¿Y cuáles son los valores hoy?
“Derribar y destruir es muy fácil. Los héroes son aquellos que construyen y que trabajan por la paz.”
Nelson Mandela
Muchas veces me pregunto cuál es el destino de nuestra sociedad ante la anomia (Estado de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales) en la que vivimos, si los valores más elementales de humanidad parecen haberse perdido, y lo que es peor, una sociedad donde desde las cúpulas no solo dan permiso a robar sino que lo hacen abiertamente bajo la figura de la “expropiación”, donde se te otorga el derecho de tomar aquello que no es tuyo. Una sociedad donde quienes gobiernan dan ejemplo y aprobación de odio, violencia y robo, escudándose en objetivos patrióticos.
No hay objetivo en la vida que pueda o deba más bien lograrse bajo estas energías densas y antivalores, el principio más sagrado debe ser siempre el amor y desde allí se desprende lo demás, el respeto, la consideración, la conciliación, y, si bien esto es importante en nuestra vida diaria cuantimás debería serlo para quienes tienen la enorme responsabilidad de ofrecer “El servicio” de gobernar una nación.
Al ser los valores la base de una sociedad saludable, siento que andamos resquebrajados, fragmentados y desde allí es utópico pensar que podemos renacer como el ave fénix. Si tomamos como ejemplo una familia es fácil verlo, cómo puede una familia progresar y triunfar si una parte importante de sus integrantes están cerrados en unas creencias que los llevan a rechazar e incluso agredir a sus hermanos, ¿cómo funciona una familia sin dialogo y sin respeto? ¿Qué hacen o deberían hacer los padres si ven división entre los hermanos? Buscar conciliar, unir no acrecentar las diferencias.
La fórmula psicológica usada hasta ahora ha sido:
- Toma a seres resentidos con el pasado y alimentales el odio
- No les digas que son capaces de triunfar, enséñales a depender y a robarles a los que si han logrado surgir
- Diles que los otros son sus enemigos y que ellos son los venezolanos y los otros no.
- Crea antivalores
- Dales un arma
Y así habrás creado un monstruo.
¿Cómo podemos revertir esto?
- Con un liderazgo consciente, humanitario, amoroso, conciliador, que gobierne además con el ejemplo porque no solo aprendemos observando las conductas y sus consecuencias, sino que es esta la forma de aprender.
- Eliminemos el culto político y sustituyámoslos por el culto a los valores, a nivel de discurso, vallas, comerciales.
- Establecimiento de un sistema de consecuencias ante las conductas que se desvíen de estos valores. Yo tuve la oportunidad de viajar una vez a Estados Unidos por ejemplo y puedo concluir que no es que sean más nobles que nosotros, sino que saben que serán sancionados si se desvían de la ley, de las normas.
Hoy clamo desde mi alma por la unión de los venezolanos, por entender que debemos recuperar la hermandad, que esa hermandad sólo será posible desde el amor y el respeto, y que todos merecemos oportunidades, progreso, prosperidad y mucho amor y unión.
“El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa.”
Nelson Mandela
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