De amor, obsesión y apego
¿Cuántas veces se confunde o se malinterpreta ese sentimiento que conocemos como amor?
El amor es poderoso, no atrapa sino que disfruta del compartir, de la entrega, es real y verdadero, deja ser a la par que sostiene, por lo tanto esta autenticidad elimina de si toda señal de posesión y control para llenarse de disfrute respeto y comprensión.
El amor es entonces confianza y certeza pero hay sentimientos que confunden con el amor y, esa confusión ocurre cuando no nos amamos nosotros y, puedes tener la certeza que quien no es capaz de amarse a sí mismo no puede amar a otros sino que busca en ellos la compensación de lo que no tiene o la satisfacción de sus necesidades.
Desde esta insatisfacción confundimos el amor, el apego puede hacernos creer que estamos enamorados, pero nada más lejos de la realidad porque esto es más bien dependencia lo que nos torna egoístas, celosos, atormentados donde el objetivo principal es nuestro propio bienestar.
Desear que otra persona te haga feliz es no solo una tremenda carga para ella sino una creencia irracional sobre el amor; cada quien es responsable de su bienestar y, con el amor se comparte no se exige.
Del apego se deriva la obsesión, es transformar a esa otra persona en todo tu mundo, es sacrificar tu vida en nombre de esa otra persona independientemente que no sea correspondido, es humillarte y ser en definitiva profundamente infeliz.
Muchas personas confundidas en nombre del “amor” controlan a sus parejas, huelen sus ropas, revisan sus cosas, persiguen, buscando señales de engaño o traición ¡Que agostador y devastador tanto para quien lo hace como para quien recibe este acoso!
Es definitivo que el primer amor debes ser tu, debes ser tu prioridad, desde la aceptación de ti, del sentirte confortable con tu propia compañía es que puedes elegir a otra persona para compartir tu bienestar, como una elección más que como una necesidad.
Este punto nos lleva a entender que una persona que se ama puede desear vivir el amor con una pareja pero no lo necesita para sentirse feliz, es esta la línea fina que marca la transición de una persona que se ama versus quien no lo hace y solo busca que sus vacíos sean compensados por otro…es como buscar afuera lo que no se consigue adentro.
Si quieres amar sanamente te invito a reflexionar y trabajar sobre esto, y recordar que el amor es el oasis en el desierto, el arco iris en la lluvia, la paz de la tormenta y como tal merece ser vivido…en caso contrario es cualquier otra cosa menos amor.
Autora del libro "Amores en tiempos de Internet"
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