Muchas veces extrañas lo que pudo ser, no a la persona
Muchas veces no extrañas a esa persona, ponte a pensar, si esa persona hirió tus sentimientos, tus ilusiones y tu confianza es bastante poco probable que extrañes el volver con ese ser a menos que tengas un severo problema de autoestima donde tu valoración personal deje mucho que desear, no obstante, cuando comenzaste la relación y cuando te tocó vivir esos momentos bellos, en tu mente creaste la imagen de una relación feliz, de un amor del bueno y eso si que se extraña.
Se extrañan los mensajes cálidos que pudiste recibir, las sonrisas, el hacer el amor, los momentos buenos donde creíste que el amor era correspondido y que incluso fantaseaste con el famoso “para siempre” de las películas.
Pero, cuando te detienes un momento y revisas las lágrimas, la zozobra, los momentos de dudas o de ese sentir que el amor no era correspondido en la justa medida, es allí donde te puedes preguntar, ¿podría volver con esa persona? ¿Me sentiría en paz? ¿Le tendría confianza?
Solemos con frecuencia enfocarnos más en lo que llegamos a sentir con esa persona que en la forma como nos trató, en recordar las emociones agradables que se despertaron dentro de nosotros más que en los hechos y así vamos extrañando la idea de esa relación y de ese sentir más que en la persona, ¿me explico? , y es que esto es tan importante para no caer en el error de volver con quien te hizo daño o por lo menos no te hizo bien en el nombre de una fantasía amorosa que estuvo fundamentalmente en tu mente.
La idea no es renunciar a ese amor hermoso de confianza, de complicidad, de bienestar, de compartir, sino entender que si esa era la persona equivocada, poco sentido tiene desear volver con ella, sino entender que esa historia puede ocurrir pero con otro nombre, otra cara, otro cuerpo y otros sentimientos.
Para culminar esta reflexión te invito a revisar lo sucedido y establecer la diferencia entre lo que esperas, crees y deseas en una relación amorosa y lo que de verdad fue basado en las acciones más que en las palabras, y no permitir que el temor a la soledad te empuje a relaciones que están por debajo de lo que das y lo que mereces recibir.
PD: Mientras más rápido te des cuenta mejor
Autora del libro "Amores en tiempos de Internet"
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