir en distintos ámbitos de nuestra vida, pareja, familia, laboral, amistades, etc.
Muchas veces entramos en ellas sin darnos cuenta porque al principio las señales puede que no estén del todo claras, en especial si se trata de atracción de pareja y así te dejas llevar y luego a justificar las conductas con comentarios del tipo –Me cela porque me quiere-, -Me controla porque se preocupa por mi- – Me ama y va a cambiar-, -Si, me hace daño pero tiene tantas cosas buenas que vale la pena- y desde estas justificaciones puede que no te des cuenta a tiempo cómo vas entrando en esa red que tanto daño puede hacer en especial a nivel psicológico.
Por eso el primer paso obviamente es que tomes conciencia del impacto de esa relación en tu vida, de lo que te aporta y lo que te quita y hasta que punto es favorable en tu vida.
Uno de los impactos principales de permanecer en este tipo de relaciones es el que se dirige hacia nuestra autoestima, podemos llegar a dudar de nosotros mismos, de nuestro valor o merecimiento y así vamos minimizándonos y sin querer ajustándonos a ese patrón nocivo que nos adjudica la otra persona.
¿Por qué permaneces si te hace daño?
Son muchas las razones, te mencionaré algunas de ellas pudiendo ser incluso una combinación:
Baja autoestima: la reina de las razones porque cuando no asumes un rol protagónico basado en el amor a ti, la confianza y el auto respeto es muy fácil dejarte llevar por otros.
En el nombre del amor: las ideas románticas donde te planteas una y otra vez el amor que sientes por esa persona que te hace daño hace difícil poner punto y final. Este aspecto está íntimamente relacionado con el de autoestima porque si el amor a otro supera el amor hacia ti, estás sin duda ante un problema de autoestima y quedas en una situación de dependencia.
Zona de confort: esa zona conocida donde muchos prefieren quedarse por el temor a cambiar, a lo desconocido, en especial mientras más tiempo hayas estado involucrado en esa relación y por tanto no concibes tu vida de otra manera.
Miedo: que suele presentarse cuando asumes un rol pasivo, de sometimiento, característico de relaciones donde la violencia está presente que te hace temer la ruptura por las consecuencias que eso podría traer.
Dependencia: puede que también por baja autoestima te hayas hecho dependiente de esa otra persona en diversos aspectos de tu vida y no te atrevas a dar un paso hacia adelante porque no sabrías que hacer.
Espera de un milagro: mantener la esperanza firme que eso que hoy te agobia de esa persona va a cambiar, que las cosas serán diferentes e incluso creer que tienes el poder de generar ese cambio.
Temor a la soledad: no saber como continuar adelante sin una pareja, algo así como que es preferible un peor es nada.
¿Cómo podemos evitarlas?
Debemos trabajar cada día en enamorarnos de nosotros mismos, confiar en nuestras capacidades, amarnos, trabajar el merecimiento, porque es precisamente la seguridad personal la clave para evitar caer en este tipo de relaciones.
Rodearnos de personas positivas que nos impulsan a creer en nosotros, celebran nuestros logros y que por supuesto nos quieran es también muy beneficioso.
¿Cómo superar una relación tóxica?
Tomar conciencia: el autoengaño es totalmente contraproducente. Abre tu mente y corazón a esos comentarios de las personas que te quieren sobre las consecuencias de la relación que sostienes. Escucha también tus pensamientos, siente tus emociones, revisa si esa relación te suma y te da bienestar. ¿Sueles estar desde la felicidad o la infelicidad con esa persona?
Identifica las conductas tóxicas : teniendo presente que el problema no es solo del otro, nosotros también podemos ser tóxicos en especial si no hemos superado heridas del pasado y las arrastramos como cadenas sujetas a nuestros pies. Los problemas de pareja son siempre de dos donde mejorarte tu es el primer paso, al igual que esperar que tu pareja haga lo propio. En este punto te invito a dejar ir las justificaciones, tóxico es tóxico y eso no hace bien.
Deja ir el miedo a la soledad: cuando aprendes a amarte entiendes la diferencia entre estar solo y sentirse solo. Debes entender que es preferible estar solo a mantenerse en una relación que hace daño y que no existe justificación valida para soportar maltrato y un amor pobre que no es lo que definitivamente mereces.
Apuesta por ti: tomar la decisión de ir tras lo que mereces siempre será una decisión productiva.
Mantenerte anclado en un pasado que no es satisfactorio te cerrará las puertas a un futuro mejor porque ese futuro depende de las decisiones que tomes hoy. Te invito a levantar la cara, dejar ir lo que te hace daño, buscar ayuda si sientes que no puede solo y desde allí comenzar a mirar lo nuevo para que lo nuevo te mire a ti.
Autora del libro "Amores en tiempos de Internet"
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