Un misterio llamado “el lenguaje de Donald Trump”
El presidente Donald Trump se muestra ante la audiencia como el líder de lo políticamente incorrecto, además hace uso de un lenguaje escueto y de difícil interpretación que enciende las alarmas de lingüistas y traductores alrededor del mundo. ¿A caso el mandatario asoma en su expresión oral los signos de deterioro cognitivo o solo forma parte de su estrategia como político?
“Shithole countries” fue la última frase empleada por Trump que causó rechazo en la comunidad internacional debido a su contenido xenófobo e irrespetuoso, y al mismo tiempo, los medios de comunicación ajenos a la lengua inglesa enfrentaron sus propios conflictos en la búsqueda del significado específico de esta declaración.
Algunas naciones asiáticas prefirieron usar eufemismos, mientras que en Francia la traducción fue “pays de merde” (“paises de mierda”). Por otro lado, algunos medios de comunicación latinoamericanos y africanos se decidieron por la interpretación más literal de “países que son agujeros de mierda”.
Esta no es la primera vez que los traductores padecen el extraño estilo discursivo del mandatario, porque a pesar de usar un inglés simple, expresa sus ideas sin orden lógico aparente, e improvisa sobre temas sensibles con palabras ofensivas, que sino se interpretan de forma adecuada, tienen el poder de cambiar el rumbo político de cualquier nación.
“El vocabulario de Trump es limitado, su sintaxis está rota. Repite las mismas frases una y otra vez”, dijo la traductora francesa de discursos políticos Bérengère Viennot a Los Angeles Review of Books, quien suele ser elegida para traducir sus alocuciones.
Las fuentes documentales muestran que el actual presidente de los Estados Unidos solía manejar un lenguaje sofisticado y conectar ideas dentro de párrafos pulcros. En el artículo publicado por Stat News, con el título “Trump wasn’t always so linguistically challenged. What could explain the change?”, se muestra al Trump joven en entrevista con Larry King (1987) y el programa Late Night (1992), donde responde a diversos temas como su estado financiero, divorcio, asuntos políticos y sociales sin comprometer la sintaxis o semántica de su discurso. Una forma de comunicación oral muy distinta a la que usa en el nuevo milenio.
El psicólogo y profesor de psicología en la Universidad New York, John Montgomery explicó a Stat News que la limitación del lenguaje en Trump puede ser causada por el deterioro cognitivo producto de la edad o una enfermedad neurodegenerativa (esto también afecta a la memoria, comprensión y la toma decisiones). Pese a que el único método para confirmarlo es someterlo a una prueba clínica, Montgomery apuesta porque la edad sea un factor determinante en el nuevo estilo del presidente.
Por otro lado, la hipótesis de que su habla básica, volátil e inconexa es una estrategia para llegar al corazón de ciertos grupos sociales estadounidenses también tiene aceptación entre los expertos del lenguaje. “El estilo de hablar de Trump encuentra sus raíces en la cultura oral. Reúne a las personas en torno a una conversación apasionada y específica.”, comentó Tara Golshan en su artículo Donald Trump’s strange speaking style, as explained by linguists. Es decir, que sus alocuciones solo cobran sentido cuando se presencian, ya que hace uso del lenguaje corporal, tono de voz y entorno para apoyar la significación de su historia.
Asimismo, las características de su jerga parecen ser consecuentes con las nuevas dinámicas de comunicación de la actualidad, sobre todo en un país saturado de información, tecnología y con un estilo de vida tan acelerado. Hay poco tiempo para las explicaciones, el protocolo así como para los acuerdos sociales.
Por eso, Trump se permite romper las reglas de la gramática, porque el estímulo es más potente cuando se arrojan un par de frases acompañadas con la aseveración que transmite el movimiento de sus brazos. Esto también podría camuflar a un mandatario que empieza a percibir los síntomas de la vejez en su mente y en su manera de comunicarse.
En el misterio del lenguaje Trump, solo se tiene la certeza de que su dialecto personalizado capta la atención de las masas, las enfurece, las escandaliza y las llama a la acción. Aunque carezca de contenido, él tiene la habilidad de ser escuchado y siempre habrá alguien quien afirmará entenderlo.
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