Un momento excepcional

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Nadie puede poner en duda que Venezuela vive un momento excepcional de su historia. Tampoco nadie, sin embargo, puede vislumbrar con alguna certidumbre cuál será su desenlace. ¿Estallido social, golpe militar, referéndum revocatorio? ¿O a pesar de todos los pesares nada? Un desconcierto que hace pocos días expresaba Ramón Piñango en un tuit cargado de ironía: “Comienzo a creer que desconozco algo importante que está ocurriendo.” Como si temiera que las fuerzas sociales que se disputan el centro más iluminado del escenario político, por razones naturales o por haberse puesto más o menos secretamente de acuerdo, hubieran llegado a la conclusión de que como la alternancia en el poder, es decir, el cambio de gobierno, no es una opción que esté realmente en juego, ya han hecho todo lo que podían haber hecho y no les quedara otra alternativa, muy en la línea de aquel famoso aforismo que define el equilibrio como un estado en el que ya ha ocurrido todo lo que podía ocurrir, que conformarse con lo que hay y condenarnos a que todo siga igual.

Hace pocos días, al reflexionar sobre acontecimientos tan sorprendentes como el viaje de Barack Obama a Cuba, el concierto de las cuatro majestades diabólicas de los Rolling Stones en La Habana y el triunfo decepcionante de la octogenaria vieja guardia “revolucionaria” en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Yoanís Sánchez escribió en su diario digital 14 y medio un corrosivo artículo titulado “El desmoronamiento.” Según la conocida periodista cubana, “hay finales épicos, de película. Sistemas cuyos últimos momentos transcurren entre el ruido de los martillos que derriban un muro o el rugido de miles de personas en una plaza. El castrismo, sin embargo, transita una agonía sin imágenes gloriosas ni heroicidades colectivas.” Sencillamente se desmorona. Sin pena ni gloria. ¿Será eso lo que sucede en la Venezuela de hoy en día?

El colapso del país es una realidad manifiesta traumáticamente cada hora que pasamos en una cola. Entre la escasez y la hiperinflación se ha creado un universo de necesidades sin remedio y menguas que nos condenan a esperar, sin mucha o ninguna esperanza, un golpe de suerte que nos permita conseguir lo que buscamos. En el fondo, un perverso condicionamiento pavloviano. Por otra parte, la presencia vigilante de guardias pretorianos con sus pavorosos AK-103 terciados sobre pecho pasa a ser otra contingencia igualmente condicionante. ¿Es normal vivir entre la privación de los bienes más elementales que necesitamos para seguir medio vivos y el peligro siempre inminente de caer víctimas del hampa o de la represión, que en tantos casos terminan siendo una misma y terrible amenaza? Un colapso que a fin de cuentas se acepta como consecuencia y a la vez como ingrediente adicional de la crisis, que por supuesto, con el paso inexorable del tiempo, deja de ser excepcional y poco a poco se transforma en la experiencia más corriente de la vida. Deja así de ser lo que en realidad es y, por lo tanto, lo que debía ser trascendente pasa gradualmente a ser usual.

Esto nos hace pensar que quizá lo que se desmorona en Cuba sea el desmoronamiento de la propia excepcionalidad del cambio que se anticipaba, una calamidad mucho más acentuada en Venezuela, porque aquí no tenemos ni el consuelo de acontecimientos tan espectaculares y contrarrevolucionarios como la llegada de los inmensos buques crucero de la empresa Carnival al puerto de La Habana, mucho menos el espectáculo de un desfile de modas como el de Chanel en el remozado Paseo del Prado habanero, exclusivo para personalidades extranjeras super ricas que gracias a Obama han descubierto que en Cuba es la cosa. A los venezolanos lo único que nos queda son las casi diarias cadenas cuartomundistas de Nicolás Maduro y las promesas retóricas de una oposición que piensa y actúa como si en verdad no ocurriera nada fuera de lo normal a su alrededor. It’s a joke, como diría Jon Lee Anderson si algún día decidiera regresar a Caracas y escribir para el New Yorker un reportaje sobre este momento excepcional de la historia de Venezuela y sobre sus protagonistas.

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