Divorciarse de la pareja no de los hijos
«Los niños comienzan por amar a sus padres. Cuando han crecido, los juzgan. Y algunas veces, hasta los perdonan. «(Oscar Wilde).
Lamentable son frecuentes los casos donde los padres dejan de comprender que si bien es válido poner fin a su relación cuando esta se torna tóxica que esta separación es de ellos como pareja y no con sus hijos.
Los hijos son seres que merecen el amor de sus padres, su guía, su responsabilidad y no anexos de la pareja que deben ser usados o manipulados como válvula de escape hacia el malestar que se siente con la pareja de la cual se tomó la decisión de separarse.
Es necesario concientizar que ese juramento de “para siempre” con la pareja no siempre puede cumplirse pero ser padres si es para siempre.
Con más frecuencia esta separación y abandono se observa en los padres que al irse del hogar pueden llegar al abandono afectivo, económico o ambos causando en el corazón de sus hijos un vacío tan inmenso que difícilmente podemos esperar que no les impacte el resto de su vida en diferentes ámbitos como su autoestima, en las relaciones con otros, en su vida sexual, etc., porque el concientizar que ese ser que le dio la vida es capaz de dejarlo a un lado puede comprometer la confianza en el derecho a ser amado y miles de preguntas sin respuestas que generan mucho dolor.
Ya bastante fuerte es la experiencia del divorcio de los padres para a esto sumar el divorcio con ellos, y, adicionalmente se presentan casos donde estos hijos son manipulados o usados como herramientas de agresión contra la ex pareja envenenando su corazón hacia el o la progenitora.
Hoy la invitación es a asumir y entender que el divorcio es con la pareja y no con los hijos, que los problemas entre los padres deben quedar entre ellos y no extenderse hacia los hijos, que entre nuestras responsabilidades debería estar el contribuir al mil por ciento en la estabilidad emocional de nuestros hijos y que no tenemos ningún derecho de vaciar en ellos nuestro desamor, frustración o rabia y, una reflexión a todos esos padres que abandonan bajo cualquier cantidad de excusas: «Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo que tener un piano no lo vuelve pianista. «Michael Levine
Autora del libro "Amores en tiempos de Internet"
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